Valle Río Blanco, en el dormitorio del Señor.
Los otros ya se habían retirado, dejando sólo a Jésica y Lori atrás. Aunque Ana se sentía incómoda, Marvin le había dado una explicación cuando se marchó la vez anterior. La lista de personas en las que podían confiar incluía a las Tres Hermanas de Montaña Rocosa. Las personas favorecidas por la Voluntad Planar eran muy confiables, y no hacía falta dudar de ellas. Se debía a esto que las Hechiceras del Destino ganaran la confianza y el apoyo de todos con facilidad. Una Hechicera del Destino de cualquier era podía ganar seguidores, ni hablar de tres Hechiceras juntas. El problema era que ser tan poderoso y deslumbrante atraía la envidia con mucha facilidad. Pero eso no importaba en este momento.
—¿Realmente es la única forma? —preguntó Jésica dirigiéndose a Lori con una extraña expresión.
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