Su Nan asintió y levantó su copa de vino también.
*¡Clink!*
Las cuatro copas se unieron y un hermoso arco de luz se reflejó de las copas de vino, significando amistades duraderas.
Mientras vaciaban sus copas, Xi Xiaye sintió la frialdad dentro de ella disiparse. Justo cuando ella quiso conseguir algo de comida, el hombre a su lado ya le había echado un poco en su tazón.
—No me importa que me mires todo el tiempo si eso te llena —Mu Yuchen notó su mirada y respondió sin siquiera mirar atrás.
—¿Cómo sabías que te miraba si no me estabas mirando? —Xi Xiaye respondió tranquilamente y entonces comenzó a ocuparse de la comida que él recogió para ella.
…
Durante la comida, Mu Yuchen y Ruan Heng conversaron un poco. Su Nan estaba siendo muy parlanchina y seguía sacando el tema de las cosas embarazosas que Xi Xiaye había hecho antes, haciendo las cosas incómodas para Xi Xiaye.
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