—Cuál es la elección correcta, sólo tú puedes decidirlo —dijo Dylin seriamente.
La elección que la gente hacía en el momento en que se convertían en Deidades por su propio poder determinaría sus logros y desarrollos futuros.
Linley no tenía que pensar en ello en absoluto; su corazón se inclinó de forma automática hacia la segunda opción. Había caminado por el camino de la comprensión del viento y la tierra, dos elementos diferentes, todo ese tiempo. Él realmente no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de esos dos elementos.
—Lord Dylin, si uno elige la segunda opción, por ejemplo, si me convierto en una Deidad de tipo viento, entonces en el momento en que me convierta en una Deidad, si pongo la chispa divina fuera de mi cuerpo, entonces el universo, naturalmente, formará un cuerpo divino alrededor de esa chispa divina, ¿no? Y mi alma también se dividirá. En otras palabras, no hay diferencia en el alma entre el original y el clon, ¿verdad?
—Correcto.
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