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Fate/Hierro en plata

Fue solo curiosidad que se extendió a cada año. Una figura que todos conocían, pero de la que nadie hablaba. Un conocido, un extraño, un amigo o un desconocido. Nada importaba ahora, sólo deseaba poder comprender que había debajo de esa red que no parecía pensante. Ella no buscaba una luz guía. Ella buscaba ser esa luz.

ReydePicas · Anime und Comics
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Coro

¿Qué es el perdón?, ¿algo lo cual se debería tomar en cuenta y pretender olvidar o simplemente algo lo cual no se daba pensar?

¿Qué es la miseria?, ¿es algo lo cual se vive o algo lo cual se inflige?

La humanidad al final era quien daba la respuesta a cada pregunta que se generaba con respecto a una nueva circunstancia social.

¿Alguien muere por un asesinato?, es obvio buscar al culpable para detenerlo. Los parámetros humanos y las reglas que se crearon con el paso del tiempo, todo ello llegó a un punto en el cual el foco del mundo era la humanidad, se dejó de pensar hace años que el universo giraba en torno a este.

El centralismo en torno al humano pasó de ser uno que se daba al universo a uno que pasaba en torno a la tierra, al sol al universo, pero el retroceso con el avance de la humanidad dio una consecuencia que solo se reflejó en la vida misma.

El centralismo al hombre había vuelto y con mucha más fuerza ahora.

Shirou no pudo evitar quedarse quieto viendo las calles, el invierno se estaba acercando cada vez más, el frío ya era algo de presencia, pudo verlo ante él.

Personas sentadas en las calles sin ninguna motivación, soldados que solo estaban quietos pasando el poco tiempo que quedaba de aquella invisible paz presente. La paz que por casi un siglo se había quedado en el mundo ahora estaba en el colapso.

¿Pero era indicado decir que hubo paz en algún punto de igual forma?

Shirou caminó y puso un par de billetes frente al hombre que había estado con la mirada perdida en el cielo nublado. El hombre se giró y abrió los ojos con sorpresa ante aquel gesto.

—Será suficiente para cambiar de zapatos y el abrigo, busque algo que pueda ayudarlo —la sonrisa amable de Shirou salió al momento de ver como los ojos del hombre ante él se ponían brillosos. Por la barba desarreglada, el cabello grasiento y largo y la ropa sucia era más que evidente que el hombre estaba viviendo en donde pudiera.

—Gracias —una mano sucia se alzó frente a Shirou en un intento de apretón, la sangre con la tela mal cubierta de una herida era más que evidente en la mano que extendió el hombre. ¿Sangre seca de una herida vieja?

Shirou extendió la mano y no dudó en ningún momento en darle la mano a aquella persona en el suelo, porque al final de todo.

¿Qué había de malo en ayudar a los demás?

Shirou no le dio importancia a nada en su camino hasta la residencia de Luvia. El hecho de que ahora cada país se estuviera preparando para una invasión o para una defensa a escala mayor solo hizo que el ir a cada país se convirtiera en un lío tan grande.

Tenía sus formas de llegar a otro país a pesar de tener "cerradas" las fronteras, el haber estado en contacto con el bajo mundo y los estrados superiores le generó varios contactos que pudo usar para navegar entre los controles estrictos que ahora se habían sentado en el mundo.

—Pareces bastante distraído capitán —Shirou se quedó quieto y se detuvo cuando se giró a unas sillas que estaban afuera, miró el café al que pertenecían las mesas y las sillas y también a la persona que lo había llamado.

—Daybit-san, ha pasado un tiempo —Shirou se giró y miró al hombre que lo había llamado. Daybit Sem Void, un mago que estuvo en la misma rama paramilitar de Estados Unidos en la que había estado.

— ¿Es así?, no parece ni siquiera que haya sido siquiera una semana —la respuesta del hombre fue seguida por un signo que indicaba que se sentara.

Shirou se quedó callado y meditó unos segundos antes de caminar hasta la silla frente al rubio y sentarse frente a este. Actualmente Shirou estaba con su apariencia "normal" siendo el cabello castaño rojizo y su tez blanca, aquello coronado por un cubrebocas hizo que caminar como si nada en las ciudades fuese fácil.

Era bastante fácil evitar que lo buscaran a él cuando sus rasgos discrepaban tanto de toda noticia que se había dado sobre él.

— ¿Puedo ayudarte?, dudo que estés en este país solo por algún interés personal —Shirou miró a Daybit quien sonrió de lado.

— ¿Es una orden para dar información? —la broma fue dada por el obvio significado de que antes ambos estaban dentro del régimen—, es broma, sé muy bien que tienes orden de captura, pero aún recuerdo que fuiste el capitán de nuestro escuadrón por un buen tiempo.

—Para alguien que predica estar en servicio no parece que tengas intención de mencionar sobre mi paradero —Shirou no se movió, tenía sus manos sobre la mesa por lo que ante cualquier movimiento extraño del hombre frente a él.

Simplemente tendría que solucionar el problema.

—No tengo razones para detenerte, sé lo que haces y sé que los altos mandos son un montón de idiotas, además leí todo sobre tu expediente, ¿alguien como tú traicionando a los humanos solo para crear caos?, es bastante estúpido si lo puedo señalar.

Los pasos de la camarera interrumpieron la conversación cuando llegó una mujer con una bandeja y dos tazas de café. Shirou alzó una ceja ante aquello.

—Sabias que vendría aquí —la respuesta de Shirou fue seguida de una sonrisa de lado de Daybit.

—Tus contactos siguen siendo mis contactos y el de muchas personas más —la simple respuesta no fue una amenaza.

Fue una advertencia de que estaba siendo seguido por alguien.

—Ya veo, ¿puedo saber el por qué de tu tranquilidad por mi situación?

—Estuve cuando mataste a tú propio maestro —Shirou sintió una punzada ante aquel comentario, más su rostro no mostró ningún cambio, no hubo nada que se viera en Shirou que pudiera dar indicio de que sintió aquella muerte—. Conozco tu historial, sé que desde tu juventud has estado siguiendo un bien común, ¿De la nada bautizado como terrorista?, incluso un niño entendería que hay algo más allá.

— ¿Qué es lo que quieres? —Shirou preguntó directamente. Daybit tomó su taza y la llevó a su boca tomando el contenido.

—Sé que has estado investigando algo bastante interesante… encontré pequeños detalles, pero hay cosas que estás viendo que no deberías —la simple respuesta de Daybit hizo que Shirou alzara una ceja.

—No he estado en nada-

—El proyecto E es algo lo cual perteneció a la familia Animusphere y que no se dio a conocer incluso entre los más cercanos de Marisbury o algún alto estrado.

—Entonces vienes como para advertirme que me detenga, o…

—No sé que tanta información has acumulado y no tentaré respuestas, entrega todo lo que refiere a la investigación de la familia Animusphere y listo.

—No tengo nada en particular de ellos —la simple respuesta de Shirou hizo que Daybit frunciera el ceño.

—Marisbury confiaba en ti, el día en que nos encargaron su muerte simplemente entramos siguiéndote porque el hombre te dio el acceso total a su mansión, incluso su taller personal —Daybit se inclinó hacia adelante y miró directamente a Shirou.

—Solo me consideraba un aliado eficiente, además ustedes entraron a revisar el taller de Marisbury antes que yo entre, no veo porque crean que conseguí algo de allí.

—Porque ese era el taller personal de Marisbury, estaba cada retazo de su investigación y cada dato que ha acumulado con el tiempo.

Shirou inclinó la cabeza en signo de confusión.

— ¿No estás diciendo todo por ti mismo?, lo tienen todo.

—Tenemos todo lo que él ha investigado, pero no hay nada de lo que su familia ha investigado antes.

Shirou se quedó en silencio, la sonrisa neutra y la inexistente expresión más allá de aquel pequeño signo era algo que empezó a molestar a Daybit, él no era quien para hablar de pensamientos de los demás, pero el ver a Shirou siempre era un espectáculo.

No sacó nada viéndolo y sabía que no sacaría nada hablando.

—Bueno, quizá lo que refiere a la familia Animusphere ha sido trasladado a Chaldea por orden de Marisbury mucho antes.

Daybit alzó una ceja por ese retazo de información gratis que había soltado Shirou.

Shirou dio información que sabía que era una verdad a medias, Marisbury había movido la investigación de su familia a Chaldea a un taller que solo se podía acceder como líder de familia, pero lo que realmente era rescatable de ese taller es que solo había cosas puntuales y que el propio Marisbury consideró "de investigar, pero no importante".

—No lo negaré, estoy sorprendido, entonces la directora es quien tiene acceso al taller de la familia… —Daybit comentó por lo bajo antes de dar un suspiro—, no creo que mientas, que es lo peor del asunto, pero si la situación ha ido para ese lado entonces ya no podemos interferir.

—Pensé que la negativa constante de Estados Unidos de reconocer a Marie-san como la directora seguiría.

—Lo hace, ellos están moviéndose para otro extremo en busca de una excusa, toma esa información como un regalo por lo que has dado —Daybit comentó antes de sacudir la cabeza—. La guerra se disparó a tal grado que ya no es manejable, cosas como la noche azul hicieron mermar algunos avances, pero otros solo siguieron.

—El Nuevo Imperio ha estado moviendo demasiado para el bien del continente —Shirou comentó ya soltándose un poco. Daybit no estaba poniendo trampas y estaba dando más información.

Sea lo que sea que fuese el resultado del taller de la familia de los Animusphere debería ser algo realmente importante.

—Sí, como todo se ha vinculado a la religión de golpe algunos creen que seguir con esto hará que se repita otra noche en cualquier momento, pero lo que de verdad está generando conflicto es el creciente rumor de la unión europea.

— ¿Sobre la posible separación o disolución?, lo he escuchado, pero Inglaterra no tendría razones para cortarse en comercio justo en momentos como estos —Shirou sabía bien de lo que hablaba Daybit y de lo que se refería a los crecientes rumores de aquella disolución.

Porque él estaba participando en ese teatro.

—Lo sé, la torre está como loca en estos momentos por culpa de eso, han cerrado casi todo lugar de tránsito posible, el hecho de que en la última semana todo Inglaterra, incluso hablaron de mover el banco central de la unión europea por todo eso, sacaron mucha mierda de todos lados, con la guerra que se está librando y el descontento general de la población la torre incluso está teniendo problemas, pero esto lo sabes.

—Sí —Shirou asintió ante lo que comentó Daybit—, pero ese no es el mayor problema actual de este lado.

—No, el descubrimiento del "acero negro" ahora está creado una revuelta en todo el mundo, el hecho de que ahora ese nombre es sinónimo de superioridad es casi increíble, aunque claro, no es descubrimiento como tal…

— ¿Están culpando a Marie-san por la filtración? —Shirou alzó una ceja cuando Daybit dio aquel indicio.

—No, ni la torre ni el mundo la está culpando directamente, pero sí hay quienes ven que su administración ha fallado dejando salir tecnología de Chaldea para el uso militar de su país natal —Daybit tomó de vuelta la taza que tenía delante antes de tomar un gran trago.

—Al menos eso es bueno —Shirou dio un suspiro ante aquello, él sabía quién fue quien coló toda información de Chaldea y conocía la raíz de las nuevas fábricas produciendo el nuevo acero.

Él sabía de esa persona porque fue él quien robó la información y con la ayuda de Luvia hicieron todo aquello para que se asemeje a que alguien había filtrado la información.

—No he hablado con Marie-san en unas semanas, por lo que no sabría decir que tanto se redujo el personal en Chaldea después de que se filtró la información, por donde sé ya no pueden abandonar la base hasta que se encuentre quien accedió a los datos y los dio.

— ¿Me estás dando tanta información así sin más? —Daybit alzó una ceja ante aquello—, no sé si estar agradecido o realmente tienes fe en mí como uno de los elegidos de Marisbury.

—El grupo que será la punta de lanza en las operaciones futuras, aún está en proceso quien tuvo esa orden de designación.

—Ah, escuché de eso, tuvo una suerte que no está ni escrita para evitar ese destino.

Un sonido proveniente del bolsillo de Shirou sonó haciendo que ambos hombres detuvieran la conversación, Shirou vio quien había estado llamando y canceló la llamada al instante.

—He obtenido lo que quería —Daybit comentó llamando la atención de Shirou—, quería aprender algunas cosas y me has dado algo más de lo que quería, pero también vine para darte aquel pequeño mensaje.

— ¿Qué deje todo lo que sé sobre las investigaciones de los Animusphere? —la pregunta de Shirou hizo que Daybit asintiera con la cabeza.

—Era silenciarlo en su momento por una buena razón, bueno, en tu caso ya estás siendo buscado para ser silenciado pero lo que estoy mencionando está más allá de las simples ordenes de los no iluminados.

— ¿El sector conjunto?, pensé que se dispersaron después de la falla.

—La reforma que se dio solo hizo que esas personas… —Daybit se quedó callado unos segundos antes de dar un suspiro—, la verdad no estoy interesado y esto podría ser algo, las personas fueron designadas al área cincuenta y uno, Marisbury trabajó un tiempo allí y es de donde sacó cosas que no debería, esto lo estoy diciendo como "un amigo", entrega la información en el breve tiempo posible y luego desaparece.

Shirou se quedó callado, solo vio como Daybit ponía el dinero sobre la mesa y se levantaba para irse del lugar.

Tendría que cuidar más con quien trataba para evitar que lo rastrearan otra vez.

—Te tomaste el tiempo para llegar, cuando cortaste mi llamada de golpe me preocupé —Luvia entró en la sala de espera en la cual Shirou había estado, la rubia soltó un suspiro de alivio al ver como Shirou estaba bien.

—Lo siento, me encontré con… un conocido, me comentó algunas cosas y bueno, el tiempo pasó volando —Shirou sonrió cuando vio como Luvia estaba alegre como siempre. La vio caminando hasta estar a su lado y sentarse en el mismo sillón a su lado.

Con las semanas que habían trabajado juntos salieron los viejos recuerdos de aquel tiempo en la torre, tiempo en los cuales Rin, Luvia y él estuvieron en varias situaciones, con Marisbury de fondo molesto por los problemas que causaban y El Melloi II intentando corregirlos tanto como era posible.

— ¿Un conocido? —la pregunta de Luvia era obviamente con interés porque no creía que existiera una persona que Shirou llamara "conocido" que fuese normal.

—Fue un intercambio de información, al parecer él me estuvo siguiendo un tiempo, tendré que cuidar más mis movimientos —Luvia frunció el ceño antes de recostarse en el sillón y suspirar.

—Entiendo que hay cosas que me mantienes en silencio, pero el escucharte hablar tan crípticamente no es divertido —Luvia se cruzó de brazos y miró a Shirou quien sonrió con nerviosismo.

—Son cosas sin importancia ahora, lo que es en un proyecto personal que estoy teniendo nada sobre lo que estamos haciendo.

—Si lo dices… —Luvia comentó intentando no pensar en ello demasiado, si realmente iba a confiar en Shirou y ayudarlo, lo haría de la forma en la que el hombre se sintiera cómodo—, dejando de lado entonces aquello, la producción del acero negro está en auge, las empresas fantasmas en las que invertí pasaron ya en activos reales.

—El soltar la información de manera distribuida causó que muchos intentaran patentar el método al mismo tiempo, ahora mismo no solo hay una competencia en producción aparte de la guerra misma sino de tecnología por los datos que colamos.

—La guerra se detuvo en fracciones por eso, las invasiones se detuvieron cuando se coló el nuevo material —Luvia se puso de pie y tomó una campana la cual agitó un par de veces.

—La incertidumbre de que podría pasar después es algo que ahora detuvo el empuje constante en los frentes, soltamos armamento que no es "de esta época" para algunos en algunos países y ellos repelieron de forma bastante fuerte los ataques.

La puerta de la sala sonó un par de veces antes de que Luvia diera el visto bueno para que ingresara el sirviente que trajo un pequeño carrito de servicio con té y postres, el sirviente solo puso el carrito cerca de ambas personas en la sala y luego salió de la habitación de inmediato.

— ¿Un poco de té? —Luvia preguntó viendo a Shirou.

—Está bien —Shirou acepto viendo que Luvia se había levantado—. Me trae recuerdos cuando no querías servirte siquiera un té tú misma.

La sonrisa de Shirou fue contagiada al rostro de Luvia, la rubia sonrió ante el recuerdo de este tiempo, de verdad aquello días.

Fueron los más felices que había tenido.

—Era algo terca en ese tiempo, Tohsaka solo se quejaba por ello, pero con el tiempo me di cuenta que incluso si es algo simple, el dinero en ciertas circunstancias no puede arreglarlo todo —Luvia parecía algo decaída cuando terminó de preparar la primera taza de té.

—El mundo se puede regir en el deseo, pero cuando el hombre está en su punto más bajo no importa que tanto desee, siempre querrá su supervivencia por encima de algo más —la sonrisa de Shirou se atenuó ante aquel comentario.

—Lo sé, pero es por eso que no puedes depender siempre de algunas cosas, y también es por eso que te tengo un regalo —Luvia sonrió mientras que caminó hasta uno de los baúles que habían estado dentro de la gran sala desde un principio.

— ¿Un regalo? —Shirou alzó una ceja, pero vio como Luvia caminó hasta el gran cajón de madera y movió la tapa y se quedó viéndola unos segundos antes de llamarlo.

Shirou inclinó la cabeza y se puso de pie sin comprender, caminó hasta estar frente a aquel cajón y ver su interior, fue en ese momento en que sintió que su corazón dejó de latir por un segundo.

—No es mucho, lo sé, pero con el acero negro pudimos crear una nueva aleación aparte, misma aleación que vamos a usar para comerciar, pero es una versión inferior, costó mucho poder hacer esto la producción ni siquiera sé si se podrá repetir por los materiales utilizados —Luvia llevó una mano y la pasó sobre aquella creación.

—Debió costar una fortuna… Luvia no tenías… —Shirou se sintió inseguro al ver aquel regalo que estaba en aquella caja.

—No importa el costo, tampoco lo que se invirtió, esto es algo que Rin quería hacer desde un principio y me contacto hace tiempo pero antes no teníamos los materiales para crearlo o mejor dicho no tenías el acero que pueda ocupar el lugar que ves —Luvia se giró y vio como Shirou estaba petrificado viendo el regalo—, ¿Shirou?

El nombra do parpadeó y miró a Luvia quien estaba preocupada por su reacción.

—No es nada, es solo que parece familiar, pero gracias, lo usaré bien —la sonrisa de Shirou creció, estaba feliz en parte de aquel presente que estaba recibiendo.

Pero no estaba tranquilo al ver la forma que tenía, después de todo él sabía que Rin no había tenido una noción exacta de lo que era aquel regalo y también sabía muy bien que Luvia no tenía ni la más mínima noción de la apariencia que tenía aquel presente.

Era por esa razón que el ver aquel arco de metal oscuro exactamente igual al de Archer le generaba tal incomodidad.

Era casi como si se hubiera creado para él y solo él.

El viajar era algo lo cual Shirou ya tenía costumbre, había estado viajando por el mundo apenas terminó en Fuyuki, por lo que se había acostumbrado a las largas horas de viaje en cualquier tipo de vehículo y en cualquier tipo de situación. Levantó su cabeza y vio la nieve que estaba alrededor de todo el lugar.

Había cruzado hace poco la frontera en Bielorrusia, las cosas no estaban tranquilas, estaba con un grupo de personas que estaban ingresando ilegalmente a Rusia en aquel momento, pero no importaba, de igual forma se separaría a mitad de camino de ellos.

Tenía que ir a aquel lugar que había estado señalado en las notas de Marisbury.

Había obtenido toda la información que pudo de parte de los informes y notas que había quitado de parte de lo que sacó de la oficina de Marisbury en Chaldea, a Shirou le hubiera gustado posponer su búsqueda, pero no tuvo opción.

El hecho de que Daybit le hubiera comentado sobre el proyecto E significaba que había una carrera para obtener toda la información que manejaba Marisbury.

No podía confiar en los humanos para guiarse a sí mismos si realmente lo que los Animusphere tenían era tan grande como creía.

Shirou se detuvo cuando pensó en la forma en la que se refirió a los demás.

¿Desde cuando designaba a otros como humanos?, él era un humano más, él era uno más, estaba junto a ellos, se veía como ellos.

Era humano.

La camioneta se detuvo por la tormenta de nieve que había caído en ese momento.

Era la noche del 3 de diciembre de 2012, el invierno había llegado a Rusia y el avance de las personas se detuvo por el frío, el motor de los vehículos comenzó a fallar, Shirou escuchó como se habían quejado algunos al no creer aquello, la temperatura era mucho más baja de lo que habían anticipado.

Uno de los vehículos no fue preparado para el bajón de temperatura deteniendo la caravana en su totalidad.

Shirou suspiró y se puso de pie llamando la atención de todas las personas dentro del auto en el que estaba.

— ¿Sucede algo? —la pregunta de uno de los conductores que habían pasado a la parte trasera donde estaba la mayoría de las personas alertó a la mayoría.

—Saldré —la simple declaración de Shirou hizo que el hombre se quedase viéndolo por unos segundos antes de suspirar y negar.

—Estás loco, morirás en un par de horas —se cruzó de brazos viendo al hombre de pelo rojo.

Dentro de aquella caravana iban escoria de la más grande que había, mercenarios que fueron pagados para ir a realizar un atentado, este grupo estaba preparado para un exterminio en una ciudad, fue un encargo que se dio desde arriba, nadie en el grupo sabía nada del contratista.

—No te preocupes, pero tengo que decir esto por más triste que sea —Shirou levantó una mano y miró el guante que lo cubría, una mirada triste estaba en sus ojos, pero la sonrisa amable no desapareció.

— ¿Qué? —el hombre lo vio, como el tono de piel pasó de blanco a un oscuro bronceado y el pelo del hombre a un blanco puro, el cubrebocas fue removido de un simple movimiento mostrando un rostro conocido por todo mundo.

Los ojos de los presentes se abrieron al ver a aquella leyenda viva entre el bajo mundo, más eso fue todo lo que pudieron procesar antes de que todo pasara a ser una cegadora luz azul.

Shirou estaba conduciendo uno de los vehículos a pesar de la tormenta y el frío. No importaba ahora. Una pequeña sacudida dentro del vehículo hizo que un retumbar dentro de la parte trasera sonara, los cuerpos de aquellos hombres que habían aceptado el encargo revotaron en el suelo al momento en que Shirou pasó aquella piedra por encima.

No hubo música, solo el ruido de la estática de la radio que sonaba de fondo, Shirou no dejó de conducir hasta que llegó después de un par de horas a su objetivo.

Agradecía la tormenta que cubriría las huellas del vehículo hasta donde había llegado, se bajó y comenzó a caminar hasta la enorme roca que estaba al lado de aquella montaña que tenía a su lado. Caminó hasta estar frente a la piedra y alzó su mano para ver el pequeño hueco que esperaba, aquello indicaba que era el lugar correcto.

Se sintió mal por lo que hizo, cuando pidió ayuda a alguien para descifrar las coordenadas al finalizar no tuvo más opción que terminar con aquella persona.

No podía arriesgar una fuga de información, si esto era algo que Marisbury había dejado de lado era por una razón, y él estaba para destruir todo en caso de que se necesario, era por ello que llegó hasta el fondo de todo eso.

Eso y el hecho de que había empezado a circular una idea sobre Olga Marie.

La negativa que tuvo Alaya en su momento de nombramiento fue algo que era remarcable, no fue algo que expresara molestia sino puro desagrado como sino estuviera hablando de uno de los humanos que tanto profesaba que debía salvar.

La negativa de Alaya fue algo más primordial, aquello con la idea de la madre de Olga Marie también circuló en la cabeza de Shirou, él había conocido a Marisbury por mucho tiempo y había visto todo lo que había guardado con cariño y todo lo que había querido.

Una esposa o una amante nunca estuvo en esa lista, era por eso que no sabía que pensar del nacimiento de Olga Marie, era obvio que ella era una sucesora legitima por el hecho de que heredó sin ningún solo problema el escudo de los Animusphere.

Shirou metió su mano dentro de su bolsillo y sacó aquella piedra que había estado usando Marisbury siempre. Al momento en que aquella piedra tocó el hueco que estaba presente en la roca ante él fue que una enorme matriz cubrió toda la roca, una roca que pasaba los cinco metros de alto y más de siete de ancho.

La matriz se iluminó haciendo que ranuras se formaran poco después en los puntos que había visto y dejando una entrada rectangular con escaleras de piedra que se construían a cada segundo.

Shirou miró a su alrededor, cerró los ojos y se concentró, reforzó cada sentido al máximo y buscó cualquier signo de vida en su radio de posibilidad.

Nada, ni siquiera una maquina o algo en particular, era como si incluso la vegetación de la parte exterior hubiera muerto por completo, solo había aquella montaña, la piedra y la nieve.

Miró unos segundos más el vehículo en el cual había llegado antes de comenzar a caminar hacía el interior de la cueva que se había formado de golpe.

Shirou miró las runas que iluminaban el lugar, todo parecía prístino a su alrededor, no podía ver algo que pareciera un cambio real en la piedra que lo rodeaba. Movió su mano y tocó la piedra mientras que bajaba, fue cuando se dio cuenta de algo.

Musgo.

La vida estaba de vuelta mientras más bajaba, como si la extensión de esta se hubiera quedado dentro de aquel lugar, este lugar que debería ser el taller de los Animusphere.

¿Qué era todo esto?

El camino hacía abajo solo hizo sudar a Shirou, la temperatura estaba subiendo y el musgo en las paredes pasó a enredaderas, enredaderas que pasaron a plantas que nunca había visto y una enorme cantidad de raíces que estaban por todos lados.

Fue después de casi siete minutos de bajar escaleras que llegó hasta la única puerta en todo lo que había bajado, pudo ver la piedra cubierta de yerba y musgo, raíces y enredaderas, no solo eso, sino que parecía como si de los bordes de esta salieran con mucha más fuerza hacia el exterior, como si buscasen crecer.

Levantó la mano y vio el centro de la puerta, el único lugar el cual parecía inalterado por la masiva cantidad de plantas. Shirou tragó cuando buscó y sacó la llave que había obtenido de Chaldea, miró la cerradura de enfrente y luego la llave.

No se sintió bien, no se sintió nada bien lo que estaba haciendo, era como si estuviera yendo a un punto sin retorno.

¿Era demasiado tarde para volver y simplemente ignorar la existencia de todo esto?

No, no podía, si realmente había algo que amenazara a la humanidad entonces algún día, en algún momento, en cierto punto entonces esto se podría a la luz y eso no podría permitírselo, incluso si solo fuese en esta vida.

Iba a dejar el mejor mundo posible para que sea vivido.

Metió la llave dentro y escuchó como el mecanismo del interior se forzó para abrir la puerta que se dividió en cuatro para luego entrar por los costados. El aire se sintió pesado al momento en que se abrió la puerta, Shirou abrió los ojos cuando vio el mecanismo interior de la puerta expuesta.

Era tecnología que se usaba en Chaldea, no, un poco más primitiva, pero de igual forma era tecnología y magecraft mezclada.

Tocó el marco de la puerta antes de pasar al interior y ver la sala enorme que tenía. Estaba llena de plantas y vegetación por todos lados. Proyectó una espada y comenzó a caminar hacia el interior.

La luz que iluminaba el lugar era proporcionada por algo parecido a plantas luminosas, era casi hipnotizante el ver aquello, mirando a su alrededor Shirou vio como había varias puertas que daban a una gran variedad de salas. Caminó primero a la derecha y siguió adelante viendo como las plantas parecían crecer más densamente en esa dirección.

Un leve ruido hizo que reaccionara de inmediato moviendo la espada y cortando lo que sea que había estado circulando a su lado.

La boca de Shirou se abrió y su sorpresa creció cuando vio algo… parecía un perro con cara de humano, estaba totalmente cubierto por plantas que se retorcían ante el corte, el animal había sido cortado limpiamente a la mitad haciendo que ambas mitades se muevan.

Lo que le aterró fue el como estas dos mitades expuestas mostraban un interior que era una mezcla entre la carne y la madera.

Dio un paso atrás al ver como la cara de aquella cosa mostraba sufrimiento absoluto ante su estado, Shirou tragó antes de proyecto a Kanshou y Bakuya, la espada fue descartada ante la idea de que estaba contra monstruos.

¿Qué era lo que había ocultado Marisbury hasta ahora?

Un último chillido de lamento se dio la criatura antes de que se quedara quieta y las plantas que se habían estado retorciendo se asentaran en el suelo. Shirou se giró y miró la luz que estaba sobre él, fue entonces que lo vio.

Un ojo que estaba en medio de aquella luz que no paraba de mirarlo como si lo estuviera siguiendo. Shirou sintió un escalofrío recorrer su espalda ante aquello.

Miró los puntos en donde las plantas eran más densas y entonces lo notó, rostros humanos y cuerpos que parecían una mezcla entre la carne y el enorme follaje que los comía. Shirou tragó cuando vio la puerta frente a él, dudó unos segundos antes de comenzar a caminar hacia adelante una vez más.

La puerta se abría sola, pero se detuvo a la mitad por la cantidad de plantas que cubrían los costados, fueron un par de segundos antes de que el sonido de las plantas romperse sonara y se abriera.

Shirou miró con cuidado la sala antes de avanzar, era una cámara llena de verde otra vez, pero había algo que era más destacable de lo anterior, en vez de ser simples plantas o enredaderas había una fila enorme de árboles. Shirou dio un paso hacia adelante y miró el interior que parecía extenderse por un par de decenas de metros, caminó hasta estar frente a uno de los arboles y ver las raíces de este.

— ¿Una serie de números? —la letra a junto con el número ocho estaba en aquel árbol, Shirou miró el árbol y siguió adelante, esta parecía ser la serie "A" por la única variante que era el número en cada pie de árbol.

Llegó hasta lo que parecía un escritorio junto con unas hojas esparcidas en este, apenas era posible ver algo en estos, pero pudo ver algo que lo desconcertó.

— ¿Espécimen E? —Shirou solo sabía que el proyecto era llamado "E", pero eso fue todo lo que había conseguido, leyó unos segundos más lo que pudo y solo encontró notas de la conversión de la luz dentro de lo que probablemente serían las luces que había visto.

—Humano… —Shirou susurró cuando movió una hoja y vio un breve dibujo que mostraba un deterioro del cuerpo a un estado pastoso y luego el crecimiento de lo que serían las luces que estaban en el techo.

Shirou miró a su alrededor y la fila casi interminable de árboles.

Cada árbol fue una persona en algún punto.

Dejó los papeles y se lamió los labios antes de caminar hasta la salida de aquella sala y quedarse viendo una vez lo que se podría llamar como la sala que distribuía los espacios, miró la puerta de izquierda, la que estaba mucho más apartada de la vegetación y fue allí que vio el distintivo en cada puerta.

Había entrado a "la sala A", y pudo ver que mientras más a la izquierda iba menos vegetación había, llegando a "la sala E"

Shirou cerró los ojos y respiró hondo, miró la criatura de hace unos momentos y su malestar se incrementó, lo más probable que aquella cosa hubiera sido humana y que hubiera estado esperando por quien sabe cuanto tiempo para ser salvada.

Y simplemente había terminado con esa vida que pudo salvar.

Respirando hondo Shirou se intentó calmar y miró la habitación central, parecía más una oficina que una de las salas de investigación, el hecho de no ver plantas saliendo de los costados de la puerta fue un indicio.

Caminó hasta la puerta y esta se abrió dejando ver una oficina que era una copia exacta de la oficina de Marisbury en Chaldea.

Entró y vio a su alrededor, había musgo y enredaderas por encima de las computadoras, todo parecía obsoleto y lo único que estaba libre de musgo era un pequeño hueco sobre el escritorio de la oficina.

Caminó hasta este y llevó su mano hasta ese lugar, fue entonces que lo vio, como de ese pequeño espacio apareció un cubo de vidrio que contenía algo.

— ¿Una raíz? —Shirou vio aquello y también se percató de algo.

Todas las raíces, las pequeñas y las grandes que se hundían en el suelo, todas ellas estaban sujetas a aquel pequeño retazo de madera dentro de ese cubo. Shirou no movió su mano y solo dio media vuelta con la curiosidad al máximo.

Ignoró las habitaciones siguientes hasta estar frente a la sala E.

Tragó antes de pararse frente a la puerta y ver como esta no se abría.

¿Estaba averiada o simplemente no podía abrirse sin más?

Alzó su mano y vio un interruptor a un costado, lo tocó y el sonido del mecanismo girar le hizo retroceder cuando este sonó con fuerza y abrir la puerta.

Había una diferencia muy grande entre la sala A y esta, porque el tamaño era mucho más reducido y no había las luces… plantas o lo que sea que fuesen esas cosas que colgaban de las paredes.

La poca luz que entraba no lo dejó ver bien del todo, había muchas más maquinas que en la primera sala, esta estaba repleta hasta cada punto de ellas, no solo eso sino que los cables y las plantas parecían uno cuando llegaban a…

Tubos.

Shirou abrió los ojos cuando vio siete tubos de tamaño humano en fila cada uno lleno de musgo y plantas alrededor, el vidrio roto y restos de madera fue el indicio de algo.

Sacó la linterna que tenía y miró los primeros cuatro tubos que estaban prácticamente iguales, caminó frente a cada uno poco a poco y cuando llegó al sexto tubo fue el momento en que el corazón de Shirou dejó de latir y sintió que su sangre se helaba ante lo que tenía en frente.

Era una enredadera, una planta más del montón, pero lo que tenía delante no podía ser una coincidencia.

La sonrisa de Shirou se quebró y una pequeña sonrisa de puro desconcierto emergió.

Allí estaba, construido de musgo y hojas la cara exacta de Olga Marie y su cuerpo pegado contra la pared. Shirou levantó con cuidado su mano y tocó aquello, se había quitado el guante y lo sintió, la madera bajo aquella capa de musgo y hojas, la cara de Olga Marie estaba más que tallada en aquella figura en el sexto tubo.

El vidrio roto sonó cuando lo pisó y miró a aquella copia exacta de aquella mujer. Shirou se preparó y miró el séptimo tubo solo para ver que a diferencia de todos los demás.

Estaba vacío, completamente sin vida, el vidrio estaba pulcro y el metal sin oxidar, los cables y demás elementos dentro de aquel tubo estaban prácticamente nuevos, casi como si…

—La vida se fuera arrancada de ese lugar —Shirou llevó una mano a su cabeza e intentó procesar lo que estaba aprendiendo.

Miró las notas que estaban colgadas al lado del séptimo tubo y al leer las primeras siete líneas…

Sintió como su mundo parecía haberse roto.

Olga Marie no podía creer lo que estaba viendo, la carta que tenía delante no parecía real. Si bien había escuchado de los incidentes y de los problemas dentro del Reino Unido que no solo había molestado a algunos magos particulares, sino que había empezado a ser una molestia general para la torre misma al evitar el abasto o el acceso fácil por no decir de la salida de la isla.

Pero leer lo que tenía delante a ella no tenía precio, era un reporte de bajas, hubo una concentración por culpa de la poca circulación que se dio en la torre, y al salir los magus de ella fue cuando el detonante se creó.

Noventa y cuatro magus junto con incluso algunos señores de la torre misma murieron sin más en un ataque.

La risa de Olga Marie se escapó, no fue una risa de delirio o felicidad, era una nerviosa.

Lo más probable es que todos esos estaban preparados para cualquier enfrentamiento sobre natural, cualquier amenaza mágica podía ser cuidada por esa cantidad insana de magus y no solo eso, con los señores mismos dentro de ese grupo que se acumuló no debería haber enemigo que se les fuera en frente.

Pero el problema fue que no hubo un enemigo en particular sino uno general, fue una serie de bombas que detonaron en distintos puntos de Londres, cubriendo kilómetros y kilómetros de territorio, dejando muertos por una extensión casi irreal.

¿Cómo se habían colado tales bombas?

Olga Marie se quedó callada viendo el reporte de la torre, ahora mismo el poder de esta estaba temblando por primera vez tanto tiempo debido al golpe indirecto que le causó la guerra a su distribución.

¿Acaso no podían ver que esto debió haberse detenido hace tiempo?, aquel atentando masivo no fue una obra pequeña, no fue un hecho misero o algo que se pudiera llamar de poca monta, no, algo interno, muchos señalaron que había un traidor dentro del mismo Reino Unido, el conflicto ahora pasó a uno interno.

Después de tantos años en una sintonía lúgubre la pequeña paz dentro de aquella unidad se deterioró dejando un solo resultado.

Una guerra interna ante una disolución que parecía irreal como sí alguien…

La boca de Olga Marie se abrió y miró la lista de los magus que habían muerto, los señores que habían caído todo ello indicaba una cosa solo para ella, algo que solo ella probablemente estaba viendo y que conocía muy bien.

Una risa ahora con desesperación ante la negativa de la idea se generó en Olga Marie cuando se dio cuenta de que la causa de tal división no fue algo que se hubiera dado hace poco.

En las ultimas semanas se vio más a los políticos no iluminados al frente hablando y parloteando como si no hubiera un mañana, dando palabras que no parecían ser hechas en el momento como si alguien se hubiera quedado a escribir a un guían para cada uno de ellos, incluso por más mínimo que fuese ahora algo indicaba lo que no quería creer.

Ella lo conocía, sabía de lo que era capaz, sabía que no le importaría un precio a cambio de la paz, la risa de Olga Marie pasó a casi un leve llanto ante la idea del porque se dio todo aquello, la torre pidió de su intersección por la tecnología pidió que ella acudiera y que ellos la apoyarían, era fácil el porque esa situación se presentó.

Todo opositor con influencia hacia ella se había muerto en aquel atentado, ella no sabía si esto fue un pedido de la torre por desesperación, pero estaba segura de una cosa, no fue el miedo lo que hizo que la torre perdiera su postura y acudiera a ella para terminar el conflicto de una vez sin importar el medio.

Algo que se estaba había procesado de manera lenta ahora dio un salto, dando cada visto bueno que ella había solicitado, era obvio que la torre estaba irritada, estaba molesta y la guerra estaba siendo una molestia para su actividad.

Olga Marie soltó una risa cuando pensó en esa persona y en la locura que había hecho para que esto se diera la vuelta y que le dieran permiso de intervenir directamente junto con algunos más.

Ella se culpó por su incompetencia al no poder convencer a la torre antes, ella se culpó por no haber sido más rápida por no haberlo logrado antes.

La mañana del 8 de diciembre de 2012 fue el día en que le dio todo el poder necesario a Olga Marie Animusphere, siendo ella ahora no solo la directora de Chaldea, sino que la dirigente temporal de toda actividad de la torre y toda elección que se diera en las próximas dos semanas.

El nombre de Olga Marie Animusphere había sonado no solo en el mundo no iluminado, ahora ella era la leí en la torre, por más temporal que fuese, más mínimo que fuera, más espontaneo, hubo una unanimidad para que ella tenga el monopolio del poder.

Fue en ese tiempo que el título de la "Falsa reina" nació y se cernió a todo magus, no importaba su experiencia, si estuviera de acuerdo o no, si quisiera servir o si quisiera dejarlo todo, nada importaba en esas dos semanas, porque en ese tiempo que se le asignó para detener la guerra librada en el mundo.

Olga Marie Animusphere era la persona con más poder en todo el mundo, ya no había limites de autoridad, ya no había secretos que ocultar o que no pudiera hacer.

Ella alcanzó el grado más alto de monopolio en la historia para detener la guerra librada, ella no sería recordada al final como alguien de bien, ella no sería escrita en los libros como lo que fue, eso fue un trato, esas dos semanas serían borradas de la historia una vez que todo terminase, pero para Olga Marie aquello no importaba.

¿Por qué pensar en ella si podía ayudar a todos los demás?, Shirou hubiera estado de acuerdo con ella.

Shirou…

Olga Marie se paró frente al atril que tenía delante, estaba preparándose para hacer una trasmisión en vivo y dar su primera orden no solo a Chaldea, no solo a la torre.

Sino al mundo entero.

Pero el nombre de aquella persona no dejó de rebotar en la mente de Olga Marie porque mientras que ella estaba siendo alzada en lo más alto del pedestal del poder Shirou ahora fue identificado como la persona que se encargó intelectualmente de aquel suceso en Inglaterra.

El hombre lo había visto, era más fácil romper a una civilización entera que a la torre misma y había explotado aquello para poder mover todo para ella.

Era casi un chiste como mientras que ella estaba subiendo las escaleras para ir al cielo ante el ojo público, por otro lado Shirou estaba bajando las escaleras hacia el infierno.

Lo único que pudo recalcar de bueno es que la torre no culpó o designó como enemigo a Shirou, al igual que sus opositores, la mayoría de las personas que tenían una idea negativa y de uso a Shirou habían muerto o en aquel incidente mayor o de manera procedural después por la guerra que se libró en la isla.

Olga Marie pensó en el hombre de la sonrisa amable, aquella persona que amaba más a los humanos que ellos mismos, pensó en todo lo que había dejado atrás para estar donde estaba, ella había leído los reportes que había de Shirou en Chaldea.

Había matado a casi todos sus seres queridos para el bien mayor, había dado su todo para este mundo, ¿y el mundo lo designaba como el mayor mal vivo?

¿Por qué existía tal injusticia?

—Un aliado de la justicia… —Olga Marie susurró las palabras que profesaba Shirou, en lo que dijo que se convertiría, él solo quería ayudar él solo deseaba la felicidad de todos por sobre la suya.

¿Por qué entonces era la única persona que no podía ser feliz?

—Eres increíble Marie-san.

Shirou fue la única persona que no le dio la espalda, fue la única persona que no le dijo que era inútil, solo él le había felicitado, solo él había entregado tiempo que no debería ser desperdiciado en ella.

Ella solo podía confiar en Shirou, ella solo podía creer en Shirou y es por eso mismo que lo intentaría, intentaría evitar el peor final que se estaba viendo presente.

El 21 de diciembre del 2012 tras tan solo trece días en el poder absoluto y moviendo hilos como deseó, Olga Marie Animusphere, la reina falsa había logrado conducir a un estado de tregua a cada país.

El peso de las ramas mágicas en cada país tuvo que obedecer, no solo habían estado jurando a la asociación, sino a Chaldea misma, entonces cuando ambas partes se juntaron y la orden absoluta se dio fue que emergió la semana gris en diciembre.

Casi todo personal militar a favor de la guerra fue ejecutado a lo largo de la semana gris, una semana que se dedicó a la búsqueda del bien y del mal, de lo mejor para la existencia humana.

Tras la orden de la Reina falsa el 11 de diciembre de 2012 las cosas se detuvieron casi en su totalidad, cada magus, cada rama, cada poder que se pudo mover en el mundo hizo un giro para poder orquestar todo y colocar las piezas como la reina lo quiso.

Fue para el 15 de diciembre del 2012 en que la guerra entre países se detuvo para englobarse en problemas internos, la celebración duró del 16 al 17 de diciembre del 2012 con el fin de la guerra, siendo una corta, pero dejando una cantidad de bajas inimaginables, bajas que aún no se habían terminado de contar.

El desarrollo militar junto con una empresa que monopolizó la nueva tecnología nació el 18 de diciembre del 2012, en la cabeza de la empresa estaba la cabeza de familia Edelfelt quien había logrado patentar todo lo referente a la tecnología filtrada de Chaldea.

La carrera de búsqueda de tecnología que se dio gracias a la filtración de tecnología de Chaldea hizo que la guerra pasara a una manera de buscar formas de utilizar lo recién aprendido para el campo de batalla generando dos caras, el avance los que lo lograron antes y la rendición de quienes no lo lograron, hubo una gran oposición de parte del mundo cuando aquella empresa que decía monopolizar la tecnología nació, pero Olga Marie no tuvo más opción que dar la cara y hablar sobre que era Chaldea misma quien estaba apoyando eso para el bien de la humanidad.

Los opositores desaparecieron del 19 al 20 de diciembre del 2012 generando el miedo y precaución en torno a todo lo relacionado a Chaldea, fue como presionar un botón, Olga Marie aprendió tarde, pero lo comprendió, como usar el deseo de su padre a favor de todo esto.

Si Chaldea prosperaba entonces el mundo lo aceptaría, si ella decía y realmente decidía hacer que eso fuese para la prosperidad de Chaldea, entonces el mundo lo aceptaría, fue así como funcionó el deseo del grial de su padre.

El 21 de diciembre de 2012 se celebró la paz, fue el día en que muchos lloraron otros maldijeron y muchos más descansaron, pero Olga Marie no pudo descansar porque si bien se habían terminado los conflictos mayores y los internos que eran una amenaza real.

Había algo que había quedado en todo esto.

Ella sabía de la molestia general de las personas ante los que ocasionaron tanta guerra, tanta discordia, tanto sufrimiento, ella sabía que todos ellos serían ejecutados, todos habían sido trasladados al nuevo imperio por orden de ella misma pero no esperó que pasase una persona más en aquella lista de personas que hubiera deseado matar con sus propias manos.

Olga Marie se derrumbó de rodillas cuando vio la noticia que le habían dado aquel día, todos los que fueron capturados serían ejecutados y entre ellos en aquel momento estaba él.

El 22 de diciembre del 2012 Shirou Emiya fue capturado por el nuevo imperio y sentenciado a muerte para el 25 de diciembre del 2012.

Ella miró la orden y no pudo evitar tragar ante la idea.

Ella no podía perder a Shirou, ella no podía permitirlo morir… ella…

No quería estar sola una vez más.