Fuera del muro de oscuridad, el Rey Belial ya estaba preparado para avanzar cuando un fuerte viento sopló hacia su campamento desde el muro de oscuridad. Fue una ráfaga tan fuerte que el viento logró soplar y alcanzar todo el camino hasta la capital.
—Beatriz... —musitó con voz contenida. Sin embargo, aunque susurrado apenas por debajo de su aliento, si alguien estuviera lo suficientemente cerca para escuchar, habrían captado el rastro de preocupación y miedo que el Rey Belial tenía por la seguridad de su amada esposa en sus palabras. Inhalando profundamente y manteniendo el aliento durante un par de segundos, el Rey Belial tomó ese tiempo para contemplar y decidirse de manera singular. Tras esa decisión, finalmente entró en la muralla, incapaz de posponer más la acción.
Unterstützen Sie Ihre Lieblingsautoren und -übersetzer bei webnovel.com