Una fuerte carcajada resonó cuando entró un hombre con túnica azul con astas de ciervo en la cabeza y saludó:
—Compañeros daoistas.
—¡Hermano Daoista Cielo Azul! No esperaba que te unieras a esta subasta de tesoros —dijo Señor Dao Dios Dragón de una manera muy cálida.
—Viejo hermano Cielo Azul.
Señor Dao Tierras Malas y su esposa también lo saludaron. El hombre con cuernos sonrió y asintió con la cabeza a Señor Dao Tierras Malas y su esposa, luego miró a Señor Dao Dios Dragón. Finalmente, volvió su mirada hacia la mujer vestida de blanco:
—Mil Sombras, escuché que esta vez fuiste la responsable de escoltar los tesoros. Mi territorio Cielo Azul está bastante cerca de este lugar, así que vine a visitar a mis viejos amigos.
—Así es, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nos vimos —dijo Mil Sombras y asintió lentamente, con una pizca de sonrisa en su rostro.
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