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La Declaración Retada| Kimetsu no Yaiba

Fue un reto, lo cumplió porque fue personal. Fanfinc de Kimetsu no yaiba

0takunoyaibA · Teenager
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One'shot

Nezuko lo abrazó como lo hace con todos, esa pequeña muestra de afecto hizo que sus mejillas se tinieran de rojo ante el contacto tan cercano.

Por mucho tiempo el se había descrito como un cobarde, con miedo de pelear. Hasta que llegó un cierto pelirrojo de ojos rojos a su vida, lo había incentivado a luchar para proteger a sus seres queridos, la primera persona fue su sensei,  el único que tuvo fe en él. Después se sumaron sus nuevas amistades y  la última, la peli negra de ojos rosa.

Primero, antes de ver a la chica. Era solamente un demonio dentro de una caja, cargada por el hermano mayor de los Kamado, que después de dejar verla vio en ella una belleza exterior fascinante, pero nada que se pueda comparar con la dulzura de la joven.

Hasta el hermano de la peli negra después de una crisis de celos para protegerla había aceptado sus sentimientos hacia su hermana y lo había aconsejado sobre que le gusta a su amada hermanita. Como las flores, de ahí quitando la idea de futura mente, cuando vuelva a ser humana. Llevarla a un paseo a algún campo de flores.

Obviamente surgieron algunas burlas por parte del cabeza de jabalí, pero se solucionaron después de unas amenazas por parte del ya cansado rubio.

Si simplemente lo entendiera y por una vez dejara su orgullo de lado...

Pero no estaría en aprietos en ese momento si no se les hubiera dicho a sus amigos que le declararía a la demonio.

Y el jabalí le hubiera dicho que sería incapaz, haciendo de algo personal a un reto.

El premio sería algo que el apreciaría más que nadie. Dejar de ser víctima de burlas de sus otros intentos fallidos.

Como la primera vez, que casi fue impedida por los celos del hermano mayor.

Corrió mucho ese día.

Pero terminó al empezar el pedido. Ese día se sintió muy poco hombre por no poder decir:

¿Quieres salir conmigo?

Pero eso fue otro día, pasado queda atrás.

Ahora sería más directo y le diría que la ama, que ella es el amor de su vida y que quiere que sea su mujer. Sin muchos rodeos y se le declararía y la llevaría en un paseo nocturno junto a las flores.

Y ahí se encuentra, rojo como un tomate, incapaz de formular algunas palabras que forman una frase que a meses se lo quería haberle dicho.

-Nezuko...

Es lo único que fue capaz de decir, como respuesta la demonio se separó del chico para acariciar su cabeza, con cuidado para que sus largas y puntiagudas uñas no lo hicieran daño.

Con la respiración agitada el de Haori amarillo con triángulos empieza a acariciarle sus largos cabellos negros con puntas naranja.

Un gran avance, para alguien que con solo una mirada de la oji-rosa lo hace verse como un tomate.

Como respuesta la peli negra lo mira con seriedad, lo que hace que el rubio se separe por unos segundos.

—Nezuko... yo...

Su mirada se  suaviza y lo vuelve a abrazar.

La buena audición de Zenitsu hizo que se percatara de la presencia de alguien frente la puerta de la habitación. Solo tenía unos segundos para decir todo lo que sentía ante la peli negra. Pero unos pocos segundos no fueron lo suficiente, ya tenía un buen tiempo junto a la chica en aquella habitación.

—Nezuko!!

Llamo el hermano mayor, la demonio se separó del rubio y se lanzó a abrazar a Tanjirou.

—Te estaba buscando hermanita, que hacías con Zenitsu?— lo dijo fingiendo inocencia como si no supiera lo que intentaba hacer Zenitsu.

El rubio luego después de escuchar su nombre se puso colorado y salió de la habitación enojado con sigo mismo por no cumplir lo que se le había retado, fue un reto personal que no lo pudo enfrentar.

No lo había logrado, su declaración tendría que esperar. Se dirigía al exterior de la casa apenado, por no tener la valentía suficiente para decir algunas palabras, que serían mucho más que palabras, que definían sus sentimientos.

—Zenitsu—Dijo el pelirrojo de ojos del mismo color. —No necesitas decirlo, ella ya lo sabe.

¿Como? Tanjirou, le dijiste? Hiciste ese favor por mi?

Fue algo que la propia Nezuko descubrió, sin necesidad de que se le dijera. Ya era demasiado obvio.

La demonio se separa de su hermano y corre en su dirección.

Cuando la chica llega hacia el  acaricia nuevamente la cabeza del rubio.

Fue una acción que para el Haori amarillo significaba que ella talvez...

Solo talvez... podría corresponder esos sentimientos.

Rojo como un tomate el rubio besó la mejilla de Nezuko que seguidamente se puso roja, no por ser un demonio que no siente nada, y ahora más que nunca tenía la necesidad de protegerlo.

El era su rubio, y nadie cambiaría eso.

El pelirrojo sólo sonreía ante la escena que se le presentaba en frente.

Ahora el rubio podría decirle al cabeza de jabalí, que había complido lo que se le propuso, no como un reto para demostrar coraje.

Sino porque era un reto personal. El de declarse esos sentimientos hacia la peli negra que muchas veces no lo dejaba dormir.

Y tenía un testigo.