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Sospechas

NOTA: Los derechos de las series Neon Genesis Evangelion y Black Lagoon NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

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 Balalaika ingresó a la oficina de Gendo Ikari a grandes zancadas vistiendo tenida de combate, un inseparable habano en la boca y un fusil de francotirador Dragunov en sus manos. Al verla, Fuyutsuki retrocedió inmediatamente ya que la visión de esa mujer enojada y peligrosamente armada era, por demás, preocupante. Gendo mantuvo su compostura en su ya clásica posición de meditación.

— ¿Donde está Rei Ayanami? — fue la cortante pregunta de Balalaika.

— ¿Por qué la pregunta? — contra preguntó Gendo.

— Ayanami tenía entrenamiento conmigo esta mañana y no se ha presentado — gruñó Balalaika.

— ¿Qué la hace pensar que yo sé donde está? — preguntó Gendo.

"Mudak" (1) masculló Balalaika en ruso y dejó con fuerza el Dragunov sobre el escritorio del supremo comandante de NERV, dándole una penetrante mirada que el hombre sostuvo sin ningún problema.

— Dejémonos de idioteces, Comandante Ikari — dijo la mujer — Usted cuida a esa chica como si fuera la virginidad de su hermana. Tiene a su gente vigilándola las 24 horas y no se despegan de ella ni a sol ni a sombra. Si hay alguien en este puto Geo-Frente que sabe dónde está Ayanami, es usted.

Gendo esbozó una sonrisa tras sus enguantadas manos ante el comentario de la rusa.

— Rei está con la doctora Akagi realizándose unos exámenes. Estará disponible para usted dentro de un par de días — respondió Gendo.

— ¿Un par de días? ¡¡Odin Govno!! (2) — regañó en ruso la rubia — Estoy entrenando a Ayanami como francotirador, lo cual requiere mucha preparación. Si usted va a estar interrumpiendo mi trabajo por unos putos exámenes, entonces no tengo nada más que hacer aquí. Puede tomar su "Zloyi" (3) empleo y...

— ¡Ya basta Capitán! — dijo Gendo con voz cortante — He sido bastante permisivo con usted. Le permití traer consigo a un grupo de rusos, que pese a trabajar ahora para NERV, solo se mueven si usted se los ordena. Permití que iniciara un nuevo programa de entrenamiento con los pilotos EVA. Permití que su gente se hiciera cargo de la seguridad de la Segunda y Tercer Elegidos. Permití que ordenara a la doctora Akagi hacer cambios al fusil de positrones. Pero Rei es un caso aparte. Si no le gustan las condiciones, no tendrá más acceso a ella y sólo podrá trabajar con la Segunda y Tercer Elegidos.

Balalaika estrechó los ojos ante las palabras de Gendo. Estaba más que claro que Ayanami era un caso especial. Tenía a sus hombres trabajando en descubrir el pasado de la chica peliazul, pero con la seguridad que hay dentro de NERV no era cosa fácil. "Ya cambiaran las cosas cuando llegue el chico de Dutch" pensó.

— No pida perfección si no se me da el tiempo adecuado para preparar a esa chica — dijo Balalaika, tomando el Dragunov.

— Por lo que estoy pagando por usted y su gente, exijo perfección, Capitán Balalaika — respondió Gendo, con una media sonrisa y mirada desafiante.

Balalaika estrechó los ojos y se acercó a Gendo exhalando una bocanada de humo, que el hombre resistió dignamente sin toser.

— ¿Es un desafío, Comandante? El último que me desafió, fue a nadar en el puerto de Roanapur, con la lengua colgando como corbata y un par de zapatos de concreto — dijo la rubia dándole una fiera mirada a su nuevo jefe. Entonces, al ver como el hombre no se apocaba ante sus palabras y le sostenía la mirada sin problemas, esbozó una media sonrisa y le dio una fuerte palmada amistosa en el hombro — Tiene huevos, Comandante Ikari. Me gusta eso. 

Balalaika se dio la vuelta y se encaminó a la salida de la oficina del supremo comandante de NERV, cargando el Dragunov en su espalda.

— Dentro de 4 semanas en el campo de entrenamiento. Ahí verá si vale la pena o no lo que paga por mí y por mi gente — dijo la rubia sin voltearse, para luego salir de la oficina con una sonrisa en los labios.

— No puedo creerlo. Lo acaba de amenazar de muerte — comentó un asustado Fuyutsuki.

— Claro que no. Sólo me estaba probando para saber hasta dónde puede presionar — dijo Gendo.

— Aunque sea así, esa mujer es demasiado peligrosa. No debimos contratarla — dijo Fuyutsuki.

— Ella está aquí para realizar un trabajo muy importante, Fuyutsuki. Lo ocurrido con el Séptimo Angel no se debe repetir bajo ninguna circunstancia. Cuando esa mujer haga su trabajo entrenando a los pilotos y ya no la necesitemos, nos encargaremos de ella y su gente — dijo Gendo con una sonrisa perversa.

Fuyutsuki observó a su antiguo pupilo, deseando que éste no se equivocara en sus cálculos o lo pagaría muy caro por meterse con una ex-militar y ex-mafiosa como Balalaika.

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Habían pasado algo más de un mes desde que Balalaika había llegado a revolucionar NERV y casi dos semanas desde que Shinji se había ido a vivir solo y recién hoy Misato podía darse el tiempo de ir a visitar a su antiguo protegido a su departamento. Ya lo había intentado antes, pero por varios motivos no había podido coincidir con Shinji, ya sea por culpa de su horario de trabajo, la escuela, o el entrenamiento del Sargento Boris. Como sea, hoy finalmente habían quedado de juntarse en el nuevo departamento de Shinji. 

— Hola Misato. Adelante, pasa — dijo un sonriente Shinji, haciendo pasar a su ex-tutora.

Misato se llevó una gran sorpresa al ingresar al departamento de Shinji. Era bastante lujoso y de diseño moderno. Había una gran sala de estar, con un amplio ventanal que daba a un balcón con una mesa y sillas para sentarse. Había demás un comedor a un lado y al fondo se apreciaba la cocina completamente equipada. El departamento estaba totalmente amoblado y tenía como extras, un potente equipo de sonido y un gran televisor de pantalla plana.

— Siéntete en tu casa — dijo Shinji ofreciendo a Misato asiento en un cómodo sillón, antes de ir a la cocina por una cerveza para la mujer — Sabía que vendrías a verme uno de estos días así que la compré para ti. Hay más en la nevera si quieres tomar otra.

— Gracias Shinji — respondió la mujer con una sincera sonrisa en los labios, pero estrechando ligeramente los ojos al sentir un peculiar aroma en el chico cuando se acercó — ¿Estás bien aquí? ¿Te falta algo? — preguntó.

— Estoy bien, sólo un poco cansado por el entrenamiento del Sargento Boris. Si le sumas a eso las pruebas de sincronización y la escuela, cuando alcanzo a ir, pues... no me vendría mal un descanso.

— Tal vez si hablo con la Capitán Balalaika...

— La Capitán no cambiará sus planes aunque se lo pidas de rodillas — dijo Shinji con una sonrisa — En todo caso no es tan malo. El Sargento Boris es una buena persona y me ha enseñado muchas cosas interesantes. El otro día me enseñó a nadar y ahora estoy aprendiendo a bucear; hasta prometió enseñarme a saltar en paracaídas.

— Suena divertido — dijo Misato, confirmando con algo de susto que no se había equivocado con el peculiar aroma que despedía Shinji, cuando este se sentó junto a ella.

— Lo es — afirmó el joven — Puede ser rudo y agotador, pero ese entrenamiento no es tan malo como parece. Bueno, sé que nos están preparando para ser soldados y todo eso, pero he aprendido muchas cosas. No solo militares. He aprendido cosas sobre mí, cosas de las que no me había percatado. Cosas que me han hecho pensar, cambiar... mejorar.

Misato observó con sorpresa al joven sentado junto a ella por sus palabras. Se veía tan distinto, tan maduro. ¿Tanto había cambiado en unas pocas semanas? Entonces vinieron a su mente las palabras de Balalaika: "¿Quieres saber por qué hago esto, Katsuragi? Bien, te lo diré. Porque eres demasiado maternal. Si sigues cobijando a Shinji bajo la protección de tus faldas, vas a transformarlo en un niño mimado"

— Bueno. Voy a tomar un baño y luego prepararé la cena. Puedes ver algo de televisión si gustas. Tengo televisión satelital y hay unos canales de cine muy interesantes — dijo Shinji poniéndose de pie y encaminándose a su cuarto.

La mujer se quedó en la sala largo rato meditando sobre Shinji. El chico estaba realmente cambiado. Se veía más hombre y más seguro de sí mismo, lo cual la alegraba mucho, pero por la forma en que hablaba del Sargento Boris, se dejaba entrever que sentía una gran admiración por él. No sabía hasta qué punto eso podía ser bueno. Por otro lado estaba ese peculiar aroma que desprendía Shinji, un aroma que había sentido antes en... "No puede ser. Estoy pensando demasiado", se dijo la mujer, yendo a la cocina por otra cerveza.

Al salir de la cocina vio a Shinji saliendo del baño, secándose el cabello con una toalla y con otra enrollada en la cintura. Se impactó al ver el cuerpo del chico. No solo había comenzado a desarrollar y marcar su musculatura, también estaba cubierto de varios rasmillones y moretones producto de lo duro de su entrenamiento.

— Voy a vestirme y preparo la cena. No tardo — dijo el joven pasando junto a Misato rumbo a su cuarto, momento en que la mujer vio en la espalda y la base del cuello de joven, unas particulares marcas, además de... ¿rasguños?

Misato quedó congelada en su lugar. No podía equivocarse. Esas marcas en el cuerpo de Shinji eran chupetones, que al estar por la espalda él obviamente no los había visto, por lo que no sabía que debía cubrirlos. Además, los rasguños eran de uñas de mujer. En cuanto a ese particular aroma que desprendía Shinji, estaba segura que era tabaco y no cualquier tabaco, era el tabaco que fumaba Balalaika.

La mujer no supo qué pensar en un inicio, pero luego, al analizar los hechos y llegar a la única conclusión posible, sintió rabia, mucha rabia. ¿Qué hacer? No lo sabía aún, pero esa rubia malas pulgas no se la llevaría barata por haberse aprovechado de Shinji.

 

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La doctora Ritsuko Akagi estaba sentada ante una terminal con una inseparable taza de café en una mano, revisando las cifras del registro diario de índices de sincronización. Tras ella, Misato caminaba furiosa de un lado a otro como si fuera una leona enjaulada.

— ¡Maldita perra asalta cunas! ¡Una mujer así debería estar en la cárcel! — regañaba Misato.

— Vamos, Misato. ¿No crees que estás dejando volar tu imaginación? — preguntó Ritsuko.

— ¿Insinúas que estoy loca? — estalló la morena, escupiendo fuego por la boca.

— Calma. Sólo digo que todas esas cosas que cuentas pueden tener una explicación lógica.

— No me digas, Sherlock — dijo sarcásticamente la furiosa ex-jefa de operaciones.

— Si te digo — respondió una ya fastidiada Ritsuko levantándose de su asiento — Acércate — ordenó la científica a Misato, que la miró con impaciencia, pero al final hizo lo que se le indicó.

— ¿Y ahora, qué? — preguntó.

— Inhala — ordeno la científica.

A Misato todo aquello le pareció una tontería, pero al ver la mirada impaciente de Ritsuko, terminó por rodar los ojos y acercar el rostro de mala gana para hacer lo que su amiga le pedía. De inmediato percibió una mezcla de olores. Perfume francés, cigarrillos mentolados y...

— ¡Ritsuko! — exclamó Misato, apartándose de la científica con una expresión de horror en el rostro.

— No te atrevas ni a pensarlo — amenazó Ritsuko, adivinando los oscuros pensamientos que debían estar pasando por la mente de su amiga — Lo que pasa, es que esa mujer es una grosera, que tiene por costumbre arrojan nubes de humo sobre la gente sin ninguna consideración. Tan sólo hoy me ha "bañado" dos veces con el asqueroso humo de sus habanos.

— Bueno, ¿y eso qué tiene que ver con Shinji? — preguntó Misato, impaciente.

— Pues está claro. Esa mujer fue a verlo entrenar, o tal vez se encontró con él en algún corredor y le arrojó encima quién sabe cuantas volutas de humo. Pensándolo bien, tal vez por eso Shinji fue bañarse al llegar a su departamento — razonó Ritsuko.

— Bien, te concedo eso, pero... ¿y los chupetones y los rasguños en la espalda?

— ¿Estás segura de que eran chupetones? ¿Estás segura que esos rasguños eran de uñas de mujer? ¿Los viste de cerca? — preguntó Ritsuko con ojo estrechos.

— Bueno, no, pero...

— Entonces esos supuestos chupetones pudieron ser moretones o efectos de luz. En cuanto a los rasguños, recuerda que el Sargento Boris hace pasar a Shinji por una pista de obstáculos a campo traviesa. Pudo arañarse la espalda con una rama, un arbusto, o quién sabe qué otra cosa.

— Bueno, tal vez tengas razón, pero, ¿y si te equivocas? ¿Y si Shinji realmente se está acostando con esa mujer? — preguntó una preocupada Misato. 

— Shinji es un adolescente de 14 años lleno de testosterona. Balalaika, una atractiva mujer que pese a sus cicatrices, te aseguro sería el sueño erótico de cualquier hombre. Si una mujer así se ofrece en bandeja ante un chico como Shinji, ¿crees que diría que no?

— Lo creo. ¡¡Shinji no es así!! De seguro ella lo forzó — estalló una enojada Misato.

— ¿Cómo lo sabes? Shinji sólo estuvo unos meses viviendo contigo. La gente cambia y a esa edad lo hacen mucho más rápido. Además, no eres su madre ni nada parecido — razonó Ritsuko.

— ¡Soy su tutora! — reclamó Misato.

— No, ya no lo eres — le recordó Ritsuko.

— ¡Soy su oficial superior!

— Estás siendo irracional.

— ¡Ella está abusando de Shinji!

— ¡Está bien! — gritó Ritsuko, irritada por la terquedad de Misato — Supongamos que tienes razón. Supongamos que la Capitán Balalaika se está acostando con Shinji. Eso no lo matará.

— ¿Qué eso no lo matará? — preguntó Misato, incrédula — ¿¿QUÉ CLASE DE MIERDA ES ESA??

— Escucha Misato. Suponiendo que las cosas sean como dices. Shinji no sería el primer adolescente que inicia su vida sexual de la mano de una mujer mayor, y eso no necesariamente tiene que ser una experiencia traumática, de hecho, puede ser algo bueno.

— ¿Algo bueno? ¿Acaso estás loca? ¡Eso es inmoral! ¡Es sucio y repugnante! — dijo una espantada Misato.

— Misato... si no te conociera, diría que estás celosa — dijo la científica, mirando a su amiga con seriedad, la que recibió aquellas palabras como si fueran un balde de agua fría sobre la cabeza.

— ¿Celosa yo? Creo que el humo de habano te deshizo el cerebro.

— Pues déjame decirte, que suenas más como una adolescente a la cual le "bajaron" el novio, que a una mujer preocupada por la moral. 

— ¿Qué estás insinuando, Ritsuko? — preguntó Misato, sintiendo que la sangre hervía en sus venas.

— Que tal vez lo que te molesta es que esa mujer fuera "la primera vez" de Shinji y no tú.

El sonido de una bofetada inundó la habitación, luego la puerta se abrió y una furibunda Misato salió al pasillo dando grandes zancadas y echando humo por las narices. Detrás, una dolorida Ritsuko se llevaba una mano a su agredida mejilla derecha. 

— Cuando quieras, amiga — dijo la científica, aguantando el dolor de su mejilla que ardía como si hubiera sido quemada por un hierro candente.

 

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Una aún enfadada Misato Katsuragi, estaba apoyada en una baranda en las jaulas de contención, observando al gigantesco EVA-01 sumergido en agua hasta los hombros. Las palabras de Ritsuko aún daban vueltas en su cabeza golpeándola a cada momento.

— ¿Celosa yo? ¿Que estoy molesta por no ser yo la primera vez de Shinji?... ¡Ritsuko está totalmente loca! — exclamó fastidiada. Ella era la guardiana de Shinji. Debía velar por su seguridad.

"No, ya no lo eres"

Las palabras de Ritsuko la golpearon. Era verdad. Ya no era la tutora de Shinji. Balalaika estaba a cargo de él ahora, pero no podía dejar de preocuparse por el chico. Shinji era frágil y... No. Eso ya no era efectivo. Shinji había cambiado. Ahora era cualquier cosa menos frágil. Además, ella... ella... 

En ese momento, Misato fue conciente de algo. El haberse separado de Shinji no sólo había destruido la pequeña familia que había logrado armar. Eso le dejó además un sentimiento de pérdida, como si algo muy importante le hubiera sido arrancado, algo que terminó por estallar cuando fue atando cabos y llegó a la conclusión de que Shinji se estaba acostando con esa perra rusa cicatrizada.

"Pues déjame decirte, que suenas más como una adolescente a la cual le "bajaron" el novio, que a una mujer preocupada por la moral"

¡Eso no! Era una locura de Ritsuko. Ella nunca...

"Tal vez lo que te molesta es que esa mujer fuera "la primera vez" de Shinji y no tú"

Al recordar esas palabras, Misato sintió otra vez como un balde de agua helada sobre su cabeza. La primera vez de Shinji, esa maldita mujer, ese sentimiento de pérdida, el saber a Shinji en los brazos de otra mujer... una mujer distinta a ella. 

— Por todos los cielos. ¿Qué estoy pensando? — se preguntó Misato, espantada por los sentimientos que acabada de descubrir.

 

 

Continuará...

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Notas del Autor: Un capítulo intenso de principio a fin. Muchas cosas pasaron, muchas cosas se dijeron y otras tantas se van descubriendo. Misato de ahora en adelante tendrá mucho que pensar por las cosas que está descubriendo de sí misma, a la vez que Balalaika prepara una demostración del entrenamiento de los pilotos, entre otras cosas.

Aquí me detengo para agradecer especialmente a CromCruac, ya que la conversación entre Misato y Ritsuko que aparece en este capítulo fue su creación. El me envió el texto con esta conversación a modo de idea y me gustó tanto que lo incluí íntegramente, con algunos cambios menores para adecuarlo a la trama y otros en la redacción. Por lo demás, el texto está igual a como él me lo envió. Nuevamente, gracias por tus ideas amigo. Siempre son bienvenidas.

También agradezco a mi amigo Seferino Rengel que me ha ayudado con el idioma ruso, enseñándome algunas palabras y sobre todo, groserías, jajaja. Nos hemos divertido mucho con eso.

- 1: Mudak: Hijo de puta.

- 2: Odin Govno: Una mierda.

- 3: Zloyi: Maldito.

Saludos y nos leemos.