Rey Coco, cuya capacidad mental era la de un niño de diez años, no entendía a qué se refería Mo Qiang con comprar o vender tierra, solo sabía que mientras él viviera en algún lugar, ese lugar era su hogar. Él había conquistado esa tierra después de despertar, ¿qué quería decir ella con vender y comprar?
—¿¡Estás intentando engañarme!? —preguntó enojado, haciendo que Mo Qiang sonriera de manera aduladora. Ella negó con la cabeza y luego declaró con una voz muy entusiasta,
—¿Cómo podría intentar engañar al valiente y audaz Rey Coco? Solo estoy diciendo la verdad, esta escritura de la tierra me ha sido entregada… si el Rey Coco tiene la escritura entonces tendremos que llevar este asunto a la corte.
Mo Qiang sabía que el pequeño coco no sería capaz de entender nada de lo que ella estaba diciendo. El hecho de que ganara consciencia no significaba que este coco también ganara la sabiduría de los humanos.
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