Más días pasaron, Jezabel iba un poco al área de los dragones justo a lado de su castillo, aunque no siempre encontraba a Soleri, algunos dragones estaban ahí revoloteando, otros seguían en lo suyo, pero se podía ver y sentir que faltaba la presencia de un líder ya que veía algunas peleas o molestias de los más grandes a los más pequeños eran más visibles que antes, más unos parecían solo seguir adelante con lo dejado, pero también notandose que no soportarían más el descontrol de los demás.
A lo lejos de todo eso en una pradera vió una tumba y una lápida, ahí estaba igual un pequeño árbol de roble detrás de esos dos, se acercó y leyó el epitafio, podía verse que se hizo toscamente, con poca sangre entre las líneas y la tierra removida del pasto con algunas flores, él las miro detenidamente.
—¿Que quieres?
Eso lo tomó por sorpresa, miró a un lado y vió a Soleri mirándolo, podía ver sus ojos rojos, irritados e inchados sin dormir, con un sentimiento totalmente pesado, deprimido e infeliz, hasta en su ropa se veía, sucia llena de mocos, húmeda y desgarrada de la tela y eso que era resistente.
—Nada, nada, solo… solo quería ver cómo estabas, no diré nada tonto o algo así
—Estoy bien, lárgate
Eso fue totalmente contradictorio, pero como dijo Delta, ella tenía que hacer su duelo como deseaba.
—B-bien, me voy, me voy
Camino a la salida, pero solo dió unos pasos y ella lo tomó de su manto.
»¿Que?
—¿Lo sabías?
Esa pregunta fue una total y esperada palabra, era el rey demonio, era quien podía decidir quien vivía y quién moría, pero solo si él lo hacía y quería.
—Me he enfrentado a dioses de la muerte, pero no soy uno, así que no, es más, aunque fuese así, enfrentar a ese tipo de seres fue muy molesto, así que no puedo matarlo y obligarlo a devolver el alma de tu padre, cada quien tiene su trabajo, tú padre te dejo el suyo a ti, es tu deseo si decides seguirlo
Pero a pesar de su respuesta ella no lo soltó.
—Lo sé, se que preguntar eso fue estúpido, solo… solo deseo saber que hacer
—Y yo que se, ¿Por qué no le preguntas a esa amiga tuya?... Ok, olvida eso, fui un imbécil, lo siento
Miro a Soleri y ella quería volver a llorar.
»!Lo siento, lo siento! ¡Es solo que… no sé que hacer en situaciones así, siempre soy el que las provoca pero nunca el observador o el familiar de la víctima… dioses que difícil la tienen esos, ahora me arrepiento un poco por matar héroes.
—¿Por qué eres así?
Eso lo hizo sentirse aún peor.
—!Eso fue un golpe bajo, ya dije que lo siento¡
—!No me refiero a eso, maldito imbécil estúpido¡
Jezabel y todo su alrededor quedó en silencio.
»Me refiero a que no eres malvado conmigo, no eres quien siempre dicen ser cuando no se trata de peleas… no eres un rey demonio pero vives en un castillo, enfrentas héroes y eres sumamente poderoso… pero en este momento no sabes cómo tratar a alguien que sufre y te hace ver patético, más patético que verte de manera ridícula ya sea disfrazado o riéndote… yo soy la que no sabe que hacer con eso
Empezó a llorar sintiéndose mal de recordarlo.
»No se por que papá estaba contigo, no sé por que accedió a hacer esa apuesta, no sé por qué no se enojó conmigo por dejarlo tanto tiempo… quiero saberlo y se que ya no es posible, lo extraño, lo extraño mucho y me arrepiento de haberlo dejado
Lloró y sollozó más fuerte cada vez, Jezabel no sabía que hacer, no quería hacer algo estúpido, pero la toco de los hombros.
—En serio que no se que hacer en momentos así… pero si quieres… puedo contarte lo que hablábamos él y yo cuando venía al castillo… para adelantarme un poco… la mayoría de veces era sobre ti, así que… si quieres…
Ella lo miró con ojos llorosos y asintió.
Jezabel empezó con todo lo que esos dos habían establecido en pláticas rutinarias, de Pharmagon sobre su hija y sus victorias, así como sus aventuras, Soleri escuchaba eso atentamente, habían cosas que no sabía, otras cosas que si sabía pero no el como había podido llegar a eso.
En algunas historias ambos rieron, uno por recordar la historia y la otra por imaginarlo y decir que eso era posible por qué era él, era por qué lo conocía y sabía cómo era.
No sabían cuánto había pasado pero si era mucho tiempo. Soleri se veía más tranquila que en un principio, más radiante que la versión deprimente de antes.
—Asi que de eso hablaban— dijo ella más tranquila
—Si, solo lo necesario, Delta y él eran buenos amigos en términos de batalla, pero casi siempre eran historias sin sentido o que solo eran interesantes por lo que habían pasado y hecho
—Si, me lo imagino — dijo ella—, pero… no deja mi mente lo que te dije… ¿Por qué alguien como tú no destruye el mundo? He escuchado tanto de ti que eres esto, eres aquello, es tan… tan ilógico, así como el hecho que has sobrevivido mucho tiempo, más que otros reyes, ¿Será por qué no te comportas como tal?
Jezabel la miró detenidamente, esa también era una pregunta que él siempre se hacía cada vez que le lograba escarbar en sus pensamientos hasta salir, así que al menos quería abrirse con ella, ser la primera en escucharlo.
—Bueno, esto es algo que ni a Delta se lo he dicho… pero…
—¿Pero?
—No tengo idea
Otra vez todo se quedó en silencio.
»¿Cómo es eso?— preguntó Soleri totalmente confundida por semejante declaración—, ¿No tienes idea de que hacer, idea de cómo hacerlo?
—No, simple y llanamente no tengo idea, así se sencillo
—Sabes que no me gusta que se andén con rodeos, antes yo era así, pero ahora entiendo…
—Estoy siendo totalmente sincero, es más, trata de quitarme la ropa, lo digo sin tintes raros, solo inténtalo
Jezabel estiró las manos, ella le hizo caso y aunque con toda su fuerza no logró descubrir que había debajo toda esa sábana de colores.
—Estas haciendo trampa
—Claro que no, ¿Cómo quieres que demuestre que no lo hago?
Ella se detuvo y lo pensó.
—Intenta ponerte de cabeza, si aún así no se retira te creeré
Él lo hizo enseguida y su manto lo cubrió aún cuando era imposible que la física permitiera eso, cosa que ella entendió.
—¿Ya me crees?
Hasta para él eso era demasiado raro, Soleri se rindió porque era verdad, así que no presionó más, sentía que era una perdida de tiempo.
—Sea como sea, si lo que dices es cierto, quiere decir que quieres algo más
—Si supiera lo que quisiera no estaríamos en esta situación ni tampoco a este momento entre los dos
—Cierto
Soleri camino a la tumba, regó con sus manos un poco de magia de agua el árbol.
—Mmgm
—¿Que?
—No, nada, estaba por irme
Jezabel se dirigió a la salida y lo primero que hizo fue regar sus flores como siempre lo hacía, más ese malestar por ver lo que hizo ella le hizo sentir incómodo.
—Luego le enseñaré como hacer eso