En el territorio Long.
—¡Eres un maldito insensato! ¡Te envié allí para que los presionaras y me obedecieran! ¡No para recibir una paliza! —Long Ju golpeó la mesa con los puños mientras miraba a Shen Tu, quien tenía un ojo morado, una hinchazón en forma de huevo en la frente y las mejillas tan infladas como un pez globo. ¡Solo verla era miserable!
Cuanto más miraba Long Ju a Shen Tu, más vergonzosa la encontraba. Con los dedos tocándose la frente, miró fijamente a Shen Tu y luego dijo —¡Te envié allí para mostrar nuestro poder y tú... tú te ganaste una paliza! ¿Acaso entiendes lo embarazoso que te ves ahora? ¡Has perdido toda mi cara! ¿No pudiste haber pensado al menos que estabas allí como mi representante en lugar de por ti misma?
Shen Tu inclinó la cabeza y se disculpó —Perdóname, Señorita Long. Pero nunca pensé que Mo Qiang sería tan fuerte. No esperaba que fuera tan poderosa.
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