La familia Carter codiciaba sus acciones, al igual que Roberto. Ella estaba entre la espada y la pared. Sin embargo, el Grupo Carter no podía actuar rápidamente ya que esas acciones solo serían accesibles cuando cumpliera los veinticinco años.
Lo que necesitaban hacer ahora era ganarse completamente el favor de Ella.
—Por cierto, algunos de los pequeños accionistas del Grupo Davis han acordado transferirme sus acciones. Te las transferiré a ti —dijo Eric con una sonrisa casual, saboreando su vino. Iría a cualquier extremo para apoyar a Ella.
—¡Gracias! —respondió Ella.
—Somos un viejo matrimonio; no hay necesidad de tanta formalidad —dijo Eric con una sonrisa pícara, haciendo sonrojar a Ella. ¿Realmente tenía que ser tan cariñoso delante de sus amigos?
Brian y Jacobo intercambiaron miradas y sonrieron.
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