Después del mediodía de puros combates emocionantes como padre viendo su hijo recién nacido o filas de soldados esperando el chocar con los caballos.
El combate final del torneo iba a comenzar, Ryuma Shimotsuki, el asesino de dragones y Kenji Roronoa, el azote de los demonios.
Los dos estaban esperando todo el día para pelearse entre sí, paso a paso avanzaron a la arena que tenía restos de los combates anteriores.
Arcos eléctricos, llamas aún encendidas, pequeños picos de hielo, dagas envenenadas, pozos provenientes del único gigante que participó.
Los dos eran polos opuestos desde que caminaron juntos, uno vestido de blanco y mostrando solo su clavícula y manos, recto como lanza y sacando pecho como dragón pavoneándose.
Y el otro vestido de negro, un ligero encorvamiento hacia adelante como espada lista para cortar, sus abdominales de veían un poco y sus pectorales parecían placas de acero forjado.
Pero lo poco en común que tenían era sus sonrisas llenas de desafío y ganas de luchar como perros de pelea.
Sus manos llenas de venas y de callos por constantes años de entrenamiento y combate, iban a pelear con alguien igual que ellas.
Los dos se separaron varios metros pero para ellos es distancia suficiente para cercenar una cabeza de un solo movimiento.
Los dos se miraban y sonreían alocadamente y de la nada hablaron.
-yo Shimotsuki Ryuma, te respeto como guerrero y daré todo de mi en este combate.- dijo desenvainando su espada y si agacho en forma de respeto a Kenji.
-yo Roronoa Kenji, te respeto como guerrero y también daré todo de mi como respeto a tus deseos.- dijo también y se agacho en forma de respeto.
Los dos se enderezaron como lanzas, sus espadas tienen un agarre tan firme como herrero a su pinza agarrando un lingote caliente.
Incluso después de que el presentador diera el comienzo al combate no se movieron, como tumba en el cementerio.
Pero de la nada avanzaron paso a paso como formación de batalla, sus espadas ni siquiera fueron imbuidas por sus magias.
Y cuando se tuvieron frente a frente, sin que nadie lo esperaba las chispas salieron volando.
Ni cuando alguien parpadea esperaban un ataque tan veloz, y lo único que pudieron captar fueron los choques del metal con metal.
Sin embargo era otra historia cuando los dos espadachines peleaban.
Usaron el diez por ciento de su fuerza pero estaban igualados, parecía una danza de hierro y chispas cada vez que sus espadas se tocaban entre sí.
Los dos parecían demonios por sus sonrisas y por cómo se miraban, ataque y contraataque, defensa y desviación, parecía un combate de entrenamiento pero en realidad era un combate a muerte entre ellos, como paladín contra demonios.
Kenji usando toda su fuerza de la nada pensó que iba a tomar por sorpresa a Ryuma, pero este con habilidad desvío el ataque y cuando su espada tocó el suelo casi rozando el pie derecho de Ryuma, el suelo se aprieto y se hundió.
En realidad Ryuma esperaba esto de su oponente, nunca subestimó a nadie, por más niño o anciano que fuera, ni mucho menos alguien lo hacía sentir nervioso.
Y él devolvió el favor, con velocidad y destreza hizo un corte ascendente pero Kenji lo esquivó con facilidad.
Pero notó que un aspa de viento salió de la espada de Ryuma, y cuando vio el cielo notó que una nube estaba partida por la mitad.
Al ver esto sonrió más y decidió aumentar su fuerza, como dragón peleando contra un mago.
Ryuma con solo verlo moverse decidió hacer lo mismo con su oponente, y antes de que alguien llegara a pensar, tuvo una reacción automática de taparse los oídos y cerrar sus ojos.
El chirrido de las espadas y la onda expansiva del choque dejaron a todos aturdidos en menos de un segundo.
Y cuando se separaron comenzaron a caminar y rodearse entre sí mientras hablaban.
-¿Dónde aprendiste tu técnica de combate Ryuma?- dijo Kenji mientras avanzaba hacia su oponente y este desvío el ataque qué iba dirigido a su cuello.
-lo hice desde muy pequeño con la guía de un dragón dorado ¿y el tuyo Kenji?- devolvió la pregunta Ryuma mientras intentaba cortar el pecho de su oponente pero este redirigió el ataque al suelo y este creó un cráter de docenas de metros.
-Desde pequeño los demonios me parecieron geniales, entonces me inspire en ellos y cree mi técnica desde que tengo memoria.- respondió Kenji a su rival destinado, los dos separaron y sin que nadie lo esperaba, calmaron su estado.
Pero los dos sabían que iban hacer cada uno.
Ittoryu Ryuken: Kakusei
Ittoryu Ashura: Shishi Sonson
Los ojos de Ryuma se transformaron en los de un dragón de color azul cielo brillante como el sol.
Los ojos de Kenji se volvieron rojos y ardientes como magma y brillantes como forjas de enanos.
Detrás de Ryuma parecía que un dragón despertaba de su siesta milenaria y miraban directamente a Kenji.
Kenji por su parte detrás suyo tenía la figura imponente de un león oscuro y feroz, como si no me temiera a la muerte y solo rugió poderosamente.
Cuando las dos espadas chocaron, una onda de choque apareció e hizo una gran nube de polvo como ataque de mago.
Esta desapareció en segundos y los espectadores vieron como los dos oponentes seguían chocando las espadas y estas temblaban de la fuerza que hacían sus portadores.
Los dos se separaron nuevamente y cargaron entre sí con más fuerza y más fiereza.
Pero ahora sus vestimentas parecían inútiles ya que se volvieron trapos con tajos en todos los lados.
Los dos al ver esto, se sacaron las prendas superiores, y cada espectador, mago, guerrero, guardias, nobles vieron los cuerpos de los dos espadachines y suspiraron de horror.
Kenji tenía cortes tan largos como ríos, profundos como cavernas, numerosos como ramas de árboles.
Ryuma tenía marcadas en su lado izquierdo las garras de un dragón pero el lado era la zona de su corazón, una quemadura tan grave que su piel ya parecía laberinto.
Pero los dos tenían algo en común, una espada Inmaculada, musculosa, solo con verla la mente de alguien pensó que eran como una montaña, que podías confiar en ella con seguridad.
-así que eres de los míos Ryuma, dime ¿alguna vez te retiraste de una batalla perdida?- dijo Kenji mientras preparaba su postura.
-Nunca, mi camino me llevó a los combates más mortíferos y sin segundas salidas muchas veces pero eso no fluctuó mi andar.- respondió Kenji mientras que se preparaba también.
-cada vez te respeto aún más como guerrero asesino de dragones.- dijo sonriendo salvajemente Kenji.
Y antes de que alguien pudiera pensar los dos hombres se atacaron.
Ittoryu ryuken: Ryu no tsume
Ittoryu ashura: Oni no Kawa
Los ataques se dividieron, como lluvia de tormenta se chocaban entre sí y esparcen su poder en el suelo, y los pocos que llegaban a su objetivo eran cortados limpiamente.
Pero Ryuma no se dio cuenta que Kenji lanzó un ataque al instante.
Ittoryu ashura: Daishinkan
El patriarca Shimotsuki usó todas sus fuerzas para defenderse y lo logró pero los restos del ataque creó dos cráteres profundos.
Kenji con ojos locos lo tomó por sorpresa, e incluso esperó a que Ryuma se recuperara de la sorpresa.
El hombre vestido de blanco al ver la sonrisa provocativa y burlesca, las venas de su frente aparecieron y con furia atacó.
Ittoryu ryuken: Ryūsei
Y Kenji esta vez recibió el ataque de lleno, como flecha impactando a la diana.
Antes de que pudiera defenderse o parpadear, sintió un gran impacto en su torso.
Ryuma se giró y espero ver sangre de su oponente, pero Kenji se dio vuelta, el patriarca Shimotsuki abrió los ojos de sorpresa.
Kenji se palmeo el corte de su pecho o se suponía que debía estar ahí, su piel un poco quemada por el sol por horas de entrenamiento, pero sus músculos poderosos estaban teñidos de un negro metálico.
Y sonriendo le dijo a su oponente.
-me tomaste por sorpresa, al igual que yo a ti, uno a uno bastardo.- dijo Kenji apuntando de espada a Ryuma.
-¿Qué es eso? ¿no es poder demoníaco o si?- dijo sonriendo Ryuma, y los dos comenzaron a girar entre sí.
-nah. Esto es haki, o voluntad para los tontos, apareció cuando me enfrenté por primera vez a un demonio de rango alto, se puede imbuir al cuerpo y mi espada, altamente efectivo contra demonios.- dijo Kenji mientras preparaba su espada para atacar.
-¿Y contra las personas?- preguntó curioso y con expectativas.
-al menos diez veces más.- respondió gritando y avanzó a Ryuma.
Sus dos espadas chocaron, Ryuma respondía con eficiencia y poder, Kenji con fiereza y velocidad.
Poco a poco aparecieron heridas en sus cuerpos, pequeñas, numerosas y de estas salieron hilos de sangre.
Sus brazos a pesar de estar entumecidos seguían moviéndose con fuerza y velocidad.
La sangre que caía de sus cuerpos y tocaban la tierra, humedeciendo pero ni siquiera ellos se dieron cuenta que la propia arena era el ritual completo.
La propia tierra absorbía la sangre de los competidores para activarse y mientras era, más rápido aparecía en su forma completa Víctor, el pit fiend.
Incluso después de media hora de combate, los dos espadachines seguían con el mismo nivel que de principio, como si no se hubieran dado cuenta de las heridas que tenían.
El lado derecho de la zona media del torso de Kenji estaba abierto, era un milagro que sus órganos no fueran expulsados de su cuerpo.
Ryuma tenía un corte largo que pasaba desde sus abdominales y llegaba hasta su hombro izquierdo, y la zona más profunda del corte estaba cerca de su corazón.
Pero los dos siguieron luchando con ferocidad, por primera vez en mucho tiempo, encontraron a un hombre igual poder que ellos.
Si superan e incluso si fueran un empate, valdría la pena luchar hasta la muerte.
-si no fuera por este torneo habría luchado a mi máxima capacidad.- dijo Ryuma de la nada enderezarse y se preparaba para recibir un ataque, fue una lección bien aprendida por Kenji.
-¿es por la gente no es así? Si quieres puedo asustarlos a todos.- respondió Kenji limpiando su espada de sangre proveniente de Ryuma.
-¿en serio puedes?- dijo con el ceño fruncido.
Y en vez de responder con palabras, él aura de Kenji se expandió, incluso Ryuma que muy pocas veces pelea con demonios sentía que se enfrentaba a uno.
Sus pupilas de dragón vieron el aura oscura y roja de Kenji, y detrás de él parecía que el espíritu de un asura había venido al plano de Faerûn.
Y en poco segundos el cuerpo y espada de Kenji comenzó a expulsar un fuego más rojo qué el de averno, más caliente que una forja infernal.
El cerebro de Ryuma de forma automática se movió, y por suerte lo hizo, un rayo negro rojizo impacto en el lugar en donde estaba él espadachín blanco.
Ryuma sintió una onda expansiva poderosa impactando su cuerpo, pero era como viento azotando a un árbol bien arraigado a la tierra.
Pero no era lo mismo para los demás, los espectadores se desmayaron y espuma salió de su boca, e incluso algunos comenzaron a sangrar en todos los orificios de la cabeza.
Los magos menos atentos cayeron inconsciente y el hechizo protector de la arena cayó, y si antes era un viento fuerte, ahora parecía un huracán.
Los magos más ancianos se protegieron con dificultad, los nobles hace mucho tiempo que fueron retirados por sus guardias y magos personales.
En poco tiempo todos se fueron de la arena, dejando a Ryuma y Kenji solos.
-¿Qué fue lo que hiciste Kenji?- dijo preocupado por los espectadores del lugar.
-haki del conquistador, impongo mi voluntad sobre los demás, muy eficiente cuando batallo contras numerosos demonios inferiores.- respondió él y estos arcos eléctricos oscuros rojizos fueron a su espada.
-y cuando lo transmito a mi espada, ningún demonio sobrevive, su regeneración, magia y defensa nunca resistieron.- dijo mientras se preparaba para pelear.
-entiendo, entonces como respeto también usaré todo mi poder, Roronoa Kenji.- dijo Ryuma.
Su cuerpo comenzó a expulsar luz, como si los rayos del sol del amanecer aparecieran.
Sus pupilas azules como el mar fueron reemplazadas por dos soles brillantes.
Sus dientes se volvieron un poco afilados, las heridas de su cuerpo se cerraron y recuperaron su estado anterior.
-Shimotsuki Ryuma, si sobrevivimos a nuestro combate quiero proponerte algo.- dijo Kenji con un aura oscura y su cuerpo se transformaba en su asura de tres cabezas y seis brazos, sus manos y bocas aparecieron espadas pero aun así se le entendía.
-¿Qué propones Roronoa Kenji?- preguntó Ryuma, cuando un aura sagrada comenzó a salir de su cuerpo y comenzó a combatir con el aura oscura y sangrienta de Kenji.
-¿quieres convertirte en mi amigo?- preguntó él con seriedad.
Ryuma con sus ojos de dragón dorados vio las pupilas rojas brillantes como estrellas rojas, sus ojos llenos de sed de sangre y lucha, noto soledad, soledad que él mismo comprende.
Todos estos años, siempre luchó en soledad, aunque fue acompañado con su fiel espada aun así no encontraba a alguien igual como él.
Y cuando encontró a alguien de igual poder que él, que podía mejorarlo en combate y divertirse al mismo tiempo, solo respondió con una sonrisa llena de ganas de pelear.
-¿acaso ya no lo somos Kenji?- respondió con una pregunta.
Kenji resopló divertido y los dos dijeron al mismo tiempo.
Ittoryu Ryuken: Kami no Ryu no Tamashii
Kiki kyutoryu: ashura
Ryuma separó sus piernas y puso su espada en horizontal arriba suyo, y el poder sagrado de su cuerpo fue a esta.
Kenji tenía espadas en sus tres bocas y en sus seis manos, su aura expulsaba una presencia cien veces peor que la del peor demonio del averno.
Y en menos de un segundo, sus espadas querían chocar pero sus magias opuestas no los dejaban, con todas sus fuerzas sus espadas se acercaban centímetro a centímetro, como bestia esperando a su presa.
Y cuando más se acercaban, el suelo y el edificio del torneo más se destruían y resquebrajaba.
El suelo comenzó a temblar del poder que expulsaban sus magias opuestas.
Las nubes oscuras comenzaron a aparecer encima de ellos, no por su culpa sino por el ritual, ahora solo necesitaba tiempo para que Víctor apareciera con toda su magnífica presencia.
Kyutoryu Ashura bakkei: moja no tawamure
La presencia demoníaca de Kenji se fue a sus nuevas espadas, ellas se prendieron fuego y cuando tocaban la tierra e incluso el mismo aire se volvían cenizas y se esparcen con el viento.
Sin embargo Ryuma también atacó.
Ittoryu ryuken: ryuo no kokoro
Su poder sagrado fue hacia su espada, era más brillante que el sol, su sola luz parecía un faro guiando a los barcos en la oscuridad y el mar tormentoso.
Cuando las espadas se tocaron, todo quedó en silencio, ni siquiera la biblioteca más prestigiosa podía copiar tal ambiente.
Kenji y Ryuma no parecían sentir lo mismo que él espectador, todo su cuerpo estaba haciendo fuerza, sus espadas imbuidas con su magia más fuerte y concentrada, estaban haciendo todo lo posible para que una de las dos retrocedieran.
La sangre comenzó a salir expulsada de las bocas de los dos hombres, era así por toda la fuerza que estaba haciendo.
Y antes de que pudiera reaccionar, sus ataques implosionan, todo Darromar se volvió gris y antes de que se dieran cuenta, una explosión ensordecedora recorrió kilómetros y kilómetros a la redonda.
Los causantes fueron expulsados del centro de la explosión, pero su transformación aún se mantenía en pie.
Pero algo dentro de ellos cambió, ya no eran Ryuma y Kenji, sino dos guerreros hambrientos de la victoria.
Sus sonrisas locas por combatir invadieron todo su sentido de ser, ya no querían razonar o pensar tácticamente, solo querían cortar el oponente qué tenían enfrente.
Pero no se dieron cuenta del ritual que se estaba activando, su pentagrama intrincado brillaba de un color más rojo qué la sangre, y de este comenzó a emerger un ser solo conocido por Maeve que por primera vez que lo vio.
Víctor estaba bajando del cielo, su puerta segura al plano de Faerûn funcionó, después de tanto tiempo funcionó, ahora todo está bajo su control, poseedor de una gran fuerza, y una gran maestría en magia.
¿Qué era lo que no podía hacer?
Deleitándose de su llegada a este plano estaba sonriendo con satisfacción como granjero después de una gran cosecha.
-Vivir aquí con todo mi ser y magia, se siente diferente, tan relajante, siento la brisa del viento recorriendo mi piel y ropa, qué alegría venir aquí.- dijo con deleite en su voz.
Y sin mirar a sus lados, le habló a los dos guerreros que lo miraban con atención por su repentina llegada.
-ustedes grandes guerreros en habilidad y magia, únanse a mi, los invito a ser mis generales bajo mi ejército y toda Faerûn estará bajo sus pies.- dijo transformándose en su forma original pero no esperaba esta respuesta de los dos.
Ittoryu ryuken: ryusei no michi
Kyutoryu ashura: Ugui
Ryuma con su estilo de una espada de un dragón dio todo de sí para este último ataque, su poder sagrado era tan voluminoso y fuerte que su luz se volvió sólida y su comenzó a agrandarse.
Su brillo era más fuerte que el del sol, tan cegador que cualquier que vio su luz quedó ciego temporalmente.
Las nueve espadas de Kenji fueron reforzadas con su haki del conquistador y de armadura junto con su magia oscura.
Todas y cada una de ellas expulsaron flamas oscuras tan negras como la noche y tan rojas como la sangre.
Sus dos auras opuestas comenzaron a chocar y Víctor estaba en medio.
Lo que él no sabía es que nunca le dirigieron la mirada ni por un instante, sus ojos de dragón nunca abandonaron los ojos demoniacamente rojos de Kenji.
Solo parecían bestias que peleaban por el territorio y del título del más fuerte.
Y Víctor con su forma verdadera les extendió la mano a los dos, pero los dos espadachines entendieron otra cosa.
Apenas sus manos bajaron, ya tenía encima a los dos preparando sus espadas para chocar.
Pero que ingenuo fue el pit fiend pensar que no le pasaría nada, cuando los dos guerreros balancearon sus espadas, el cuerpo del demonio de rango alto comenzó a desintegrarse como arena y las ondas de poder de estos dos seres poderosos esparcieron sus cenizas al aire, viento al polvo.
El demonio ni siquiera supo cómo, cuándo y dónde murió, pero a Ryuma y Kenji ni siquiera lo miraron como una amenaza, para ellos era solo un demonio con un poco más de poder.
Sin embargo, cuando toda Darromar pensó que todo había acabado, sintieron un gran temblor, peor que cualquiera que sintieron y sintió esta ciudad milenaria.
Y cuando terminó, todos miraron el cielo, y vieron algo terrorífico, aquellos que estaban a horas de la ciudad observaron como las nubes se separaban como si un mago hubiera invocado un meteorito y éste las hubiera alejado después de impactar.
Pero eso no fue lo último que vieron, los colores que conocían desde niños se volvieron grises, tan gris que parecía que nunca hubiera existido cualquier otro tipo de color.
Antes de que pudieran pensar o entender lo que pasó, sus oídos expulsaron sangre y se desmayaron del dolor repentino.
Un ruido tan ensordecedor que supera con facilidad la erupción de un volcán, más ruidoso que la de un mar embravecido, más horripilante qué la de un terremoto.
Y en el epicentro de esta, una esfera de poder puro de luz y oscuridad explotó, destruyó la tierra, desarmó los edificios mejorados con magia de los elfos, hechos por las manos de los enanos y modificados por los humanos.
El choque de poderes fue tan horrible y catastrófico que las defensas mágicas de Darromar se activaron.
Los magos más fuertes de la ciudad capital de tethyr fueron de inmediato pero rápidamente se tuvieron que defender a sí mismos y a los habitantes de la ciudad.
Los minutos pasaron y cuando pensaron que no iban a acabar más, todo se calmó, como si un huracán finalmente se hubiera ido.
Sin embargo, muy pocos estaban despiertos, y los que sí estaban muy aturdidos y cansados más allá del punto físico, sino espiritual de sobrevivir algo así.
Y los causantes de estos era un caso diferente.
La arena de combate solo era de nombre, ni siquiera la piedra se salvó de ser pulverizada.
Ahí estaban ellos, mirándose fijamente como serpientes, ningún parpadeo, no se movieron ni un ápice, e incluso su ropa se había movido.
Sus espadas ni siquiera existían, cada fragmento de ellas hasta el mango desaparecieron tras el choque de poderes.
Y de un momento a otro, grandes cortes se abrieron en sus torsos qué parecían ríos de sangre por cómo fluían por sus dominantes músculos.
Sus brazos parecían carne cortada por un hacha por cómo se rompían y se habrían.
Las manos tenían cortes finos como hilo en la ropa, y sus rostros estaban ocultos bajo la sangre de su cabeza.
Los dos se miraron seriamente, y con pura fuerza de voluntad y decisión sobrehumanas, avanzaron paso a paso pero cada uno de ellos era un desafío enorme, todo su cuerpo lloraba del dolor pero ellos no menguaron.
Y cuando estaban a un solo movimiento de un puño, los dos sonrieron satisfechos, y después colapsaron.
Comenzaron a toser sangre y esta se esparció por su rostro y cuello, sin embargo las sonrisas no desaparecieron y poco después se rieron pero con dolor.
-¿Esto es lo que se siente? ¿Este era el límite que no permitía mejorar?- dijo Kenji de la nada preguntó al vacío.
Ryuma riéndose ligeramente y con cansancio cerró sus ojos y dijo.
-Al parecer la cima en la que estaba después de mucho tiempo no era tan solitaria, Roronoa Kenji ¿puedes concederme el honor de ser mi hermano en todo excepto en sangre?- preguntó Ryuma.
Kenji también había cerrado sus ojos para descansar y respondió con dificultad.
-no hacía falta preguntar eso bastardo, desde el primer choque de espadas ya estábamos haciéndonos amigos hasta la muerte.- contestó Kenji.
-eso es bueno, entonces si tienes algún problema no dudes en llamar al clan Shimotsuki y a mi, y con el atrevimiento procedo a dormir amigo mío.- dijo Ryuma mientras se dormía del cansancio pero sus palabras no fueron escuchadas por Kenji ya que hacía mucho que se durmió.