Nian Xiaomu nunca había hablado tan rápido en toda su vida.
Ella tenía miedo de que Yu Yuehan la empujara y que ella terminara como una tortita aplastada si decía sus palabras muy lentamente.
Mientras hablaba, ella le agarró la camisa fuertemente con su mano.
¡Se había preparado mentalmente para arrastrarlo consigo y compartir su destino si él se atrevía a soltarla!
La mirada en el guapo rostro de Yu Yuehan se volvió astuta, mientras abría su boca y preguntaba de una manera pícara: —¿Nian Xiaomu, exactamente qué es lo que contiene tu cerebro?
Nian Xiaomu: —…
Yu Yuehan prosiguió: —¿No sientes el cinturón de seguridad apretado en lo más mínimo alrededor de tu cuerpo?
Nian Xiaomu: —¿¿…??
Cuando Nian Xiaomu bajó su cabeza, ella se dio cuenta de que aparte de su brazo, había un cinturón de seguridad que también estaba bien apretado alrededor de su cadera.
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