- La flecha.

-¿Estamos cerca?"-

-Si, el dragón se está alejando un poco, pero va más lento que nosotros.-

-¿Como sabes dónde se encuentra?-

-Es fácil saberlo, si eres un mago.-

-¿Cómo?-

-Yo puedo ver las fuentes de mana, entre más lejos y más cantidad de mana tengan son más fáciles de percibir.-

-¿A que distancia puedes percibirme?-

-A una milla como mucho.-

-Ya veo.-

Ellos siguieron caminando atraves del bosque.

La lluvia se intensidicaba a medida que se acercaban.

El sol se empezaba a ocultar.

Ellos siguieron avanzando, hasta que.

Luego de atrevezar el último árbol.

Lo vieron.

Un enorme dragón de unas 150 metros de largo.

Bruno comenzó a llorar levemente, gracias a la fuerte tormenta no logró verse.

Al rededor del dragón había algo que lo diferenciaba de todo el ambiente, el cielo estaba despejado encima de el, no llovia.

El era el ojo de la tormenta.

Bruno y Gudmund, bajaron la colina hacia el dragon.

Querían entrar al ojo de la tormenta.

El dragón estaba durmiendo.

Era un lugar rodeado de colinas y montañas, una cama perfecta para el.

Cuando ellos entraron al ojo de la tormenta.

El dragón se levantó.

Era negro, como Gudmund lo describió, pero tenía una pequeña linea morada flourlesente en los bordes cada escama, tan fina que parecía que eran los bordes del propio dragón.

Y el dragón hablo.

-Hola humanos ¿cuál es su razón para interrumpirme esta noche?- Dijo el dragón con una voz tan fuerte que Gudmund se tapo los oídos.

Bruno, sorprendido por el gran dragón comenzó a tartamudear sin que le salga nada.

Se armó de valor y lo dijo.

-El sueño de mi hijo es tener una de tus escamas.-

El dragón camina hacia ellos, acerca su hocico hacia Bruno, lo olfateo y luego miro a Gudmund.

-¿El es tu hijo?-

-No.- Respondió con firmeza Gudmund.

-Mi hijo ya no se encuentra con vida...-

-Ya veo, las vidas humanas son muy fragiles, entiendo tu deseo de cumplir la voluntad de tu difunto hijo.-

Gudmund se vuelve a tapar los oídos ya que el dragón está muy cerca.

Bruno, por otra parte lo mira fijamente.

-Te daré lo que buscas.-

El dragón, alzo su garra y se la clavo a el mismo entre sus escamas.

Y soltó una gran escama de una yarda distancia.

Al dragón se le regeneró instantáneamente.

-Eso es todo humano.- Dijo el dragón. -¿Tu deseas algo?-

Le dijo el dragón a Gudmund.

Gudmund se quedó pensando mientras Bruno se ataba la escama en su espalda.

-¿Que te puedo pedir?- Dijo Gudmund normalmente.

-Una escama, una garra, oro o un arma mágica.-

-No lo se... Elige tu por mi.- Dijo Gudmund mientras se tapaba lo oídos.

-Tienes agallas para mostrar tal falta de respeto niño.- El dragón comenzó a hacer arcadas, para poco después vomitar un conjunto de anillos. -Tomalos todos, son joyas mágicas.-

Gudmund agarro su cantimplora, la vacío y metió los anillos uno por uno.

-Ya tienen lo que quieren, retirense.-

-Vamonos.- Dice Bruno mientras abre una grieta.

Tira la escama dentro y Gudmund guarda su bolsa de anillos en su cinturón.

Entonces una sensación horrible atraviesa la cabeza de Gudmund, algo fino, algo penetrando, un pinchazo de advertencia.

Gudmund ve al cielo y logra ver algo, un punto entre toda la tormenta.

Un punto blanco.

Gudmund instantáneamente vomita en el suelo.

Bruno voltea confundido, el dragón se acerca.

Entonces...

Entonces la esfera de luz que está como minimo a 4 kilómetros de distancia.

En un parpadeo una luz tan fuerte que quemaba las gotas que le caían, atreveso el ala de Avalon.

-Malditos humanos, me tendieron una trampa- Dijo Avalon con notable molestia.

Entonces Avalon con un fuerte coletazo saco volando varias metros a Gudmund y Bruno.

Bruno choco contra un árbol .

Gudmund cayó en la copa de un árbol a unos 25 metros de Bruno.

-Mierda.- Exclamó Gudmund al caer al suelo. -Bruno ¿Estás bien?- Grito Gudmund.

Gudmund, al voltear a ver a Bruno, se encontró con lo que menos esperaba.

Bruno, atravesada contra una rama de ur arbol, mientras sangre le salía por la boca, el miraba la rama rota que atravesaba su pecho, trato de gritar, no pudo.

Bruno miro a Gudmund y le sonrió débilmente.

El dragón, con una fuerte llama azul convirtió en cenizas a Bruno junto con el arbol.

-Viejo decrépito, yo que había creído lo de su hijo.- Volteo a Gudmund. -Vaya, ¿Estás llorando? Los humanos son basura. Hipócrita.-

Gudmund mientras lágrimas salían de sus ojos, el estaba atónito mirando el lugar donde antes estaba Bruno.

Avalon abrió su boca, un punto del tamaño de una canica estaba flotando en el centro, su poder concentrado en un punto.

Cuando estaba por atacar a Gudmund, otro destello amarillo seguido de un destello violeta.

El dragón volteo hacia al ataque haciendo que ambos choquen, sin embargo la luz amarilla cedió al segundo.

-JAJAJAJA- El dragón se reía. -¿PENSARON ACABAR CON EL GRAN AVALON DE UNA FORMA TAN MEDIOCRE?-

Varios destellos hicieron el cielo totalmente amarillo, espadas gigantes estaban estáticas en el aire.

Gudmund, asustado, enojado, triste, confundido y un cúmulo de sentimientos difíciles de describir.

El se fue corriendo y comenzó a uir.

Avalon abrió sus alas pero las dagas cayeron y lo atravesaron sin dejarlo despegar.

Las dagas se desvanecieron instantáneamente, pero el dragón se regenero a la misma velocidad.

Gudmund tropezó, el tenía varios huesos rotos por la caída anterior.

Gudmund voltea a volver a ver la batalla.

El dragón había logrado volar y una estraña persona apareció varios metros por encima de el.

Estaba parado sobre una plataforma de un color dorado mientras le lanzaba dagas continuamente.

Pero el dragón instantes luego de que lo atreviese una daga se regenera a instantáneamente.

Aún así el dragón no podía ganar altura.

La persona de la plataforma tenía un traje blanco con bordes negros, una capa justo como la de Gudmund pero con los colores dorado y negro.

Era un chico, no mayor que Gudmund, mientras el tira las constantes dagas permanece con una expresión frívola.

En contraste Gudmund logro ponerse de pie y escabullirse entre arboles.

El dragón sigue esquivando dagas mientras trata de ganar altura.

Hasta que el dragón se torna de un color totalmente oscuro y comienza a desvanecerse en partículas violetas.

De en medio surge una figura humanoide, es como un humano cualquiera, salvó por unos pequeños detalles, una cola de una yarda, los ojos con una mirada filosa, y todo su cuerpo revestido por escamas, salvó su rostro.

Era una figura ligeramente femenina, con un pelo hasta los hombros.

-Humano, me hiciste sacar esta forma, ahora pagarás las consecuencias.-

Avalon abrió la boca y volvió a atacar con un poder abrumador hacia la plataforma dorada.

Luego de varios segundos del ataque...

La plataforma seguía intacta.

Entonces desapareció y la persona de arriba desendio al suelo.

Avalon volvió a repetir su ataque.

La fifura alzo su mano de cara al rayo violeta.

Y al instante de que el ataque tocó su mano, fue absorbido por ella.

Todo el ataque de al menos 4 metros de diámetro estaba solo apuntando a su mano, estaba siendo absorbido.

Avalon quedó boquiabierto, deteniendo su ataque.

Y sin un respiro de Avalon.

La persona chasqueo sus dedos y un rayo azul lo transformó en cenizas.

***

Minutos antes.

Mientas la batalla retumbaba el bosque.

Gudmund que había logrado salir del ojo de la tormenta, el estaba gravemente herido, su boca y nariz sangraban, no tenia daños por fuera, tenia daños internos.

El tira los anillos sobre una roca, rebusca entre ellos y encuentra uno con una joya verde.

El había leído sobre ellos, eran anillos con magia de curación.

Rápidamente se lo puso y le aplicó mana

Luego de varios minutos.

El dolor se calma, junto con los sonidos de la batalla.

El mira al cielo, viendo las gotas caer.

Las nubes se desvanecieron y una última gota de lluvia cayó sobre su rostro.

La tormenta... Se detuvo. Avalon había muerto.

Gudmund permanece mirando el cielo despejado, la primera vez que lo ve.

El ambiente con el hermoso sol iluminando todo.

Una gran tristeza atraviesa por su mente al recordar la muerte de Bruno.

El no sabe que hacer o como reaccionar.

Solo sabe que a Bruno tampoco le importaría mucho como reaccionase.

Entonces un recuerdo atravesó la mente de Gudmund.

Mientas el estaba en cama luego del encuentro con los lobos, Gudmund le pregunto.

-¿Por que cuando te conocí estabas con un jarron?-

-Te explicaré, está historia también tiene que ver con el nombre que te di, yo tenía un hijo, se llamaba Nustin, el era un un niño muy inquieto, le encantaba la lluvia, en ese entonces vivíamos en la ciudad aquí cerca, con la muerte de mi amada y cuando el tuvo la mayoria de edad decidimos mudarnos a las afueras, a el le encantaba cazar, poco después descubrimos que podia usar magia, entonces un dia, inevitablemente tuvo curiosidad por la magia y sus secretos. Entonces le conté la gran historia de un dragón que protege el mejor reino del mundo, no el más próspero ni nada por el estilo, era el mejor porque el estaba ahí. Su sueño era ver al dragón. Un día mientras cazabamos juntos, el descubrió un gran árbol baño el Monte, quedó boquiabierto por su gran tamaño, entonces comenzó a ir a diario, aveces íbamos juntos pero un diá ocurrió algo. El no volvió a regresar.-

-Ya veo.-

-Oh, lo siento, me desvie del tema, es una tradición familiar vertir licor en dónde están sus tumbas.-

-Entonces... ¿Tu.. lo encontraste?-

-No, solo se que a el no estaría en desacuerdo.-

Mientras lágrimas se formaban en sus ojos, Bruno dijo.

-Algun día cumpliré nuestro sueño.-

Entre lágrimas Gudmund volvió al presente. Se levantó. Y vio la roca con la marca de la flecha, el va de regreso a casa.

***

El grupo avanza por el bosque.

-¿Esta cerca?- Dice Odelgrode.

-Si, es solo que.... Por unos instantes lo percibí en la otra punta.-

-¿Teletrasportacion?-

-Que yo sepa no tenía afinidad a la magia oscura.- Dijo Ursula.

Urbin guiaba el camino, seguido por Odelgrode y Floriang, por detrás iba Úrsula.

-Le preguntaremos cuando lo veamos, tengan cuidado con resbalarse, en específico tu Odelgrode.- Dijo Urbin.

-Lo se.- Dijo firmemente.

-Cuando vea a Gudmund lo mataré, nos causó muchos problemas.- Dijo Ursula.

-Si lo haces me encargaré personalmente que te expulsemos del grupo.- Dijo Floriang.

-La culpa es nuestra por no vigilarlo correctamente, tomaré la responsabilidad.- Dijo Odelgrode soltando una mirada de reojo a Úrsula.

-La lluvia...- Dijo Urbin.

-¿Que pasa con la lluvia?-

-Paro.-