Todo lo que hizo fue gritar y luego sintió que todo su cuerpo se calentaba. Lo siguiente que supo, es que las luces eran emitidas por su cuerpo y ocurrió esa cosa increíble.
—Lo siento, Princesa —Zolan la agarró de nuevo—. No importa qué, debo llevarte a un lugar seguro ahora. Quizás, descubriremos algo sobre lo que pasó con las luces… pero lo primero es lo primero, ¡debo sacarte de aquí ahora! —Zolan estaba decidido en eso esta vez.
Pero antes de que Zolan pudiera saltar y llevarla lejos, un fuerte rugido lo detuvo. Era el dragón que había caído al suelo.
—¡Maldita sea! —Zolan maldijo mientras miraba al dragón levantándose de los escombros.
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