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Capítulo 1

Capitulo 1 - Mitos y leyendas

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"Había una vez tres hermanos que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer.

De pronto los hermanos llegaron a un río demasiado traicionero para cruzarlo. Pero siendo diestros en el arte de la magia los tres hermanos solo usaron sus varitas para crear un puente.

Sin embargo, antes de pasar, una figura encapuchada bloqueó su camino, era la muerte, y se sintió defraudada porque los viajeros normalmente se ahogaban en el río. Pero la muerte era astuta. Fingió felicitar a los tres hermanos por su magia y les dijo que se habían ganado un premio por ser lo bastante listos para evitarla.

El mayor, pidió una varita más poderosa que cualquiera que existiera, y la muerte se la fabricó de un árbol de Sáuco que estaba cerca . El segundo hermano decidió que quería humillar a la muerte aún más, pidió el poder de traer a seres amados desde la tumba. Así la muerte tomo una piedra del río y se la entregó. Finalmente, la muerte giró hacia el tercer hermano, un hombre humilde. Él pidió algo que le permitiera irse de ese lugar evitando que la muerte lo siguiera, la muerte de mala gana, le dio su propio manto de invisibilidad.

El primer hermano viajo a un poblado distante y con la varita de Sáuco en la mano mató a un mago con quien una vez había peleado. Ebrio con el poder que le había dado la varita, presumió ser invencible. Pero esa noche, otro mago le robó la varita y le cortó el cuello de lado a lado. Y la muerte reclamó al primer hermano.

Mientras, el segundo hermano fue a su hogar donde tomó la piedra y la giró tres veces en su mano. Para su deleite, la mujer con la que había querido casarse antes de su repentina muerte, apareció frente a él, pero pronto se volvió triste y fría, pues ya no pertenecía al mundo de los mortales. Llevado a la locura por su tristeza, el segundo hermano se quitó la vida para estar con ella, y la muerte se llevó al segundo hermano.

Al tercer hermano la muerte lo buscó por muchos años, pero nunca pudo encontrarlo, solo cuando llegó a una edad muy avanzada, el hermano más joven se quitó el manto de invisibilidad y se lo dio a su hijo. Recibió a la muerte como a una vieja amiga y fue con ella con gusto, dejando esta vida como iguales."

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Caminando por la oscura calle, Albus Dombuldore avanzaba entre los pequeños charcos de luces proporcionados por los faros que había en el pueblo, la nieve caía sin parar y el frío era muy claro para ignorarlo, no era invierno pero estaban cerca de las montañas, razón lo la que el frío y la nieve eran elementos recurrentes, por suerte su túnica larga y gris contaba con un pequeño echizo que ayudaba a aclimatar su viejo cuerpo. Entre sus brazos cargaba una pequeña canasta color café, sosteniendola sobre su pecho y por arriba de su blanca y frondosa barba, mirando al frente y avanzado con la vista en un edificio al final de la calle

Sus ojos azules se desviaron por un momento al oscuro cielo cuando un pequeño destello acendente captó su atención, detuvo su caminar y miro atento cómo ese destello explotaba y se convertía en más destellos que formaban la imagen de un ave, sorprendentemente esta silueta formada por puntos brillosos pareció cobrar vida y comenzó a volar de un lado a otro aleteando con sus falsas alas y surco los cielos, después de todo permitió que una ligera sonrisa se apoderará de el

De entre las sombras, un gato color gris con rayas negras por todo su cuerpo, caminando lenta y elegantemente con cautela, se poso detrás de hombre y en un abrir y cerrar de ojos el animal se había transformado en una mujer mayor vestida con tinicas verdes y un sombrero de bruja puntiagudo, aparte de sus gafas

- Buenas noches Minerva - la voz cansada y rasposa de Albus sonó transmitiendo amabiladad y tranquilidad al saludar a su amiga, maestra,  subdirectora y jefa de la casa Griffyndor perteneciente al colegio que el mismo dirigía

- Muy buenas noches para usted también, director Dombuldore - regreso el saludo cordialmente, aunque trataba de mantener su posición recta y elegante, la maestra de transforciones tenía alegría en su tono de voz

Minerva logro captar la dirección a la que Albus seguía mirando incluso mientras la saludaba, entonces noto el enorme fuego artificial encantado que tenía forma y movimientos de ave en el cielo, ella, normalmente, estaría en contra de semejante demostración de magia en un lugar público donde muggles habitaban, pero este día en especial simplente se permitió sonreír y disfrutar del festejo que los acontecia

Hoy, hace tan solo unas horas se corrió la noticia que alteró a todo el mundo mágico para mejor, el más grande mago tenebroso de la historia, Lord Voldemort, había Sido vencido en circunstancias aún no reveladas, claro, eso era lo que Albus se encargó de difundir pues realmente si se sabía la razón de su fallecimiento, Harry Potter, el niño de la profecía lo había vencido, lamentable el precio de la victoria fue la vida de sus padres

- Puedo preguntar qué hacemos aquí? - la curiosidad carcomía a Mcgonagall por dentro de su fachada de mujer elegante, entendia que, apesar de lo antes mencionado, aún no era momento de descansar y festejar, tal vez Voldemort fue vencido, pero todos sus seguidores seguían por ahí listos para seguir con sus retorcidos planes

- Ven, acompáñame en mi camino - el ave del cielo desaparecio, el director giro levemente hasta poder mirar a Minerva de reojo y ofreció amablemente

Minerva acepto silenciosamente y camino con calma hasta colocrse al lado de su director y ambos reanudaron el camino. La maestra de transforciones no pudo evitar notar el bulto entre los brazos de Dombuldore, pero se decepcionó cuando no pudo ver nada, la canasta estaba cubierta por una manta blanca

El camino fue silencioso y tranquilo, algo que ninguno de los dos magos veteranos dudo en disfrutar, con los tiempos anteriores era imposible bajar la guardia, magos oscuros podían atacar cualquier lugar en cualquier momento por mera diversión, hombres, mujeres y niños aterrorizados por capricho, secuestrados por diversión y asesinados por gusto, nadie estaba libre del tormento que causaba el reinado del señor tenebroso, especialmente aquellas personas llamadas 'Sangre sucia'

Pero ahora se podía respirar mejor

Al llegar frente al edificio, Minerva pudo leer las palabras que adornaban el cancel que cubría las extremidades de la propiedad "Orfanato Wool", los ojos de Minerva se abrieron un poco comprendiendo más sobre cual era la verdadera razón por la que estaban aquí, se quedó quieta un segundo y miro todo el edificio, era antiguo y descuidado, pero estaba limpio, de eso no había dudas, echo de ladrillos y cubierto de ventanas por todos lados, las tejas color gris cubrían el techo, la puerta era enorme parecía estar echa de madera

- Puedes ayudarme? - pregunto el hombre mayor una vez que vio a su amiga y compañera regresar a su lado, extendió la canasta y Minerva la acepto

Mientras Albus parecía buscar algo que te sus tinicas, la curiosidad absorbió a Minerva y acunó la canasta con un brazo y levanto la manta con el otro, su rostro se suavizo cuando vio exactamente lo que esperaba, dentro de la canasta había un bebé, un hermoso infante que parecía tener un año como maximo, una pequeña mata de cabello oscuro cubría su cabecita y, ahora que la manta se levantó y dejo entrar el frío de la noches, coemenzo a despertar revelando sus ojos de color azul como el hielo

- Quien es este niño?, Albus - pregunto sin dejar de ver al Bebe que ahora levantana las manitas y balbuceaba torpemente aún adormilado

- Está noche, más vidas de las que reconoceremos se perdieron, Minerva - contesto el director sacando lo que parecía ser un sobre con una carta y se hacerca al bebé y posando la carta sobre las mantas que envolvían al infante - Voldemort no solo estaba interesado en el hijo de los Potter, había más personas a las que consideraba una amenaza -

- Entonces este niño no es... -

- Harry Potter... No, el aún está bajo la custodia de Severus, Hagrid está en camino para recogerlo y nos verá en otro lugar, mientras tanto yo tengo otra promesa que cumplir - como siempre, Dombuldore no contesto la pregunta directamente, el era así y Minerva lo sabía, sacar respuestas de Albus era como habalr con una pared, lo único que uno podía hacer era confiar en el

El mago extendió los brazos esperando recibir la canasta una vez más, Minerva capto la intención y le entrego el bebé al director, con cuidado Albus tomo la canasta y camino hasta estar parado enfrente de la puerta, con cuidado dejo la canasta y al bebé en suelo lo suficientemente separado de la puerta para evitar accidentes y que las personas dentro lo pudieran ver una vez las llamara

- Cual es el nombre del bebé? - Minerva pregunto esperanzada en obtener algo de información y calamar su curiosidad

- Su nombre, Thomas Peverell -

Mcgonagall entrecerro los ojos un segundo, Peverell, ese nombre le sonaba conocido, ella es maestra el colegio Hogway de magia y echizeria, ella podía presumir haberle dado clases a un miembro de todas las familias y recordaba sus nombres como si los viera todos los días

Sus ojos se abrieron como platos cuando su cerebro encontró de dónde provenía el apellido del pequeño que tan solo hace unos momentos sostuvo ente sus brazos, todo el mundo, niños y adultos por igual,  conocen la famosa historia de los tres hermanos que se ganaron el favor de la muerte solo para ser engañados, excepto el menor, o mejor conocida como

"Las reliquias de la Muerte"

- Albus, estás diciendo que la historia es real? - el mundo mágico estaba lleno de sorpresas, desde las criaturas fantasticas hasta los echos históricos que acontecen la sociedad, pero aún así para Machonagall era increíble creer que ese cuento en especial, en realidad no era un cuento

Bueno, no era todo así, esa historia tenía demasiados años de antigüedad, ella misma la escucho cuando apenas era una pequeña niña y estaba segura de que fue su propia abuela quien se lo contó, por lo que había la posibilidad de que alguna familia de magos en la antiguadad simplente decidio adoptar el nombre Peverell por honor al cuánto de los hermanos, una explicación lógica y muy posible

Pero en el caso de que no fuera así y la mínima posibilidad de que el cuento en realidad fuera real, la noticia podría impactar demasiado en el mundo mágico

- Toda leyenda tiene como base eschos reales, Minerva - contesto con calma - en mi opinión la muerte personificada es tan irreal como sus reliquias, pero si, la familia Peverell existe... Aunque ahora solo queda un miembro -

Cortando la plática sin querer dar más detalles, comenzó a caminar por el mismo camino por el que vino solo que deteniéndose justo en el portón del cancel y dió media vuelta mirando a Minerva quien miro unos segundos la canasta antes de caminar al lado de su director. Una vez a su lado miro de nuevo a la puerta del orfanato

- Cuando dijiste que solo había un miembro de la familia Peverell... Te refieres el?, No es así? - sus ojos no habían dejado de ver la canasta, se movía levemente con cada movimiento del bebé

- Voldemort no solo era cruel, era listo, y supo que lo único que lo amenazaba eran las cosas que no podía controlar, la familia Peverell era una de ellas - las crudas palabras hicieron entender a Mcgonagall que este pequeño solo era una víctima más de los tiempos oscuros - Ahora, me aria los honores? - Albus levantó la mitad de su brazo izquierdo dejando el dorso de su mano mirando arriba

Minerva entendió el mensaje y colocó su mano derecha en el dorso de Albus y con la mano izquierda tomo su varita antes de agitarla hacia la puerta, la enorme entrada de madera se movió bruscamente simulando que alguien la estubiera golpeando esperando a que fuera abierta, pero antes de que alguien respondiera, ambos maestros desaparecieron como si algo los succionará de la nada

Segundos después la enorme puerta fue abierta revelando a un hombre de avanzada edad si es que su frondosa barba blanca y anteojos significaban algo, vestía con una camisa de botones blanca, un chaleco de lana color café, pantalones negros lisos y zapatos del mismo color

Sus ojos oscuros recorrieron el frente del orfanato, mirando de un lado a otro no pudo encontrar a nadie en la fría noche, negando decepcionado por haber caído en otra tonta broma de los niños, el.hombre se dispuso a cerrar la puerta, solo que se detuvo cuando su vista bajo y miro una canasta, se agachó y quedó algo impresionado al ver el contenido, un bebé acompañado de una carta, no era raro ver a un bebé abandonado en un orfanato, las personas creían que simplente los podían dejar como si fueran grandes sacos de basura, algo que le enfermaba, lo raro e inusual era la carta, la gente simplente no se molestaba en explicar por qué los abandonaban, solo lo hacían y listo, no estaba acostumbrados a dar explicaciones ni sus últimas palabras, por eso su condición

Entre cerrando la puerta detrás de el y dejo la canasta en una Meza cerca de su pocision

- Señor. Myers, todo bien? - la dulce voz de una joven llamo la atención del ahora indentificado sr.Myers, el mencionado miro al origen de la pregunta, una hermosa joven de cabello castaño y ojos verdes vestida con un Pijama de color lila

- Claro, Lyla , todo bien es solo que...de nuevo abandonaron a un pequeño - el pesar de su voz dejaba en calor que eran varias la veces que se había encontrado en esta situación y no le gustaba

El entrecejo arrugado de Lyla dejo en claro que está noticia no le agradaba para nada, no entendía como una madre o padre pudieran tener tan frío corazón como para abandonar a su propio hijo, con molestia camino cerca de la canasta marrón que había que estába en la mesa del florero, dónde supuso que estaría el infante, eso y ellos balubuceos eran claro indicio de ello

Mientras tanto Myers había tomado la carta y la abrió para sacar el contenido y comenzar a leer, se centro en el el contenido tanto que no le dió importancia a la mujer que le ayudaba en el orfanato, Lyla tomo al pequeño entre brazos y sintió como el bebé comenzaba a acurrucarse y relajarse plácidamente, decir que la joven se derritió ante el infante fue quedarse cortos, ella había recibido a una gran cantidad de niños todos los años pero podía decir con totola seguridad que este bebé era el más hermoso de todos

- Es hermoso - comentó en voz alta y espero una respuesta de su jefe, algo que no obtuvo y oor curiosidad levantó la vista del bebé - Que dice la carta? -

Pregunto la joven cuendo vio lo inmerso que estaba el Sr.Myers en ella, el hombre suspiro pesadamente antes de arrugar el papel con todo y sobre, miro a Lyla y dió una media sonrisa

- Nada que deba preocuparte, lleva el pequeño a uno de los cuartos para bebes y acuestalo, después ve a descansa, si? - pidió el hombre amable, la chica no convencida del todo asíntio y obedeció rápidamente

Cuando la silueta de Lyla desapareció por los pasillos el hombre dejo caer sus hombros y se masagueo los ojos levanten, dirigió su vista hasta la chimenea del lobby y camino lentamente, arroyo la carta junto con el sobre y se dió media vuelta

- (Me debes una, Albus) -  pensó para sí mismo mientras tomaba rumbo a su habitación

Cómo siempre su viejo amigo no daba más información de la necesaria, pero confiaba en el, solo que le traiama malos recuerdos la situación actual, aún recordaba aquel día oscuro dónde su viejo amigo apareció preguntando por ese chico Tom Riddle, o como la gente lo conocía por estos tiempos, Lord Voldemort.

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