El hombre de las patillas y el líder de la secta Bosques del Este se movieron tan rápido como un rayo. Pronto llegaron al lugar donde se encontraba la Serpiente Ba.
El hombre de las patillas suspiró asombrado por lo que veía: el enorme río de diez mil kilómetros parecía ser una criatura viva. Se lanzaba con toda su fuerza, ¿cómo podrían los picos montañosos, las gargantas y los árboles locales resistir? Fueron destrozados al instante. En cuanto a la Serpiente Ba que estaba atrapada dentro del enorme río, parecía estar aún menos contenida. Estaba claro que el río solo había podido restringir mínimamente su poder.
—Tierranueve, ¿necesitas mi ayuda?—dijo el hombre con patillas.
Lleno de ki elemental, su voz hizo eco dentro de los cielos.
—Activa la formación. No dejes escapar a Ji Ning —rugió furiosamente la enorme Serpiente Ba.
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