``` La historia de un hombre que trae la muerte y una chica que la niega. ---- En la montaña embrujada del reino, dicen que vivía una bruja. Ella nació princesa. Pero incluso antes de su nacimiento, el sacerdote la declaró maldita y exigió su muerte. Envenenaron a la madre para matar al bebé antes de que diese a luz, pero el bebé nació de la madre muerta —una niña maldita. Una y otra vez, intentaron matar al bebé pero ella milagrosamente sobrevivió cada intento. Dándose por vencidos, la abandonaron en la montaña embrujada para que muriera pero ella aún sobrevivió en esa tierra estéril —una bruja. —¿Por qué no muere? Años más tarde, la gente finalmente se hartó de la bruja y decidió quemar la montaña. Pero el Diablo llegó en su rescate y la llevó consigo de aquel lugar en llamas, porque morir no era su destino ni siquiera entonces. Draven Amaris. El Dragón Negro, que gobernaba sobre los seres sobrenaturales, el Diablo con quien nadie deseaba cruzarse en su camino. Odiaba a los humanos pero esta determinada chica humana lo atraía hacia ella cada vez que estaba en peligro. —¿Es realmente humana? Él se llevó a la humana con él y nombró a esta misteriosamente tenaz chica “Ember”, un pedazo de carbón ardiente en un fuego moribundo. Un alma manchada de venganza y la oscuridad del infierno, se levantaría de las cenizas y cumpliría su revancha. ------ Este es el segundo libro de la serie de Los Diablos y Las Brujas. El primer libro es - La hija de la bruja y el hijo del diablo. Ambos libros están conectados entre sí, pero puedes leerlos de manera independiente. ```
—Es de la visión de Leeora que Zelda consigue ver —respondió Morpheus.
Thala lo observó cuidadosamente. —Una hermosa arma para crear. Después de tanto tiempo, finalmente tengo la oportunidad de crear una.
—Deberías agradecerme por darte esta oportunidad —contrarrestó Morpheus.
—Sigue soñando —se burló ella y miró a Aureus—. Joven águila, ¿te importaría desprender unas pocas gotas de tu sangre?
—Me importa a menos que sepa para qué es —dijo Aureus sin rodeos.
—No diré que es para algo bueno si te considero a ti, pero tampoco diré que es para algo malo si considero otras cosas aparte de ti.
Aureus se sintió confundido al escuchar su respuesta. Esta mujer seguro que no le gustaba responder directamente. '¿Todas las brujas son así? No, la Reina Esther no era así.'
—¿Qué quieres decir? —preguntó Aureus.
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