Realmente espero que puedas darme una oportunidad.

Pero en el momento en que él extendió la mano, ella se alejó con disgusto.

La expresión de Su Ze se tensó.

—Señor Su, ¿no se habrá confundido? No me interesa en absoluto su relación con esa mujer, y de todos modos no tiene nada que ver conmigo. Si ha venido a explicar algo, se ha equivocado de persona —Si Qiao Mianmian antes solo sentía una ligera repulsión por Su Ze...

Ahora le repugnaba extremadamente.

Cuestionó una vez más su juicio pasado.

¿Cómo no se había dado cuenta de que este hombre era tan escoria?

No podía creer que alguna vez había visto a Su Ze como un buen hombre poco común.

Y que, como heredero de la segunda generación rica, apenas tenía vicios que otros chicos adinerados tenían.

Pensó que era diferente a los hombres que engañaban a las mujeres con sus sentimientos y disfrutaban saltando de una a otra.

Tal vez realmente estaba ciega en el pasado.

Finalmente creyó en esa afirmación.

Todos los hombres eran basura.

Erán todos iguales.