Antes de que Shangxin pudiera reaccionar, Tang Yuansi había regresado a su estado original. Él no dijo nada y continuó observando su barriga.
Era como si al continuar observando, el bebé saldría inmediatamente de allí.
Finalmente, el Mayordomo no pudo aguantarse y le recordó a él con gentileza: —La Señorita Shangxin acaba de regresar. Ella ha viajado por un largo tiempo, debe estar agotada ¿Necesito preparar el cuarto de huéspedes para ella?
Shangxin estuvo asombrada cuando escuchó al Mayordomo.
«Preparar el cuarto de huéspedes…»
Ella había ido hasta allí para encontrarse con Tang Yuansi muchas veces, pero nunca se había quedado en la mansión de la Familia Tang.
Cada vez que ella iba, Tang Yuansi se negaba a verla.
Al cabo de un tiempo, incluso los guardias sabían que Tang Yuansi no quería reunirse con ella.
Ellos ni siquiera se atrevieron a dejarla entrar, muchos menos pedirle que se quedara.
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