—Princesa, ¿el color de ojos de tu padre es ámbar, verdad? —Zolan aún preguntaba, a pesar de saber que todos los guardianes del dragón tenían esa característica distintiva de tener ojos de color ámbar.
—Sí. ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver eso con todo esto? —Evie estaba confundida acerca de hacia dónde iba la pregunta.
Al escuchar la respuesta de Evie, las mandíbulas de Zolan se apretaron. En ese momento, se dio cuenta de que estaban en serios problemas. Había visto la apariencia del guardián antes, y aunque este Lucius seguía siendo el mismo, aún sentía que había algo extraño en el hombre. Después de observar cuidadosamente, vio que sus ojos ya no eran el ámbar brillante y cálido que Evie había confirmado con él, sino un tono verde oliva de ojos de serpiente, así como esa malvada sonrisa en su rostro, Zolan rechinó los dientes antes de que su mirada volviera a Evie.
Unterstützen Sie Ihre Lieblingsautoren und -übersetzer bei webnovel.com