—¿Qué quieres discutir con ella? —preguntó Alfa Denzel.
—Es la caja fuerte de la manada. Solo ella tiene la contraseña —Alfa Tristan se avergonzaba de revelarlo, pero dada la situación, no tenía elección.
Los ojos de Alfa Denzel se agrandaron. ¿No sería mejor que Alfa Tristan no pudiera acceder al dinero de la manada? Ahora que lo pensaba, Valerie era una mujer muy inteligente. Solo ella tenía la contraseña de la caja fuerte de la manada.
¿Pero por qué Tristan había tardado tanto en darse cuenta? ¿Significaba que no era codicioso por el dinero o que ignoraba los negocios de la manada?
A diferencia de la manada de Siempre Verde, y debido a la apretada agenda de Alfa Denzel, su beta y contador tenían la contraseña y podían actuar en su lugar durante emergencias. Solo tenían que informar sobre cómo se gastaba el dinero.
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