Un tenue aroma fresco flotabamientras una pequeña figura corría hacia él. Levantó sus brazos y Xi Xiaye no pudo alcanzarlos. Casi se cae, pero afortunadamente cogió su manga.
—¡Devuélvemelos!
Ella frunció el ceño y su voz sonó enojada. Agarró su hombro y saltó varias veces, pero aun así no pudo alcanzarlos.
Él también era bastante alto junto con sus largas extremidades. No podía hacer nada con su estatura, y agravó ligeramente su lesión. Sintió que el dolor estallaba cerca de su herida. Al final, ella lo miró mientras jalaba de su manga.
El hombre levantó alto su brazo izquierdo, echándole una mirada mientras sonreía. Se rió cuando la vio casi explotar: —¿Vergonzosamente has obtenido tal calificación, pero te avergüenzas cuando la gente la ve?
Xi Xiaye estaba harta de él. Lo miró sabiendo que no se lo devolvería, así que se lanzó al sofá: —Mira todo lo que quieras, entonces…
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