Deng Wenwen miró fijamente a Xi Xiaye con expresión dura. Cuando vio la desesperación que no podía ser disfrazada en sus ojos, su corazón pareció calmarse. Ella lo pensó antes de continuar: —No lo olvides. ¡Tú también eres parte de la familia Xi! Con respecto a Xin Er, sé que estás haciendo algo desde dentro. También sé que sobre el asunto con Yifeng y Xin Er, te hicieron daño, pero si vas a ir en contra de Yueying debido a estas cosas, ¡entonces definitivamente no te dejaré ir tan fácilmente! Xiaye, tú y Xin Er son hermanas. ¡Sin importar qué, no deberías tratarla así!
—¿Sabes cómo me ha tratado entonces?Siempre has estado haciendo el papel de cómplice. Obviamente, no lo entenderías. Si no me equivoco, ésta cosa que me trajiste hoy debió entregártela ella, ¿no?
Xi Xiaye levantó el documento en su mano y miró fríamente a DengWenwen.
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