La dolorosa vida de Ángel.
CAPÍTULO 48
Obviamente, al escuchar lo que ella dijo, Ángel no le creyó. Ángel normal solo tiene los recuerdos de su mundo original, no tiene ningún recuerdo de este nuevo mundo.
—¡¿Estás bromeando?! ¡¿Por qué estoy en este lugar?!
—¡Hace más de 15 años que estás en este mundo! ¡Por alguna razón, perdiste la memoria!
—¡¿Qué?! ¡Estoy seguro de que acabo de tocar esa maldita esfera blanca y aparecer en este lugar! ¡Eso fue hace unos minutos! ¡Es imposible que hayan pasado 15 años!
Ansmel se dirige a Ángel corriendo.
—¡¡Ella dice la verdad!!
Ángel voltea a verla.
—¡¿Usted también me conoce?!
—¡Necesito hablar contigo, Ángel!
Rem suelta la mano de Ángel y se detienen.
—¿Quién eres tú?- Dijo Rem.
Ansmel se acerca a ellos.
—Mi nombre es Ansmel, soy amiga de Ángel y de Crismei.
Ansmel observa a Ángel.
—Al parecer, tú te volviste dos Ángel... Es muy interesante.
—¡¿Eh?!
—Y, al parecer, el otro Ángel se quedó con tus recuerdos en este mundo.
Ansmel revisa la ropa de Ángel. La ropa está pegada al cuerpo de Ángel.
—Está pegada, por eso puedes correr sin que se te caiga la ropa.
Rem observa a Ángel sonrojada.
—Tienes razón, apenas me doy cuenta. Si no estuviera pegada, tu ropa se caería inmediatamente.
Ángel observa su ropa y se da cuenta de que su pene y sus testículos se podían ver y se sonroja. Se tapa sus partes rápidamente.
—¡Lo siento, estaba tan confundido que se me olvidó que tenía la ropa rota!
Ansmel intenta quitarle la camisa a Ángel, pero al intentar quitársela, Ángel siente un gran dolor.
—¡Duele!
Ansmel revisa la camisa y se da cuenta de que está pegada con un material de color negro.
—Magia demoníaca física... Esto será un problema.
—¡¿Demoníaca?! ¡¿Aquí hay demonios?!
—Lo siento por esto, Ángel.
El puño derecho de Ansmel se vuelve negro y lo golpea en la frente. Ángel cae al suelo inconsciente.
—¡¿Por qué hiciste eso?!- Dijo Rem asustada.
—¡¿Está muerto?!- Dijo Seila asustada.
—No se preocupen, era lo mejor.
Ansmel intenta quitarle la camisa a Ángel.
—Esto no será bonito de ver.
Ansmel jala con fuerza y le arranca la camisa a Ángel. Como su camisa estaba pegada a su cuerpo, al arrancarle la camisa, la piel de su cuerpo es arrancada. Inmediatamente, mucha sangre empezó a salir.
—¡¿Eh?!
Rem y Seila se alejan asustadas.
—¡¿Por qué hiciste eso?!- Dijo Rem.
—¡Morirá!- Dijo Seila.
—No se preocupen, él no morirá tan fácil.
Le arranca los pantalones y pasa lo mismo. Lo mismo sucedió al quitarle el calcetín.
—Ahora...
Ansmel toca el pecho de Ángel con la palma de su mano derecha.
—¡Congelación!
Hielo comienza a rodear a Ángel poco a poco.
—¡Necesitamos a un doctor!- Dijo Rem preocupada.
—No se preocupen, como les dije, él no morirá tan fácil.
El hielo rodea por completo a Ángel y Ansmel lo carga.
—Toma.
Intenta dárselo a Rem.
—P-pero yo no puedo cargarlo. No soy fuerte.
—Tienes razón...
Deja a Ángel en el suelo.
—Ahora vuelvo.
Ansmel se dirige corriendo a la ciudad.
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Mientras tanto, Ángel modo demonio sigue peleando con Jisas. Los dos parecen muy heridos.
Están muy igualados en cuanto a poder.
—¡Eres increíble, Ángel!
—¡Debo admitir que también lo eres!
—¡Pero esto se acaba ahora!
De la boca de Jisas salen cientos de arañas rojas pequeñas y se dirigen a Ángel.
—¡Si una de esas arañas te pica, morirás!
Ángel empieza a escapar de las arañas.
—¡Nada mal!
—¡Muere!
Ángel empieza a lanzarle flechas a las arañas, pero son demasiadas para él.
—Mierda, debo pensar en algo.
—Oye...
Una voz en la cabeza de Ángel empieza a hablarle. Es la voz del demonio.
—Usa el hechizo para aparecer una espada, el mismo que usaste en la escuela.
Ángel recuerda el momento en el que, por primera vez, usó a Crismei.
—De acuerdo. ¡Espada sepo dex!
Una espada blanca rodeada de fuego aparece en su mano izquierda.
—¡Increíble!
Suelta el arco y la sostiene con ambas manos... La espada parece muy poderosa.
El fuego la hace ver genial.
—Se siente... Se siente muy bien.
Las arañas se siguen acercando a él y se aleja más.
—Debe tener el mismo filo que Crismei... Tal vez...
Una idea apareció en su mente.
Ángel sonríe y se acerca corriendo a un enorme edificio.
—¡Si eres un hada, fortalece mis piernas con magia!
Ángel salta y salta muy alto. Tan alto, que incluso pudo llegar a la azotea del enorme edificio.
—¡Salté más alto a comparación a como saltaba antes con ayuda de Crismei!
Observa su espada.
—¡Desde que me volví un demonio, mi fuerza física aumentó! ¡Eso significa que, si mis brazos son fortalecidos con magia, podré derrotar a Jisas de un solo golpe!
Las arañas empiezan a subir por el edificio.
—Pero primero, necesito encargarme de las arañas.
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Mientras tanto, Ansmel llega con Zeus.
—¿Eres el caballo de Ángel?
—Sí, lo soy.
—Perfecto. Necesito que vengas conmigo, necesita tu ayuda.
—Cla... ¡¿Puedes entenderme?!
—Sí puedo, pero esto será nuestro secreto.
Ansmel sube a Zeus y empieza a cabalgar.
—¡Vamos!
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En otra parte de la ciudad.
Los aventureros están ayudando a matar a los guardias.
—¡Primero Golan nos obliga a retirarnos, y ahora los malditos guardias empiezan a matar a las personas!- Dijo Silvia.
—¡No te quejes, Silvia!- Dijo Alvarado.
Silvia, Sebastián y Alvarado están peleando juntos.
Se volvieron buenos amigos antes de que el torneo comenzara.
—¡Son todos los guardias!- Dijo Sebastián.
Ángel se dirige a ellos corriendo mientras es perseguido por las arañas.
—Creo que necesita un poco de ayuda.- Dijo Sebastián.
—¡Yo me haré cargo!- Dijo Silvia.
Silvia se dirige corriendo a Ángel.
—¡Hazte a un lado!- Dijo Silvia.
Silvia extiende su cabello y Ángel esquiva su cabello. Silvia usa su cabello como si fueran lanzas y empieza a matar a las arañas con su cabello.
—¡Nisa, haz lo tuyo!- Dijo Sebastián.
De la espada de Sebastián sale una enorme chica.
—¡Cómete a esas arañas!
Nisa se dirige corriendo a las arañas y empieza a comerlas con su enorme boca.
—¡Déjenme algo!- Dijo Alvarado.
Alvarado toca el suelo con ambas manos.
—¡Niñas despin!
Dos niñas salen del suelo.
—¡Aplasten a esas arañas!
Las niñas se abrazan y empiezan a dar vueltas.
—¡Ahora!
Las niñas empiezan a saltar mientras dan vueltas y se dirigen a las arañas. Ángel observa como derrotan a las arañas.
Se da cuenta del enorme potencial que ellos tenían.
—Son buenos... Muy buenos.
Sonríe y se aleja de ahí.
—Tal vez... Sí... Eso haré.
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Después de unos minutos, en el otro lado de la ciudad.
Liz y Diana se dirigen a Crismei. No hubo resultados con su búsqueda.
—¡Ya buscamos por toda la ciudad y no está!- Dijo Diana.
—¡Debió salir, debemos buscarlo en las afueras de la ciudad!- Dijo Liz.
—¡Sí, está bien!
Se escucha una explosión a lo lejos... Una enorme explosión, que hace temblar todo el lugar.
—¡¿Eh?!- Dicen todas confundidas.
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Unos minutos antes.
Ángel intenta golpear a Jisas con su espada mientras salta, pero no logra darle.
—¡Es muy rápido!
Intenta golpearlo en las patas, pero también lo esquiva.
—¡Esa espada se ve filosa, no me acercaré a eso!
—Debes usar magia.
La voz del demonio le habla.
—Usa el hechizo: "Faio soul zes".
—Pero no tengo ese hechizo. Aún no lo aprendo con la tarjeta.
—Idiota, ahora que eres un demonio, ya no necesitas esa tarjeta. Tienes magia propia.
—¡¿Eh?! ¡Pero, cuando te conocí por primera vez, los puntos aparecieron en mi tarjeta!
—Era la única manera de que aprendieras un hechizo, pues no eras un demonio, pero ahora lo eres.
Jisas le lanza una red de telaraña por la boca y Ángel la esquiva.
—¡¿Con quién hablas, loco?!
—¡El único loco aquí eres tú!
—Piensa en algo para distraerlo y usa el hechizo.- Dijo el demonio.
—Pero có...
Ángel recuerda como Jisas huía de él mientras sostenía la espada.
—Eso es.
Sonríe y se dirige a Jisas corriendo.
—¡Muere!
Salta, pero finge que se le cae la espada.
—¡Mierda!
—¡¡Es mi oportunidad!!- Gritó Jisas emocionado.
Jisas intenta comerse a Ángel, pero Ángel extiende su mano derecha, apuntando a la cabeza de Jisas.
—Adiós. ¡Faio soul zes!- Dijo sonriendo.
Una esfera de fuego, más grande que las que hacía antes, sale de su mano. La esfera de fuego es dos veces más grande que las que hacía antes.
—¡¿Eh?!
La esfera de fuego impacta sobre la cabeza de Jisas y la destruye.
Eso provocó una gran explosión y todo el lugar comenzó a temblar por unos segundos.
Victoria para Ángel.
—¡Te engañé!
Ángel aterriza sobre el cadáver de Jisas.
—Soy un idiota. Ahora que soy un demonio, tengo magia propia.
Saca su tarjeta y la rompe.
—¡Ya no te necesito!
Empieza a reír mientras está parado sobre el cadáver sin cabeza de Jisas.