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Los Heraldos de la Muerte

— ¡Maldición, retrocedan! ¡Necesitamos reagruparnos! —gritó el capitán Stalin, con la voz llena de angustia, mientras su mirada recorría el desolador panorama.Los soldados asintieron en silencio, el miedo reflejado en sus ojos cansados y ensangrentados. Sin una palabra más, siguieron a su líder hacia la relativa seguridad de la fortaleza militar más cercana.Un estimado de 35.000 soldados de la CSG habían sido aniquilados por la furia implacable de los Erradicadores, cuyas armas cortaban a través de la carne y el hueso con una precisión mortal. Los gritos de agonía se entrelazaban con el rugido del viento, creando una cacofonía de desesperación que se filtraba en el alma de aquellos que aún luchaban por sobrevivir. Cada suspiro era un eco de la tragedia que se desplegaba sobre el campo de batalla, cada gemido una plegaria silenciosa por un alivio que nunca llegaría.— ¡No podemos rendirnos ahora! ¡Luchemos hasta el último aliento! —exclamó un soldado, levantando su arma con determinación, mientras sus compañeros asentían con ferocidad.El capitán Stalin asintió con solemnidad, admirando el coraje de sus hombres incluso en medio del caos y la desesperación.Los soldados restantes de la CSG lanzaron un contraataque desesperado, desplegando todo el arsenal en un intento fútil por detener la marea insaciable del imperio. Los cañones rugían como bestias hambrientas, las ametralladoras vomitaban fuego y plomo, los lanzacohetes destrozaban el cielo con su furia ciega. Pero todo era en vano ante la barrera casi indestructible que protegía a los Erradicadores: sus escudos de energía, resplandecientes como las puertas del averno, que rechazaban todo intento de resistencia con una indiferencia sobrenatural.La desolación envolvía los corazones de los hombres, mientras luchaban contra un enemigo que parecía surgido de las pesadillas más oscuras. La muerte los rodeaba por todas partes, su aliento frío acariciando sus almas con la promesa de un eterno tormento. Y en medio de la carnicería, los Erradicadores avanzaban como espectros de la guerra, su risa macabra resonando en los oídos de los condenados mientras sembraban el caos y la destrucción a su paso, como heraldos del fin de los tiempos.La situación era desesperada. Quedaban apenas unos pocos miles de soldados de Hannoria, mientras que una aplastante fuerza enemiga se cernía sobre ellos, formando un oscuro mar de adversarios que parecía no tener fin. Los Erradicadores, seres temidos y reverenciados en igual medida, se erguían como sombras imponentes entre las líneas de batalla, su presencia infundiendo un terror palpable en el corazón de sus enemigos.— ¡Nos están arrollando, capitán! ¡No podemos resistir mucho más tiempo! —gritó un soldado, su voz perdida entre el estruendo de la guerra.El capitán Stalin, rodeado por la desolación y el caos, luchaba por mantener la compostura ante la inminente avalancha de muerte que se avecinaba. Con un gesto tembloroso, se comunicó con las demás áreas y la capital de Mifdak, rogando por el envío urgente de cualquier refuerzo disponible, sin importar el medio por el cual llegaran.El campo de batalla estaba envuelto en un manto de desesperación, donde los gritos de los caídos se mezclaban con el fragor de la batalla. El aire mismo parecía cargado con la electricidad de la guerra, cada suspiro resonando como un eco de angustia en el vasto y desolado paisaje.— ¡Mantenemos la posición! ¡Los refuerzos están en camino! —gritó Stalin, sus palabras resonando como un débil eco de esperanza en medio del abismo de la guerra.Ya habían transcurrido más de doce horas desde la llegada del ejército imperial, y aún la oscura sombra de la muerte se cernía sobre el campo de batalla. Chloe y los demás soldados Erradicadores continuaban su avance implacable, cada uno actuando como un engranaje perfecto en la maquinaria de la destrucción. Cada paso que daban resonaba como el latido de un corazón oscuro, cada movimiento estaba impregnado de una determinación fría y despiadada.Cuando el reloj marcaba las 19:00 horas, Matteo, el líder supremo de los Erradicadores lanzó un asalto feroz contra la base militar donde se refugiaba Stalin. Con su presencia imponente, atravesó las defensas enemigas como un demonio en una misión divina, dejando a su paso un rastro de caos y destrucción.Mientras avanzaba hacia el corazón de la base, con los ojos ardientes de intensidad, Matteo notó que el sistema de comunicación del lugar había sido restaurado. La alarma ya habría alertado a los altos jerarcas y al general Voznikov sobre el inminente asalto. Sin embargo, lejos de retroceder ante el desafío, el astuto Erradicador improvisó una jugada siniestra, como un maestro de ajedrez moviendo sus piezas en el tablero.Activó su radar, enfocando las pirámides de hierro que rodeaban la ciudad; en realidad, un cinturón mortal de campos ultrasónicos. Cuando aquellos objetos fueron activados, las ondas que se propagaron por el suelo desencadenaron un cataclismo sin igual. Un terremoto de magnitud 8.2 sacudió la región durante 3 agonizantes minutos, desgarrando no solo gran parte de Mifdak, sino también alcanzando a los países vecinos en su vorágine de destrucción.Los edificios temblaban como hojas en el viento, sus estructuras se desmoronaban como castillos de arena ante una marea implacable. Las calles se abrieron como heridas en la tierra, devorando todo a su paso con una voracidad insaciable. Los gritos de angustia y desesperación resonaban en el aire, ahogados por el estruendo infernal del cataclismo.Información Relevante:Imperio HannoriaDepartamento de DefensaInforme Técnico y Militar ConfidencialDesarrollo y Funcionamiento de las Pirámides Sísmicas Hannorianas20 de marzo de 1930Departamento de Investigación Militar, Imperio HannoriaEste documento es de naturaleza clasificada y está destinado únicamente para el consumo interno del gobierno hannoriano. Su distribución, duplicación o divulgación a terceros sin autorización oficial está estrictamente prohibida y puede estar sujeta a medidas disciplinarias y legales.Este informe presenta una descripción detallada del desarrollo, diseño y funcionamiento de las Pirámides Sísmicas Hannorianas, un artefacto militar de última generación creado por el Imperio Hannoria. Estas estructuras piramidales representan una innovación revolucionaria en el campo de la guerra moderna y han sido diseñadas para proporcionar al Imperio una ventaja estratégica significativa en el campo de batalla.En un esfuerzo por fortalecer la seguridad nacional y mantener la supremacía militar, el Imperio Hannoria ha dedicado recursos considerables al desarrollo de tecnologías militares avanzadas. Como resultado de estos esfuerzos, se ha desarrollado el proyecto de las Pirámides Sísmicas Hannorianas, un dispositivo táctico diseñado para desencadenar terremotos controlados con fines defensivos y ofensivos.Las Pirámides Sísmicas Hannorianas están construidas con una combinación de hierro y aleaciones especiales, seleccionadas por sus propiedades mecánicas y conductivas específicas. Esta composición única proporciona a las pirámides una resistencia excepcional y una capacidad óptima para transmitir pulsaciones sísmicas a través del suelo.1. Glándula Artificial de Generación de Pulsaciones Sísmicas (GAGPS):La GAGPS es el componente clave que permite a las Pirámides Sísmicas Hannorianas generar pulsaciones sísmicas controladas. Esta glándula está diseñada con una estructura interna altamente sofisticada que aprovecha los principios de la piezoelectricidad para convertir la energía eléctrica en vibraciones mecánicas.2. Cristales Piezoeléctricos:En el corazón de la GAGPS se encuentran cristales piezoeléctricos cuidadosamente seleccionados por sus propiedades piezoeléctricas. Estos cristales tienen la capacidad única de convertir la energía eléctrica en deformaciones mecánicas y viceversa cuando se someten a un campo eléctrico.3. Conversión de Energía:Cuando se aplica una corriente eléctrica a los cristales piezoeléctricos dentro de la GAGPS, estos experimentan deformaciones mecánicas controladas. Esta deformación genera vibraciones mecánicas, que se transmiten a través de un medio sólido, en este caso, el suelo, en forma de pulsaciones sísmicas.4. Control de la Frecuencia y la Amplitud:El diseño meticuloso de la GAGPS permite un control preciso sobre la frecuencia y la amplitud de las pulsaciones sísmicas generadas. Esto se logra ajustando la intensidad y la duración de la corriente eléctrica aplicada a los cristales piezoeléctricos, lo que a su vez regula la magnitud y la periodicidad de las pulsaciones sísmicas resultantes.5. Propagación de las Pulsaciones Sísmicas:Una vez generadas, las pulsaciones sísmicas se propagan a través del suelo en forma de ondas sísmicas. Estas ondas viajan a través de la corteza terrestre, interactuando con las estructuras geológicas subyacentes y desencadenando terremotos controlados en la región circundante.6. Efectos en el Terreno:La interacción de las pulsaciones sísmicas con el terreno circundante puede provocar deslizamientos de tierra, fracturas en la corteza terrestre y otros fenómenos geológicos asociados con los terremotos. El grado de impacto depende de la intensidad y la duración de las pulsaciones sísmicas generadas por las Pirámides.Las Pirámides Sísmicas Hannorianas tienen una variedad de aplicaciones tácticas, incluida la neutralización de amenazas enemigas, el control del territorio y la desestabilización de regiones estratégicas. Su capacidad para desencadenar terremotos controlados les otorga al Imperio Hannoria una herramienta poderosa para asegurar la superioridad militar en el campo de batalla.El desarrollo y despliegue de las Pirámides Sísmicas Hannorianas representan un logro significativo en la investigación y desarrollo militar del Imperio Hannoria. Su capacidad para generar terremotos controlados proporciona al Imperio una ventaja estratégica única en el escenario geopolítico actual. Sin embargo, su uso está sujeto a regulaciones estrictas y debe ser aplicado con cautela y responsabilidad.Aprobado por:Coronel Luca GrazianiDepartamento de Defensa, Imperio HannoriaEste informe ha sido revisado y aprobado por el Departamento de Defensa del Imperio Hannoria como un documento oficial del Estado. Su distribución está restringida y su contenido es confidencial. Cualquier violación de estas disposiciones está sujeta a medidas disciplinarias y legales según lo establecido por las leyes del Imperio.