Xiao Mei se sorprendió por un momento antes de darse cuenta de lo que la mujer quería decir. ¡Furiosa, ella apretó los dientes!
Xi Xiaye escuchó su conversación, ¡y su rostro de repente se puso frío! ¡Se juró a sí misma que haría pagar a Gu Lingsha por el bien de Xiao Mei!
Mientras pensaba para sí misma, escuchó el sonido de pasos detrás de ella, pero no se volvió. En cambio, sus ojos se oscurecieron.
—¡Nos vemos de nuevo, Sra. Xi! —Gu Lingsha sonrió, pero su tono de voz era frío.
—¿Por qué estás aquí? ¿Te volviste adicta a hablar conmigo? —Xi Xiaye no quería ver su rostro en absoluto, por lo que no se volvió y simplemente le respondió con frialdad.
—Supongo que lo que sucedió recientemente debe haberla preocupado mucho, Sra. Xi. Personalmente simpatizo con usted sobre lo que le sucedió a Mu Yuchen. No esperaba que él lastimara accidentalmente a la presidenta Wang...
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