Jiang Lei, dividido entre la incredulidad de sus amigos y la seriedad de la advertencia de Yu Holea, dudó por un momento.
Echó un vistazo a Yu Holea, buscando en su rostro alguna señal de confirmación o duda.
Yu Holea correspondió su mirada con una mezcla de preocupación y sinceridad.
Habló suavemente, dirigiendo sus palabras a Jiang Lei,
—Sr. Jiang, la decisión es última y exclusivamente suya. Confíe en sus instintos y considere las consecuencias. Su bienestar es importante. —dijo Yu Holea.
El amigo escéptico, impacientándose, se burló una vez más,
—Vamos, Jiang Lei. No me digas que realmente te estás creyendo esta farsa. Vinimos aquí para divertirnos, no para escuchar a alguna adivina autoproclamada. —dijo el amigo escéptico.
La expresión de Jiang Lei cambió mientras evaluaba el escepticismo de sus amigos contra las palabras de precaución de Yu Holea.
Su deseo de aventura y la presión de su amigo lo hacían difícil creer a Yu Holea. Al final, tomó su decisión.
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