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37.OPERACIÓN

POV SANTI

Habían pasado un par de semanas desde que contamos a la familia que nos casaríamos y que estábamos esperando un hijo, y hoy era el día que llevábamos esperando todos, la operación de Jessica.

En los últimos días habíamos estado con los doctores asegurándonos que lo de la operación fuese bien y que no afectase a nuestro hijo. Un par de veces nos dimos cuenta de que nos estaban siguiendo, Jackson y los demás se encargaban de que no la viesen, pero ya había rumores de que algo le pasaba a Jessica.

En este mismo momento estaba en la habitación esperando a que viniesen por ella para operarla, y no podía evitar estar nervioso. Andaba de un lado para otro mientras Jess estaba hablando con Madison y Miky.

-Amor, deja de andar de un lado a otro. Vamos a estar bien.

Me giré para verla, y ya no estaban ninguno de los dos, lo que me hace preguntarme en qué momento desaparecieron de la habitación y a donde se debieron de ir.

-Ven aquí anda.

Empecé a andar en la dirección a la camilla y me senté en la silla, pero ella dio unos pequeños golpes sobre la camilla, por lo que me senté en la camilla pasándole un brazo por encima de sus hombros y dándole un beso en la frente mientras ella cogió mi mano y empezó a pasar su pulgar por el dorso de mi mano.

-Amor, sé que estás preocupado por la operación, pero créeme, todo va a estar bien. Después de esto todo estará bien, y tal vez recupere todos mis recuerdos.

- ¿Y si te olvidas de todo de nuevo?

-Es una posibilidad, pero en caso de que me olvide de todo, siempre acabaré por acordarme de vosotros, sobre todo de ti. Te amo demasiado como para perderte de nuevo. No voy a dejar que me pierdas de nuevo.

-No es algo que puedas prometer así a la ligera.

-Lo sé, pero algo me dice que todo estará bien, asique hazme el favor de no preocuparte tanto como lo estás haciendo.

-Es imposible.

-Sólo inténtalo, por mí.

-Lo intentaré.

-De todas maneras, estarán los demás pendientes de ti.

- ¿Me vas a decir que me pusiste a los demás de niñeras?

-Es la única manera de asegurarme de que no dejes volar esa imaginación tuya que tienes.

- ¿Desde cuando tienes pensado hacer eso?

-Pues desde hace tiempo. Me hago una idea de cómo funciona tu mente amor, y te aseguro que no quiero que te preocupes de más por algo que va a salir bien.

- ¿Y cómo estás tan segura?

-Porque tenemos a los mejores médicos del país y llevan tiempo preparando la operación, por eso sé que nada va a salir mal.

-Está bien, confiaré, pero eso no quiere decir que me vaya quedar tranquilo.

-Lo sé, pero quiero que lo intentes.

-Lo haré, no te preocupes, tu encárgate de salir de ahí y bien.

-Lo haré. Quiero que sepas que te amo más que nada en el mundo y que siempre encontraré la manera de volver a ti.

-Lo sé.

-Siento interrumpiros chicos, pero es el momento de que nos llevemos a Jessica.

- ¿Nos puedes dar un minuto?

-Solo uno.

-Con eso es suficiente.

Con eso el doctor salió de la habitación y yo abracé a Jessica como si no hubiese mañana. Por mucho que tratase de creer en sus palabras, me costaba creerlas. No quiero ni pensar qué pasará si la pierdo una vez más.

-Estaré bien. Nos vemos dentro de unas horas. Te amo.

-También te amo, te amo más que a nada en el mundo.

-Lo sé.

En el momento en el que el doctor entró de nuevo estuve allí hasta que no pude acompañarla. Allí ya estaba esperando por mí Carla que tenía una pequeña sonrisa en el rostro. Sé que ella estaba preocupada por Jessica, pero también tengo claro que hará lo que sea que le haya dicho Jessica que haga, por eso no podía evitar amar a esa mujer más que a nada en el mundo.

-Venga, aquí no hacemos nada. Mejor vayámonos a la sala de espera donde están los demás. Además, tenemos que hablar de una cosa.

- ¿De qué?

-De que haremos con todos los periodistas que hay en la entrada del hospital.

- ¿Cómo periodistas?

- ¿De verdad esperabas que no se enterasen de que Jessica viene mucho por aquí? Tú mismo te diste cuenta de que había un par de noticias de que algo le pasaba a Jessica.

-Pero no deberían estar aquí.

-Créeme, sé que no deberían estar aquí, pero sabes cómo son. A veces lo odio. Además, está lo que la loca de Alison anda diciendo por ahí.

- ¿Qué anda diciendo esta vez?

-Que estás usando a Jess, que lo que dijo ella es mentira y que lo está diciendo porque lo que dice ella es cierto… las mismas mierdas de siempre. Santi, no es por mal, pero tenemos que encargarnos de esto antes de que Jessica salga de la operación, porque sabemos que como ella se entere después de salir de esta, no vamos a poder evitar que ella haga algo, y no debe estresarse.

- ¿Y qué hacemos?

- ¿Y si vamos a hablar los dos en este mismo momento con la prensa?

-No quiero salir del hospital, no me quiero perder ni una sola noticia de Jessica.

-Y no te la perderás, prometo que será rápido y que los despacharé antes de que pasen más de diez minutos.

-Eso es mucho tiempo.

-Pero es el tiempo mínimo en la que podrás contestar las preguntas que ellos tienen.

-Está bien, pero igualmente, ¿No te meterás en líos con la discográfica si vuelves a hacer lo de la última vez?

-Me conoces perfectamente y sabes que me quiero largar de esa discográfica, y como la única manera es haciendo que me echen, si no me echan de esta, entonces no sé qué más puedo hacer.

-Tal vez debamos hablar con abogados y hablar de lo que nos querían hacer. Tal vez con eso lleguemos a algún lado.

-Eso lo veremos luego de que Jessica salga de la operación y esté algo más recuperada, mientras, vayamos a despejar esta jauría de periodistas.

Empezamos a andar por los pasillos del hospital hasta llegar a la entrada donde nada más vernos salir por la puerta a mí y a Carla, los flashes y las preguntas empiezan a ser disparadas.

-Santiago, ¿es cierto que estás jugando con Jessica?

- ¿Es cierto que Jessica está enferma?

- ¿Qué es lo que le pasa a Jessica para estar viniendo muchas veces al hospital en el último par de semanas?

- ¿Tú y Jessica estáis esperando un hijo? ¿es por eso que dejas a Alison con tu hijo?

-Antes que nada, Santi no está esperando un hijo de nadie, y en caso de hacerlo, sería con Jessica y no con una persona como Alison.

- ¿Acaso estás celosa Carla?

-No tengo porque estar celosa de nadie, porque por millonésima vez, Santi y yo no somos nada más que buenos amigos. La que está celosa es Alison porque ni cuando estábamos en el instituto logró separar a Santi y Jessica, y eso seguirá así, porque ellos están destinados a estar juntos, y la única manera para ella de conseguir que Santi se vaya con ella, es que Santi firmase un contrato, y como eso no pasó, por eso está enfadada la niña. Asique mejor preguntadle a ella ya que fue ella quien firmó un contrato para poder tener una relación con Santi.

- ¿Os hicieron firmar un contrato para tener una relación con ella?

-No vamos a hablar de eso, solo queríamos decir que Santi no está jugando con nadie, que Jessica está bien y que si no es molestia, os larguéis del hospital que hay más gente que quiere entrar y visitar a sus familiares y estáis molestando.

-Se llama libertad de expresión señorita Bastianini.

-Sé lo que es la libertad de expresión, y créeme, tengo más que claro que no es perturbar la tranquilidad de los enfermos ni de los familiares que vienen a visitarlos. Asique me haríais un enorme favor si cogéis vuestra mierda y os largáis de aquí de una puñetera vez en vez de hacer preguntas que a nadie les importa.

Con eso, cogió mi mano y entramos en el hospital dirigiéndonos a la sala de espera donde estaba la familia de Jessica. Nos sentamos en los sitios libres sin decir una sola palabra por varias horas.

Ya no tenía ni idea de cuánto tiempo Jessica había estado metida en el quirófano, pero empezaba a desesperarme un poco y cada poco venían tanto Carla como Sofía a intentar calmarme, pero no era suficiente, yo lo único que quería en este momento era ver a Jessica.

Después de lo que me parecieron un par de horas más, aparece el doctor con una cara seria, lo que hace que me preocupe por lo que pueda haberle pasado a Jessica.

-Bueno, la operación de Jessica fue un éxito total. Por un par de horas estará con los efectos de la anestesia y en cuanto despierte nos aseguraremos de que todo está bien.

- ¿Será que podemos pasar a verla un rato antes de irnos?

-Si, pero tiene que ser de uno en uno, no queremos que se estrese.

-Está bien. Id vosotros, yo iré al final.

- ¿Estás seguro de que quieres ir al final Santi?

-Seguro, al menos sé que está bien, y sabes que si entro es complicado que vuelva a salir, asique mejor no.

-Está bien como quieras, pero entonces si tienes pensado en quedarte, es mejor que vayas a por algo de comer, no has comido desde esta mañana creo.

-No podía.

-Pero ahora puedes, y tranquilo, Jessica está bien.

-Eso espero.

-Ya verás que sí.

Con eso, fueron entrando uno por uno hasta que después de lo que me parecieron horas me tocó entrar. Ya era tarde, por lo que los demás se fueron para su casa. Yo está claro que me quedaría con ella. No me movería

Después de despedir a Carla y a los chicos, me dirigí a la habitación donde estaba Jessica, abrí la puerta lentamente y pude ver que estaba durmiendo aún, por lo que entré en la habitación me senté en la silla que estaba al lado de la camilla, cogí su mano, me recosté sobre la silla y cerré los ojos.

-Estoy empezando a pensar que no debería haberte dicho nada de que me iba a operar, así tal vez hubieras dormido mejor y no tendrías esa cara de preocupación en este momento.

En cuanto escucho su voz, abro los ojos y me giro para encontrármela con una sonrisa y los ojos abiertos.

-Pensé que no te despertarías hasta mañana.

-Pues parece que estabas equivocado, o estás soñando.

-Eso es posible.

-Amo cuando te haces el tonto, en serio te lo digo.

-Y yo amo poder ver esos ojos hermosos que tienes. Voy a avisar al doctor para decirle que estás despierta.

En eso estiró el brazo y le dio a uno de los botones que había cerca de la cama, y en nada entra un enfermero en la habitación.

-Ah, veo que está despierta señorita Leone, voy a llamar a su médica en este mismo momento.

El enfermero salió de la habitación volviéndonos a dejar solos otra vez. Me apoyé en la camilla un poco, le di un beso y empecé a acariciarle el brazo. Podía notar que estaba nerviosa, y la verdad es que no tengo ni la menor idea si le había dicho que todo había salido bien, pero no me da tiempo a preguntar el por qué de que esté nerviosa porque entra el doctor en la habitación.

- ¿Cómo se encuentra señorita Leone?

-Me duele un poco la cabeza, y veo como medio borroso.

-El dolor de cabeza es normal, y la visión un poco borrosa puede ser porque aún no haya salido del todo de la anestesia. Si dentro de un par de horas sigue igual, llámeme y miramos que es lo que pasa, ¿le parece?

- ¿Y cuando exactamente me podré ir de aquí?

-Ya habíamos hablado de eso, pero si todo va bien antes de que llegue el fin de semana está en casa.

- ¿Y por casualidad no se puede reducir ese tiempo?

-No señorita, no se puede.

-Amor, tiene razón. Debes estar aquí todo el tiempo que sea necesario.

-No me gusta.

-Lo sé, créame que me lo dejó claro la última vez señorita Leone, pero en nada, vendrá Eric para revisarla el mismo y le dirá lo mismo que yo le dije.

-Está bien.

La doctora la revisó durante un par de minutos más y luego se fue no sin antes decirle a Jessica que Eric no tardaría demasiado en venir a verla. En cuanto la puerta se cerró me giré a verla, porque era extraño que insistiese tanto en ir a casa. Si es cierto que lo hizo cuando íbamos a las revisiones y todo eso, pero ahora insistía demasiado y se me hacía raro siendo ella.

-Amor, ¿por qué quieres irte del hospital tan pronto?

-Porque no me gustan.

-Creo que a nadie le gustan.

-Digamos que ya estuve durante mucho tiempo en uno como para volver a tener que estar en otro un solo minuto.

- ¿En Estados Unidos?

-Si. No tengo grandes recuerdos de estar allí dentro que digamos.

- ¿Los olvidaste?

-Ya me gustaría a mí.

- ¿Qué es lo que ha pasado en ese hospital para que pases a odiarlos tanto?

- ¿Podemos hablar de otra cosa que no sea de eso?

-Jess, empiezas a asustarme. ¿Qué es lo que ha pasado?

-Desde luego no quiero ni hablar de ello ni de que lo sepas.

- ¿Por qué?

-Porque sé como eres y no quiero que te estés echando la culpa de algo que no la tuviste.

-Pero…

-Pero no pienso cotarte nada, Santi, entiéndelo, no quiero hablar de eso y punto.

-Está bien, no hablemos de eso, pero no te enfades anda.

-No me enfado, solo… solo no quiero hablar de eso, nada más.

-Entonces no hablaremos de eso

-He escuchado por ahí que ya quieres irte para casa.

-Odio los hospitales, por lo que evidentemente me quiero ir a casa.

-Veo que el mal humor del hospital está aquí.

-No puedes pretender otra cosa.

- ¿El mal humor del hospital? ¿Qué es eso?

-Desde que conocí a Jessica, siempre estaba de mal humor, claramente estaba mal y en el hospital sin saber nada de su vida, y después, siempre que volvía por cualquier cosa, estaba de mal humor, por eso el mal humor del hospital.

Al parecer tenía una explicación que Jessica estuviese de mal humor, al menos una distinta a la que tenía en mi cabeza, pero no estoy convencido del todo de que no sea mi culpa en este momento que esté enfadada.

-No estoy para bromas Eric.

-Vale, vale… ¿Qué tal te encuentras?

-Ya se lo dije a la doctora.

- ¿Acaso no te has guardado algo?

-No me guardé nada.

-Santi, ¿podrías salir un momento para que pueda hablar con tu prometida?

-No tiene porque salir, realmente solo me pasa eso.

-Igualmente, me gustaría poder hablar contigo de una cosa.

- ¿De qué?

-Me gustaría que no estuviese.

-Me da igual, mejor cuéntame que es lo que pasa y ya está.

-Como quieras. Hace poco me enteré de que Lucas llegó a Italia para buscarte.

- ¿Pero no le habíamos perdido la pista a ese tipo?

-Lo habíamos hecho, pero al parecer apareciste en la televisión de todo el mundo y está aquí buscándote.

-No lo quiero cerca de mi familia.

-Y no lo tendrás, me encargaré de eso.

-Necesito que avises a Jackson, tiene que estar enterado de esto. Quiero que cada miembro de la familia tenga al menos un guardaespaldas y que tanto Santi como los chicos tengan varios.

- ¿Quién es Lucas? ¿Y por qué necesitamos tantos guardaespaldas?

-Está bien, se lo diré y te dejaré para que hables con tu prometido de esto.

-Gracias, que sea cuanto antes.

-Se lo diré ahora mismo.

Con eso, Eric se fue de la habitación dejándome confundido y sin entender nada de lo que estaban hablando. En cuanto la puerta se cerró me giré en la dirección de Jessica que en este mismo momento estaba mirando por la ventana.

- ¿Qué es lo que está pasando Jessica? ¿Quién es ese Lucas?

-Según él, mi novio.

Y con esas palabras todo mi mundo da un vuelco que acabo por sentarme en la silla. Esto no me podía estar pasando, no ahora que todo estaba bien y tenía a Jessica de nuevo conmigo.