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El re-encuentro

Di vuelta a la izquierda y entonces lo encontré, atrás de los basureros entre dos contenedores verdes. Decidí acercarme aun sabiendo lo que podía pasar. Cada paso que daba hacia mas fuerte el sonido de mi corazón, entre más me acercaba, más fuerte se volvía ese repugnante olor a putrefacción que emanaba de los contenedores. Después de una fuerte discusión en mi cabeza decidí que era mejor respirar por la boca. El momento que me quedaban menos de diez pasos para llegar a el contenedor, lo vi con claridad, un metro setenta y cinco o ochenta centímetros de altura con una figura humanoide, allí yacía contra la pared abrazando sus rodillas, negra color carbón. Si te fijabas podías reconocer un lustro mecánico en el a su vez negro mate. Inmediatamente apreté mis puños debido a mi desbordante emoción. Cinco años... Djinn, una forma de inteligencia artificial en un cuerpo biológico y sintético.

Todo comenzó siete años atrás cuando estaba en mi ultimo semestre de carrera. Era el día del último examen antes de la graduación. Mis amigos y yo estudiábamos al lado de el refrigerador en la cafetería, nuestro lugar habitual. Bromeábamos y reíamos sin saber lo que nos esperaba, lo que le esperaba al resto del mundo en este icónico día, después denominando "La caída del Homo-Sapiens".

Nadie sabe como o porque, pero el 30 de junio del año 2020, un virus llamado <Zar virus> se esparció enigmática e inmediatamente alrededor de el mundo acabando con setenta por ciento de los humanos. Por si no fuera poco, los pocos que sobrevivimos fuimos rebajados aun mas con la aparición de las grietas. Hoyos inter-dimensionales causados por una energía desconocida.

No se sabe si esta misteriosa energía fue a causa del virus o el virus a causa la energía. Pero lo incuestionable es que ese día los pocos humanos que restábamos sufrieron una modificación a nivel anatómico y evolucionaron. Días después de su aparición, criaturas que solo se pueden describir como mounstrosas sacadas de una película de terror emergieron una por una hasta que el ultimo abastecimiento humano cayó como todos los otros. Ese día conocí a djinn.

Dos años después de la caída , los últimos sobrevivientes encontramos la manera de usar la energía para desarrollar nuevas y milagrosas habilidades. Aun que esto nos permitió resistir la inminente extinción, no todo

individuo mostraba la misma capacidad de absorción e integración de energía. El periodo que continuó parecía plagio de un cómic de Marvel, solíamos bromear que si Thanos se dignaba a aparecer no duraría ni cinco minutos contra nosotros.

Aprendimos a pelear sin estar desaventajados contra estas criaturas. Formamos varios bastiones en puntos estratégicos, que permitían defender de las criaturas a las que nombramos "Genas", un derivado del término alienígena. Aun así la humanidad seguimos arriesgando nuestras vidas día a día por defender un territorio del tamaño de la antigua china.

Cuando la distancia entre djinn y yo se redujo a menos de un metro, entró a mis oídos un sonido mecánico. Nostalgia asalto mi mente. Me era muy familiar. Djinn levanto la mirada y nuestros ojos se cruzaron. Al ver esos profundos y misteriosos ojos color media noche, decenas de recuerdos volaron en mi mente por un segundo. Nos miramos el uno al otro, sin necesidad de palabras, llegamos a un acuerdo mutuo.

Durante los últimos cinco años de búsqueda, entre el constante miedo de perder mi vida a manos de los Genas, la falta de comida, la intemperie y el cansancio, no tuve tiempo de reflexionar sobre el siguiente paso después de nuestra reunión Djinn. El único respiro que tenía era mi ocasional vista a los bastiones del área donde podía descansar seguro por un tiempo.

Así que, cuando por fin estábamos el uno enfrente del otro, la sensación de mi húmeda espalda confirmó mis sospechas. Pasaron cinco años desde aquella discusión que nos mandó por caminos separados. Eso, no significa que el mutuo sentimiento de comadrería después de superar vida y muerte juntos haya desaparecido, o eso espero. Mi mente comparó aquel recuerdo de Djinn con lo que tenía frente a mi. Aun que se podían notar varios rasguños golpes y cortadas menores en su cuerpo, no había ninguna diferencia significante.

Djinn tenía una figura relativamente delgada, con resplandecientes músculos sintéticos que brillaban azul neón en lo oscuro del callejón. Sus músculos entrelazados entre las aperturas de sus brazos, daban a parecer que ningún material podría resistir un golpe sin ser reducido a pedacitos. Cuando se levantó pude ver bien su cabeza, como siempre en alto, pareciera que el mundo se arrodillara a sus pies. Su negro torso con lustros metálicos se que asemeja al de un luchador profesional, sin imperfecciones.

Sin aviso previo lo vi dar un paso en mi dirección. Mi corazón, que ya latía fuerte por los nervios, se aceleró aún más sabiendo que iba a pasar. *tuff* Recibir un gancho derecho de un robot diseñado para matar, es más poderoso de lo que uno podría imaginar. Si no fuera por que mi cuerpo es siete veces más resistente que el de un humano promedio, mi cabeza se hubiese hecho añicos.

*Pff* mis piernas me fallaron y caí al suelo sobre mi espalda baja.

"Ah!" No pude evitar dar un pequeño grito de dolor.

"¿Eres un p**o robot diseñado para matar, NO PUDISTE HABERTE CONTENIDO?" Exclamé mientras acariciaba mi mejilla.