El teléfono fue atendido casi inmediatamente.
—¿¡Shushu?! ¿Dónde estás, estás bien? —preguntó la voz ansiosa al otro lado del teléfono.
—Mamá, ya estoy en la comunidad, estoy completamente bien —respondió Tang Shu.
—Gracias a Dios, vi las noticias esta mañana. ¿El incidente en el tren fue real? ¿Estás realmente bien? —la preocupación era evidente en su tono.
Ver a su hija de pie frente a un criminal en las noticias por la mañana pondría a cualquiera en pánico. En ese momento, la señora Lin estaba tan asustada que estaba fuera de sí con la preocupación e incluso contactó al Padre Tang para preguntarle sobre la situación.
A través del teléfono, Tang Shu pudo escuchar la ansiedad de su madre e intentó lo mejor para calmarla.
—Estoy bien, de verdad. Si no me crees, ¿debería pasar más tarde por la Familia Xu para verte? —propuso.
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