Este es veneno

Al escuchar que finalmente Jensen había entendido lo que debía hacer, Lucas hizo un gesto con la mano satisfecho y consiguió que los dos hombres robustos y Brett se quedaran.

Lucas soltó una risita burlona.

—Jensen, no me culpes. Todos estos métodos los aprendí de ti. Recuerda, la vida de tu hijo ahora está en mis manos, así como en las tuyas propias. Si eres sensato y haces lo que me has prometido, no me importará mantenerlos con vida a ti y a tu hijo por el momento. Si te atreves a jugar sucio y a desobedecerme, ¡hoy será el aniversario de tu muerte y la de tu hijo! —Jensen ya no tenía ninguna intención de resistir. Su vida y la de su precioso hijo estaban firmemente en manos de Lucas. ¿Cómo se atrevería a jugar sucio delante de él?

—No te preocupes. Haré un buen trabajo para ti. Haré todo lo que me digas. ¡Definitivamente te satisfaré! —dijo Jensen apretando los dientes. No le resultó fácil decir algo tan humillante.