webnovel

Como me folle a la ingenua de mi sirvienta

Mi madre dice que soy un vago. Yo no me tomo siquiera el tiempo de contestarle.

Para celebrar que estoy por cumplir 30 años y aún vivo y soy mantenido por mis padres, decidí contar un relato que me sucedió hace no más que un par de meses. Para ponernos en contexto, mi ex acababa de dejarme, ella era una enfermera de unos 25 años la cual acababa de salir de la universidad. Una hermosa chica de pelo castaño y ojos verdes. Ella era un aburrimiento, todos le decían que era muy inteligente porque pudo salir sola de la universidad sin ayuda de sus padres, yo en cambio me junté con ella por el buen culo que tenía. Yo soy alguien no tan alto y de complexión atlética, piel blanca y pelo castaño, la responsabilidad nunca sido mi fuerte. El padre de mi ex novia la había abandonado a sus 12 años, supongo que estaba conmigo por alguna mierda psicológica o algo así, ni yo entiendo que hacia ella con alguien como yo. Cuando me dejó de gustar por su cuerpo, continúe con ella porque me daba dinero. Ella y yo éramos felices, hasta donde cabe lo posible. Cada quincena y fin de mes solía ponerme cariñoso con ella para ver si me daba más dinero que de costumbre. Fui un mandilón y no me avergüenzo de decirlo. Pero dicen que la mentira corre y la verdad tarde o temprano la alcanza, y así fue. Ella descubrió que le puse el cuerno, me perdono, pero con una advertencia. La verdad no sé si reviso mi teléfono sin que me diera cuenta o alguien le llego con el chisme, pero lo descubrió. Claro, este imbécil no pudo mantener sus pantalones arriba. Sucedió una segunda vez y una tercera, no recuerdo exactamente las veces que fueron, pero me terminó dejando. A mí la verdad me importo un carajo, pero luego descubrí que había perdido una de mis mayores fuentes de ingresos. Debo mencionar que yo no contaba con un trabajo desde hace tiempo. No tardó en darse cuenta mi padre el cual cada quincena me pedía dinero para "colaborar con la casa". Recuerdo bien su rostro arrugado frunciendo el ceño y mirándome directamente con cara de decepción cuando le dije que esta quincena no iba a darle dinero.

- Eres ya un hombre por lo que ya debes de dar dinero, al menos si quieres seguir viviendo bajo mi techo.

- No lo entiendes papa, lo haré. Es solo que este mes descubrí una oportunidad de inversión de la cual puedo sacar una buena ganancia, por lo que metí todos mis ahorros en ella.

- Esa escusa no es nueva, lo dices cada que gastas tu dinero en putas y que se yo que más. Te advierto, ¡si no vas a aportar nada en casa por lo menos has el oficio! ¿Qué no ves que tu madre está cansada ya?

- ¡qué carajos papa! ¿me ves cara de marica o algo así? ¿Qué no sabes que esas son cosas de mujeres? Mejor contrata una sirvienta si eso es lo que quieres.

- ¿Con que dinero, imbécil, quieres que contratemos una maldita sirvienta? Con lo que tu aportas, pobre mujer se morirá de hambre. Así que, si no piensas dar dinero, haces tú el oficio o te vas de patitas a la calle.

Estaba jodido, ya se. Razones no le faltaban a mi padre para echarme de su casa, lo entiendo. Pero no me iba a conseguir un trabajo y mucho menos a hacer el oficio de la casa solo porque el viejo rabo verde de mi padre me lo pedía. Debía de hacer algo para aportar en la casa pero que no dañara mi orgullo. Pensé por un rato en que podía hacer hasta llegar a una conclusión. <> pensé. Así que tendría que contratar a alguien y pagarle yo como aporte de la casa, de esa manera mi madre no se cansaría y el imbécil de mi padre me dejaría seguir viviendo en su casa ¿con que dinero iba a pagar una sirvienta? Eso aún no lo sabía, pero en eso pensaría luego. Mientras tanto tenía que encontrar alguna estúpida que trabajara como mi sirvienta pero que cobrara hasta fin de mes, claro, que acepte un salario bajísimo. Para pagarle probablemente yo volvería a la venta de hierba o a la promoción de bares. Para conseguir a mi sirvienta tuve que recurrir a una vieja amiga, ella conoce a medio mundo y tiene contactos hasta donde no sabía que había gente. Y efectivamente, le describí mi situación, ella me mando a los pocos días a una muchacha de escasos recursos que buscaba trabajo. Me explico que solo tendría que darle de comer y pagarle su sueldo, el cual por cierto era muy bajo, hasta fin de mes. Justo lo que yo necesitaba. No tuve que pagarle a esa amiga mía puesto que en su momento fue mi amante y yo recurrí al viejo truco del "por los viejos tiempos". Le conté a mis padres que había contratado a una sirvienta y les explique que ese sería mi aporte, por lo menos me dejaron en paz, ya había hecho mi aporte a la casa.

Eran las 8 de la mañana de un día martes, cuando oí tocar el timbre, decidí abrir yo, ya que esperaba a que la sirvienta llegara por primera vez, así fue.

- Buenas tardes, señor

- Buenas tardes preciosa, pasa adelante

Suelo decirle preciosa a cada mujer que veo, mi madre dice que a eso se le llama patanería, yo en cambio le llamo coqueteo. La muchacha se veía muy joven e inexperta, apenas llegaba a la adultez, su rostro mostraba cierta ingenuidad. Su ropa estaba algo desteñida y vieja, cosa que denotaba su clase social. Si no mal recuerdo, su padre abandonó a su madre con tres hijas, por lo que ella ha trabajado desde muy pequeña. Ella no hablaba mucho, lo esencial para ser exactos, confieso que eso me gustó, así deberían de ser todas las mujeres. Puede que haya sido mera timidez o es que ella sentía la brecha entre clases sociales ya que, a pesar de que mi familia no es "millonaria", si somos considerados de clase media alta.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Me llamo Britany, señor

- Mucho gusto Britany, dime, ¿Qué edad tienes?

- 18 años

- Muy bien, ¿sabes a que viniste verdad?

- Si, señor

Me gustaba su forma de ser, tan sumisa y callada, la forma en que me llamaba señor, resaltando el respeto y agradecimiento que sentía por mí. Quien diría que a un patán como yo alguien lo iban a respetar. Al principio la verdad que no pensé en hacer algo con ella, mi madre ese día le dio indicaciones sobre las tareas que iba a realizar y yo me sentí librado de responsabilidad alguna, eso fue todo. Ahora solo debía de hallar la manera de conseguir el dinero para su sueldo. Toda esa semana salí a buscar ganar o que me dieran algo. Debo decir que no tuve tanta suerte en ello, todo un día consulte con amigos, familia, entre otros… pero ninguno quiso prestarme dinero o darme trabajo. Aunque si recibí algunas ofertas, no era el tipo de trabajo que yo quería. Me dijeron que ya estaba muy viejo para el negocio de la hierba, ya no correría bien de la policía.

Ese día llegue a casa temprano, cansado y frustrado por no haber conseguido nada. Cuando llegue a la casa me percate que mi madre había ido a pasear y mi padre aún estaba en el trabajo, <> pensé. Cosa que no sucede siempre y que se trata de algo que aprovechar. Me senté en un sillón en la sala, me quite los zapatos, me desabroche el pantalón y puse el canal porno en la televisión de papa. No deseaba yo saber nada de nadie, ni de trabajo ni de responsabilidades. Comencé a tocarme lentamente en la entrepierna, estaba todo listo para iniciar una sesión de masturbación, cuando escuché unos pasos acercándose. Apague el televisor rápida mente y me puse los zapatos, espere, hasta que me di cuenta que la sirvienta era laque hacia esos ruidos. Claro, ella aún estaba en la casa. Me había olvidado por completo de ella.

- Buenas tardes señor

- Hola britany, olvide por completo que estabas aquí.

Ella solo se sonrió, lo había olvidado. <> pensé. Me di cuenta que había perdido mi privacidad, ya no podía masturbarme tranquilamente aprovechando la ausencia de mis padres, si querría masturbarme tendría que hacerlo en mi habitación.

- Iré a mi habitación – dije, no sé porque le di explicaciones a la sirvienta

- Muy bien, señor, pronto iré a limpiarla

Mierda. No podría hacerlo ahora ni siquiera en mi cuarto. Fui igualmente, con cierto tedio en el rostro, me senté en mi cama esperando algo, más bien solo perdiendo el tiempo. Me imagino que me vi como un imbécil, sentado mirando a la nada. Poco después llego la sirvienta con la intensión de limpiar. Al verme solo se sonrió, no sé si soy yo, pero en su sonrisa veía algo picaresco. Ella es relativamente atractiva, es de piel morena clara, su rostro es algo redondo, es de grandes mejillas las cuales le dan cierto toque de ternura. Mide como 1.50 y es un tanto gordita, sus tetas son pequeñas, pero como me pude dar cuenta mientras limpiaba, tiene un culo increíble. Es bastante risueña por lo que, soltando de vez en cuando una broma, ella no paraba de reír. Yo me quede entonces viendo como limpiaba, ella de vez en cuando me volteaba a ver y luego seguía en lo suyo. Aprovechaba para verle el culo cuando se agachaba a limpiar los muebles de abajo. Ella vestía una camisa verde holgada y desteñida, al igual que unos pantalones muy cortos y apretados. Me calenté simplemente viéndola limpiar, así que me formulé un plan,ya que, si no me iba a dejar masturbarme, me la iba a follar al menos.

Tomé mi toalla y me metí a la ducha, ella entonces se quedó limpiando mi desorden, iba a tardar mucho en terminar, eso lo sabía. El agua estaba cálida. Me costó mucho esfuerzo no masturbarme en la ducha pensando en ella puesto que estaba yo calientísimo. En fin, después de un rato y ya con mi plan bien ideado, salí de la ducha y me dirigí a mi cuarto, antes de entrar me aseguré que ella estaba allí y me quité la toalla cuando lo hice, entre a mi cuarto totalmente desnudo. Al entrar ella volteo a verme y quedo atónita con mi cuerpo desnudo. Creo que ya mencioné que soy una persona atlética y algo musculosa, ella se dio cuenta de ello y pude ver en su mirada y expresión facial como lo disfrutaba. No tardó mucho en bajar un poco su mirada y ver mi enorme pene, no sé si ella haya visto uno en su vida, pero su rostro me revelaba que no de ese tamaño. Los segundos parecían horas y ella seguía viendo mi cuerpo, yo fingí no haberla visto, pero de repente dije con una voz furiosa:

- Bri…¡Britany!, ¿Qué haces aquí?

Su rostro de pronto cambio de sorpresa a pena, ella se quedó muda, no sabía que responderme o que explicación dar a causa de su mirada.

- Me… ¡¿me estabas viendo desnudo?!

- N..nn…no señor

- ¿pero qué? Eres una irrespetuosa, creo que voy atener que… ¡despedida!

- No, no señor yo no estaba… solo estaba limpiando

Ella no sabía que decir, empezó a tartamudear un rato, creo que luego lo aceptó y simplemente se quedó callada. Ella había caído en mi trampa, supe entonces que haría todo lo que yo dijera para no despedirla. Su rostro ingenuo y su expresión de pena y vergüenza hicieron que lentamente mi pene creciera cada vez más, aunque yo traté de disimularlo y ella aun con vergüenza lo veía de reojo

- ¿acaso quieres que le diga a mi madre sobre ello? ¿o a mi padre?

- No señor, se lo suplico

- ¿Por qué lo hiciste entonces?

- S…señor no vaya a pensar que soy una mujerzuela

- ¿acaso no es lógico que piense eso?

- Señor pídame lo que sea, pero le suplico que nole vaya a decir a nadie

- Mmm… no lo sé la verdad, ¿no crees que merezco una compensación por lo que has hecho?

- Solo dígame señor, hare lo que usted desee

- Bueno… digamos que… tú me viste desnudo, así que creo que será justo que yo te vea a ti desnuda

Ella solo se quedó callada. Su rostro ahora tenía una expresión de sumisión, ya no era mi sirvienta, ahora era mi esclava y yo podría hacer lo que quiera con ella. Así que me acerque a ella y tome las puntas de su camisa, la levante lentamente dándome cuenta de que no traía sostén. Sus pechos quedaron entonces al aire libre, al deleite de mis ojos. Ella permaneció callada y sumisa, mientras que yo me coloqué atrás de ella y empecé a manosear sus pechos pequeños suave y sensualmente. Metí uno de mis dedos en su boca y luego acaricié sus pezones con el mismo. Su respiración empezó

a agitarse, ella lo estaba disfrutando en secreto. Así que bajé mis manos y comencé a desabrochar su pantalón, aunque ella se mostraba insegura, rozaba mi miembro contra su ropa interior. Agarre su mano y la lleve a mi pene, ella lo agarro y lentamente llevo su delicada mano de arriba a abajo. Comencé a acariciar su entrepierna por encima de la ropa interior y su respiración se agitó aún más, subí mi otra mano y menos dos dedos en su boca, ella entonces comenzó a chupar los sensualmente. Ya lo había aceptado.

Después de un rato, ella se empezó a mostrar cada vez más excitada. La tumbe sobre mi cama y le quite la ropa interior lentamente, su vagina se dejó ver y me di cuenta de que ella estaba mojada, su liquido escurría por sus ingles y yo no pude contenerme, me agache y lentamente fui besando sus piernas hasta llegar a la parte de arriba, entonces fue cuando comencé a realizarle sexo oral. Ella no tardo en comenzar a gemir, lo hacía como si estuviera experimentando el mayor placer de la vida, mientras yo rozaba mi lengua en su clítoris para luego bajarla a sus labios y hacerme dueño de sus líquidos. De vez en cuando me levantaba y la besaba para que ella pudiera probar. No falto mucho para darme cuenta que mi miembro estaba muy duro ya, así que me pare y deje que ella lo contemplara, aun se mostraba sorprendida ante su tamaño y un tanto atemorizada por lo que iba a hacerle. Metí la punta de mi pene dentro de ella lentamente y ella no pudo entonces evitar gemir de placer, mientras que mis dedos jugaban con el exterior de su vagina. Estaba apunto de follarla cuando se escucharon ruidos en la sala, mis padres acababan de llegar.

<> pensé,no pensaba quedarme con las ganas. Por lo que la levante y la cargué con mis brazos a la ducha y la encendí rápidamente de forma que nadie nos oyera. Mis padres gritaron mi nombre y el de Britany, pero ninguno contestó, quien se iba a imaginar que hacíamos nosotros en el baño. Intentábamos quedarnos callados para que mis padres no escucharan, pero yo no pude aguantarlo más. Volví a meterle la punta de mi pene estando nosotros en la ducha, entonces vi que ella luchaba por no gemir, toda aquella situación me calentó muchísimo. Así que la embestí con todas mis fuerzas, la folle brutalmente y tape su boca con mis dos manos. Ella intentaba gemir, pero mis manos se lo impedían, intente disimular los sonidos de mi regazo chocando con su hermoso culo, pero simplemente no podía. Encendí más la regadera mientras yo la follaba como si no hubiera un mañana, ella lo disfrutaba tanto que no tardo en tener un orgasmo, sentí sus piernas débiles, así que con una mano la agarré del abdomen y seguí penetrándola sin piedad, entretanto éxtasis y erotismo, mis padres se cansaron de llamar. Cuando sentí que ella no tenía más fuerzas, saqué mi pene de ella y le di una nalgada.

- Espero que con esto aprendas a respetar a tu jefe

- S..si..si si señor – dijo ella con una respiración muy agitada y cansada por tas las embestidas

La agarré entonces del pelo e hice que se agachara. Ella lo hizo a pesar de estar cansada. La cachetee con mi pene por unos instantes, su expresión ingenua me excitaba muchísimo, así que le dije que me lo chupara y ella obedeció tal y como le dije. Era una buena zorra,con su lengua acariciaba desde el tronco hasta el grande de mi pene, haciendo unos movimientos excelentes con su boca, luego de ello, ella lamia mis cojones y los besaba. Lo hacía tan bien. Luego de que tuve suficiente, decidí ponerme rudo, la agarré del pelo y le dije que respirara hondo, fue entonces cuando empecé a follar su garganta, sus gemidos se mesclaban con el ruido de su saliva salpicándome y ella se mostraba sumisa como siempre empecé a gemir yo también y a sentí como poco a poco el momento se estaba acercando. El saque entonces de su boca y le dije que abriera la boca. Ella hizo justo como le pedí, su carita tierna era lacara de una zorra, gemí bruscamente y me corrí en su rostro tierno e inocente.Ella trago el líquido como yo lo esperaba y luego me vio a los ojos con una sonrisa perversa.

No puedo olvidar lo que sucedió después,se vistió dentro del baño y con el cuerpo abolido y cansado salió de allí, mis padres la saludaron diciendo:

- Vaya luces cansada, de seguro has trabajado mucho hoy.

No sé ella, pero yo definitivamente trabaje duro. El día que pensé que no tendría suerte,de hecho, tuve el doble, no solo tengo ahora un juguete sexual para cuando yo quiero,sino que también, ya no debo preocuparme más por su sueldo. Así que si, mama,soy un vago ¿y que?