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El heredero perdido desde hace mucho tiempo del Alfa

``` —¡¿Por qué tenías que casarte conmigo si sabías que me ibas a desechar?! —gritó ella. Él exhaló suavemente y se enfrentó a ella, con el rostro inexpresivo, sus ojos sorprendentemente fríos. —Es porque tenía que salvar mi corona y mi trono. Ahora, déjame vivir mi vida. —¿Por qué tenía que ser yo? —se llevó las manos a la cara. —Sabes que ella es mi compañera predestinada y no hay nada que pueda hacer al respecto. Con lágrimas en los ojos, se levantó lentamente y asintió. —Firmaré los papeles de divorcio. • • • Nyx está desgarrada por el dolor, cuando Alfa Oberón, su esposo, decide divorciarse de ella después de afirmar haber encontrado a su compañera predestinada. Ella abandona la manada por miedo a volver con sus padres abusivos y crueles y cría a su hijo completamente sola. Los años pasan volando, con la nueva Luna incapaz de producir un heredero para el reino. Un vidente le dice al rey que tiene un heredero con la sangre del rey corriendo por sus venas. ¿Qué sucede cuando se da cuenta de que el niño es de la misma mujer a la que una vez ofendió? ¿Qué hará para convencerla de que vuelva con el fin de salvar su trono y el reino? ```

Tessy_Writes · Fantasie
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Elimina a ellos

Risa yacía en su cama riendo de placer, finalmente estaba empezando a controlar las cosas por aquí y pronto tendría un gran control sobre Oberón y luego tomaría el control de la manada.

Recordar que Dora no cedería a su solicitud, hizo desaparecer su sonrisa.

—Esa estúpida pícara —rodó los ojos—. Si es posible, va a morir allí, porque parece que no va a ceder a mi solicitud pronto —negó con la cabeza decepcionada.

Oberón entró en la habitación y la encontró en la cama, su rostro no mostraba buen humor.

—Nyx, ¿qué te pasa? —Se acercó y la abrazó.

Ella fingió molestia, —Solo quiero estar sola, por favor, necesito tiempo para mí —rodó los ojos.

Él frunció el ceño, —Háblame, ¿algo va mal?

Su interior burbujeaba de excitación. Siempre había soñado con estar en sus brazos y que él la cuidara tan dulcemente.

—Es... ay, olvídalo, no hay nada que puedas hacer al respecto —hizo puchero y miró hacia otro lado.

—¿Qué te hace pensar eso? Siempre estoy aquí para ti —él murmuró dulcemente.

Gesperrtes Kapitel

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