Scorpion: Me vengaré de esto -Rugió furiosa a la última persona presente en su cueva, viendo cómo sus compañeras se marchaban.
Riuz: No sé si te será posible -Dijo girando su Chastiefol en un tono muy diferente al anterior, más serio y hasta aterrador.
Scorpion: ???
Riuz se acercó a Scorpion con una mirada penetrante y un aura mucho más siniestra, era completamente diferente a lo que había mostrado antes.
Riuz: Estás en una encrucijada, Scorpion. Lo que les dije a mis amigas era cierto, aún tengo algo que hacer aquí y ese algo eres tú -Dijo mirando la punta de su lanza- Tienes pocas opciones en este momento.
Scorpion: ¿Y cuáles son esas? -Preguntó sin dejarse intimidar.
Riuz: Una muerte horrible, cruel, lenta y muy dolorosa -Sonrió maliciosamente y con la punta de su lanza levantó el mentón de la mujer- O rendirte ante mí y ser mi mujer.
Scorpion: ?! -Su expresión fue de completa confusión, nunca esperó eso, pero luego cambió a una sonrisa seductora y con un tono tentador dijo- Ohh jojojo Creo que podemos llegar a un acuerdo. Solo déjame ir y te mostraré todo el amor que puedo darte.
Riuz: No soy estúpido, no creas que te liberaré solo confiando en tu palabra, ni que fuera Po- Negó con una debil sonrisa en su rostro.
Scorpion: Vamos, puedo jurar que si me dejas ir, cumpliré tus demandas. Como sanadora, tengo algunos principios... -Continuó en su tono persuasivo.
Riuz, antes de que siguiera con su acto, golpeó con el lado opuesto al filo de la lanza uno de los shurikens que sujetaban a Scorpion, clavándolo aún más en la pared y, en consecuencia, en su carne también.
Scorpion: ¡AHHH! ¡HIJO DE PERRA! -Gritó en un tono muy diferente al seductor anterior, lleno de claras intenciones asesinas- ¡Te arrancaré el cráneo y lo usaré como cuenco para sopa!
Riuz: Te lo repetiré una vez más, tienes dos opciones, no hay acuerdos ni negociaciones. Aceptas o no -Su tono no tuvo fluctuaciones, mostrando lo serio que era ante el tema.
Scorpion: ¿Y qué importa si acepto en esta situación? ¿Qué quieres que haga atrapada aquí? -Se quejó con un tono venenoso, aún esperando que la liberaran para arrancarle las tripas a la persona que tenía delante. También consideraba que si él quisiera hacerle algo a su cuerpo mientras estaba atrapada, usaría sus dientes para arrancarle un pedazo de su cuello si fuera posible.
Riuz: Necesito una promesa que no se pueda romper.
Scorpion: Pues te lo prometeré, sácame de aquí.
Riuz: Lo haré si haces esa promesa... o mejor dicho, si aceptas mi siguiente propuesta te liberaré.
Scorpion: Lo haré -Gruñó, apretando sus pinzas esperando ser liberada para usarlas en el humano.
Riuz: Bien, entonces ¿aceptas ser mi mujer, entrar en mis dominios y acompañarme por la eternidad? -Preguntó con voz serena.
Scorpion: Sí, lo prometo. Seré tuya y solo tuya -Mintió sin dudar, esperando ser liberada, pero lo único que llegó fue un silencio- ¿Ya vas a liberarme?
Riuz: Creo que no entendiste. Dije que debías aceptar la propuesta -Dijo demostrando algo de impaciencia.
Scorpion: Y ya lo hice -Respondió de la misma manera.
Riuz: No lo has hecho. Lo que sale de tu boca no son palabras sinceras. ¿Crees que solo con algunas palabras ya estaría todo bien? ¿No tendría forma de saber si mientes?
Scorpion: ¡Pudrete... AHH! -Dio un alarido cuando otra de las shurikens fue empujada.
Riuz: A menos que realmente lo aceptes en tu corazón, no funcionará. Tengo formas de saber si mientes. Podemos estar aquí todo el día o hasta que te desangres -Dijo, mirando unas pocas gotas rojizas que corrían de una de sus muñecas.
Riuz no mintió, siguió repitiendo su propuesta una y otra vez, a veces con otras promesas y palabras algo dulces. Pero cada vez que Scorpion no aceptaba y lo insultaba, empujaba los shurikens un poco más, haciendo sentir a la escorpión que estaba a punto de perder su aguijón.
Riuz: ¿Aceptas?
Scorpion: Sí, acepto -Repitió una vez más. Lo había hecho varias veces antes, pero nada cambiaba en su situación. En su corazón, sabía que si se soltaba, despellejaría a su torturador.
Riuz: ¿Aceptas?
Scorpion: Sí... sí, acepto -Dijo en tono bajo.
Por un momento, Scorpion ya no quiso seguir más con esto, estaba cansada. Aunque el precio para salir de esto era su sumisión y su cuerpo ya casi no le importaba, queriendo terminar, intentó forzarse a sí misma a hacerse a la idea de dejarse hacer lo que quisiera por ese odioso humano, esperando que así por fin fuera liberada. Aunque no le gustaba, por un instante aceptó que tendría que servir a esta persona tanto en la cama como fuera de ella. Luego de eso, sintió asco y arrepentimiento de siquiera haber pensado en eso por un segundo, pero también se dio cuenta de que ya no escuchaba al humano hablar.
Scorpion: ¿Qué? -La perplejidad la llenó al percatarse de que tanto sus manos como su cola ya no estaban sujetas al asiento como antes. De hecho, se encontraba a unos metros de la posición en la que estaba antes, pero eso no le importaba.
Riuz: ¿Era tan difícil?
Scorpion casi no podía creer que ahora estaba libre. Se alegró por un momento, pero luego se volteó con una mirada asesina hacia su antiguo captor. Sin dudarlo, saltó sobre él y con su lastimada cola lanzó su aguijón a sus ojos, sin notar que su contrincante no se estaba defendiendo.
En medio de su ira, con su aguijón perforó profundamente los ojos de Riuz, mientras con sus pinzas desgarraba su cuello una y otra vez, sin detenerse hasta que la sangre cubrió todo el suelo y su cuerpo.
Agitada por su acción y con una sonrisa en su rostro, Scorpion estaba a punto de gritar insultos al cadáver de su víctima, pero se dio cuenta de que ya no estaba allí. Ni siquiera la sangre sobre el suelo o sus pinzas había quedado.
Riuz: ¿Liberaste tu frustracion?
Scorpion: ¿Qué? -Preguntó desconcertada, mirando hacia atrás y viendo a la persona que acababa de asesinar en la misma posición que estaba antes.
No entendía lo que sucedía, pero reaccionó inmediatamente y volvió a atacar al humano inmóvil, asesinándolo una vez más para que la situación se repitiera. Riuz volvió a aparecer intacto y el cadáver y la sangre desaparecieron.
Scorpion: ¿Qué está pasando? ¿Es una ilusión? -Estaba muy confundida y temerosa, casi llegando al pánico.
Riuz: Nada en particular, simplemente ya no estamos en el mundo que conoces -Respondió con tranquilidad.
Scorpion: Deja de decir tonterías y dime qué está pasando -Exigió furiosa, sin creer que estaba en otro mundo, ya que claramente seguía en su guarida.
Riuz: Bien, supongo que te lo mostraré, además de cobrarme esos asesinatos.
Scorpion se puso alerta, pero se asustó al sentir que su cuerpo se paralizaba. Había perdido cualquier control sobre sí misma. En ese momento, Riuz se acercó con su Chastiefol y sin vacilación atravesó la boca de Scorpion con su punta. Sintiendo un dolor desgarrador, la desdichada mujer tuvo que experimentar cómo su cuerpo perdía fuerza y cómo la muerte se acercaba.
Percibió cómo sus ojos se cerraban y fue consumida lentamente por la infinita oscuridad, sin imaginar que perecería de esta forma y sin saber qué le depararía el más allá. Murió. Solo unos segundos después de su muerte, Scorpion, de la nada, apareció completamente sana en otra parte de la habitación, viva una vez más, como si nada hubiera pasado.
Scorpion: ¿Qué demonios? -Preguntó aterrada, ya que claramente sintió su muerte y ahora ni siquiera tenía heridas en su cola y muñecas.
Riuz: Bueno, comencemos -Suspiró- Este es mi mundo personal, nadie puede morir aquí de forma permanente si yo no lo quiero. Aceptaste ser mi mujer y entrar aquí, así que ahora eres parte de este espacio...
Deteniendo el tiempo de este mundo, Riuz comenzó a explicarle de forma abreviada casi toda la verdad, incluso que era de otro mundo. No había problemas en revelarlo, porque con solo un pensamiento, selló la capacidad de Scorpion de revelar cualquier cosa que quisiera. Al aceptar entrar en este dominio, ella se volvió parte de este mundo y el control de Riuz sobre ella era casi absoluto.
Scorpion: ¡No creo ni una mierda de lo que dices! No sé cómo hiciste todo esto, pero no voy a caer en tus trucos -Aunque lo que escuchó la dejó perpleja, era escéptica al respecto, ya que haría que todo su mundo se pusiera de cabeza.
Riuz: Parece que aun no es suficiente... hmm... creo que tengo el poder suficiente para esto -Pensó durante un rato antes de mirar a Scorpion.
Scorpion: ¿¡Qué vas a hacer?! -Preguntó algo asustada al sentir la mirada sobre ella.
Riuz: Dándote una segunda oportunidad, por así decirlo -No explicó más y chasqueó los dedos.
Scorpion: ¡¿Qué?! -Scorpion no sabía qué era lo que sucedía, pero todo volvió a ser negro ante sus ojos.
Riuz vio cómo la figura de Scorpion se desvaneció en un instante, como si se escuchara un pop, y ya no estuviera allí. Quedándose solo, vagó un poco por el lugar, admirando la cueva de Scorpion, o al menos la réplica de esta. Pasaron unos minutos de espera hasta que la figura de Scorpion volvió a ser visible una vez más.
Scorpion: ¡¡¡Oogway!!! -Gritó con furia y frustración.
Riuz: Bienvenida de vuelta.
Scorpion: ¡¡¡¿QUÉ?!!! ¿ERES TÚ? ¡TODO FUE REAL! -Quedó impactada y agitada por la sorpresa, pero luego se fue relajando y mirando al suelo, ya no se veia a esa maliciosa e irritada Scorpion.
Riuz: ¿Fue un buen viaje? -Preguntó mientras veía a la mujer abatida.
Scorpion: Cambié muchas cosas... llegué aún más lejos de lo que había llegado antes... pero aun así, Oogway me derrotó -Relató con varias emociones en su tono.
Riuz: Comprensible, supongo que apenas llegaste a superar un 10% de la edad de esa tortuga -Asintió.
Scorpion: ¿Todo eso... fue real? -Preguntó aún con dudas.
Riuz: Sí... junto con todo lo que te conté.
Scorpion: Es... increíble... -Reflexionó unos segundos sobre la situación, aceptando que todo esto no fue un sueño y todo lo que implicaba aquello que se le habia revelado- ¡Envíame de vuelta! ¡Esta vez lo lograré! ¡Oogway no podrá detenerme! -Dijo con determinación.
Riuz: Nop.
Scorpion: ¿Eh...?
Riuz: Creo que te olvidas de la situación. No sé cuántos años pasaron para ti, pero deberías hacer memoria.
Riuz: Deberás ser más específica.
Scorpion: Acepto, de verdad esta vez, lo que querías. Seré toda tuya para que hagas lo que quieras conmigo, te serviré como tu obediente sierva y como mujer... solo dame otra oportunidad y nunca renegaré de tus exigencias -Se arrodilló y habló con seriedad. Esta vez no era un engaño, lo decía desde lo más profundo de su corazón. Ya no tenía su odio anterior, haber podido rehacer toda su vida la hizo ver un panorama más grande al que conocía.
Riuz: Bien, supongo que valió la pena el gasto -Sonrió satisfecho y se acercó a Scorpion, acariciando su rostro. En consecuencia, ella empezó a chupar el dedo de Riuz, cerrando los ojos. Luego se agachó para empezar a desatar el cinturón de tela que sostenía sus pantalones, pero fue detenida- Para.
Scorpion: ??? -Miró confundida al hombre frente a ella.
Riuz: Me encantaría seguir, pero quiero ver si una de mis futuras esposas está bien... como lo eres tú ahora, habrá muchas. Deberías hacerte a la idea.
Scorpion: Está bien... ¿puedes dejarme renacer una vez más? -Preguntó con humildad.
Riuz: Lo siento, pero no, y no es porque no quiera -dijo, deprimiendo a Scorpion- Este espacio no tiene suficiente poder. Usé el que había para hacerte renacer en otra versión de este mundo.
Scorpion: ¿Por eso no pude verte en ese mundo?
Riuz: Sí, hasta ahora solo existo en el mundo al que pertenecías. Si quisiera podria mandarte devuelta, puedo hacer eso con suficiente energía, incluso mandarte a otros mundos que visite en el futuro, pero como dije, hace falta poder para eso.
Scorpion: ¿Y cómo obtenemos ese poder? -Preguntó, aceptando que era parte de todo esto.
Riuz: Sígueme -la llamó mientras salía de la habitación hacia afuera.
Cuando salieron, Scorpion notó que se encontraban en una isla flotante en un espacio blanco infinito. Mirando hacia arriba, había otras islas flotantes, y como no había una masa de tierra lo suficientemente grande para formar una especie de base para todas las tierras, algunas estaban a alturas o posiciones diferentes, solo conectadas por delgados caminos.
Riuz: Creo que ya te vas dando cuenta de esto. Esta no es tu cueva original, es una copia formada por tu propia alma. Si prestas atención, verás algunas imperfecciones o diferencias en tamaño, pero se resolverán con el tiempo.
Scorpion: Y qué tiene esto que ver con el poder que se necesita -Aun insistió en el tema que le interesaba.
Riuz: Pues, este espacio, de la misma forma que te nutre a ti, se nutre de ti. Si queremos que gane más poder y se recargue más rápidamente, este lugar necesita más personas para unirse a él. Si este espacio gana más poder, aumenta la cantidad de veces que puedes viajar a diferentes versiones de mundos sin mi presencia. No solo para ti, sino para cualquiera que forme parte de este dominio, incluso si son de mundos distintos al tuyo. Y lo mismo irá para ellos. Si los mundos que se formen en base a otros se fortalecen, también podrás renacer en distintas versiones de ellos. En fin, si quieres más oportunidades de vivir vidas distintas, necesito conseguir más mujeres... ¿La idea de ser una de infinitas mujeres debe parecerte más aceptable ahora, verdad?
Scorpion: ... -Se quedó en silencio un minuto antes de volver a mirarlo- Durante mi segunda vida reflexioné sobre esto. En un principio pensé que todo fue un sueño, pero estando otra vez aquí, veo que todo es real. Te ayudaré en lo que quieras. Ahora soy parte de esto, por lo que dices, ya no tengo escapatoria. Pero el precio que pagué no es nada en comparación a lo que puedo obtener.
Riuz: Me alegro de que lo veas así. Bien, te dejaré y luego te llamaré cuando te necesite, pero antes de irme, te diré algunas cosas. Primero, sellaré casi todos tus recuerdos de tu segunda vida. Puede que termines revelando algunos detalles que afecten mi vida en este mundo, y no quiero que eso pase. Haré imposible que los reveles y que, cuando vuelvas a tu mundo original, no los recuerdes, pero sí recuerdes que aceptaste ser mi mujer. Segundo, ¿ves esa isla allá? Allí hay algunos seres llamados mini-lunas. Puedes ir a hablar con ellas si tienes dudas o quieres hablar. Tercero, dejaré una entrada a este mundo en tu cueva para que vayas y recojas todo lo que quieras para llevarlo aquí. Tú misma no puedes abrir entradas, pero te daré la autoridad para cerrarla cuando termines. No es bueno dejar entradas a extraños. Cuarto, mientras no estés en este mundo, trata de no morir. Aquí puedes morir cuantas veces quieras, pero si mueres en tu mundo original, no revivirás. Volverás aquí y no podrás volver a salir a menos que encuentre una forma de revivirte en ese mundo. Quinto... bueno, creo que... sí, no me traiciones. Ahora tengo mucho control sobre ti y así como puedo darte muchas cosas, también puedo quitártelas y hacerte sufrir. Por ejemplo, volverte inmortal, paralizada y tirarte al medio de aceite hirviendo por toda la eternidad... Cuando estés en otro mundo sin mí, puedes tomarte libertades, pero asegúrate de que no me entere de ellas. Creo que eso es todo por el momento. Me voy, te buscaré más adelante cuando te necesite. Creo que tus habilidades medicinales y el arte de los venenos son muy útiles, y quisiera que se los enseñes a mi hermana... No te preocupes, no pienso reemplazarte, pero así como tú quieres hacer tus cosas, yo también quiero hacer las mías sin necesitarte. De todos modos, estás condenada a pasar el resto de la eternidad conmigo, aunque no quieras... o yo.
Con esas últimas palabras, Riuz desapareció de este espacio y volvió a la cueva original. Moviendo su mano, una grieta apareció en el aire. La miró por un momento y luego salió corriendo de ese lugar hacia el palacio.
...
En el palacio, en la enfermería provisional, Tigresa yacía en la cama inmóvil, rodeada de sus compañeras, maestros y algunos de los niños. No había señales de movimiento, lo único casi llamativo era que había algunas pequeñas motas de luz celeste casi imperceptibles saliendo de su pecho, pero se iban desvaneciendo.
Po: ¡Lo conseguimos! -gritó al llegar al salón de entrenamiento.
Monkey: ¡Rápido, ya casi se pone el sol! -arrojó el frasco de cristal a Grulla, quien lo atrapó.
Grulla: Se supone que debo hacer té con esta cosa pero... ¡no hay tiempo! -se alarmó y sacó la flor del frasco colocándola directamente en la boca de Tigresa.
Después de cerrar su boca tratando de que tragara la flor, todos esperaron, pero no pasó nada y bajaron sus cabezas pensando que lo peor había sucedido. En el siguiente instante, Tigresa saltó sobre la cama atacando en todas direcciones.
Tigresa: ¡Cómo te atreves a hacerme eso! -gritó, pero se dio cuenta de que la persona a la que quería golpear no estaba allí- ¡Eh! ¿Estoy bien?
Po: ¡Funcionó!
Shifu: Qué alivio.
Tigresa: Esperen, ¿Riuz no está aquí?
Víbora: No.
Tigresa: Y lo que me metieron en la boca...?
Grulla: Era la orquídea, no nos dio tiempo para hacer té.
Tigresa: Entonces no hizo nada a mi cuerpo... -suspiró- Qué alivio -dijo relajándose con una mano en su pecho.
Mantis: Él ni siquiera está aquí, por cierto, ¿dónde está?
Po: Debe estar viniendo, dijo que nos adelantáramos para darle a Tigresa la orquídea.
...
Ya en la oscuridad de la noche, Riuz subía por las largas escaleras del palacio. Era tarde, pero por fin había llegado. Lo único que deseaba era que Tigresa hubiera conseguido la flor a tiempo. Dejó la orquídea en manos de Po, esperando que su suerte abismal hiciera posible que todo saliera bien y que su intervención no arruinara algo tan importante como la vida de Tigresa.
Al llegar a la cima, había poca luz, pero pudo vislumbrar una figura parada allí con los brazos cruzados, esperando.
Riuz: ¿Tigresa? ¡Tigresa! ¡Estás bien, no sabes lo feliz que me siento! -dijo con alegría mientras corría hacia la felina.
Los ojos de Tigresa se entrecerraron y cuando Riuz entró en su rango, sus puños se movieron, golpeándolo en la cara tan fuerte que lo lanzó hacia atrás, hacia las escaleras, por las cuales comenzó a rodar hacia abajo.
Tigresa: ¡Eso es por querer profanar mi cuerpo! -gritó hacia abajo de las escaleras mientras Riuz rodaba -Y sube rápido que aún hay otros asuntos pendientes -gruñó haciendo sonar sus nudillos.
...
Tarde en la noche, luego de varios golpes y caídas, Riuz logró llegar a su habitación. Estaba agotado y adolorido, pero feliz de que Tigresa estuviera bien y tuviera la energía para hacerle todo eso. Mientras estaba acostado en su cama, notó cómo la puerta de la habitación se abrió lentamente y Moony entró sigilosamente, acostándose junto a él.
Moony: ¿Cómo estás?
Riuz: Feliz, conseguí lo que quería -le sonrió mientras acariciaba su cabello.
Moony: ¿Qué cosa? -preguntó con curiosidad.
Riuz: Te mostraré -dijo formando otra grieta en el espacio de la cual salió Scorpion, pero antes de que dijera algo, le hizo una señal para que guardara silencio- Ella es Scorpion, una de mis esposas. Scorpion esta es Moony -susurró.
Moony (susurrando): Hola.
Scorpion (susurrando): Hola.
Riuz: Ella estará en nuestro dominio y quisiera que aprendieras todo lo que puedas de ella, si no te molesta.
Moony: Nunca me molesta algo que tú quieras.
Riuz: Bien, cuando tengas tiempo libre, deberías hacerlo, pero en secreto. Ella no tiene buena fama y no podrá mostrarse aquí por un tiempo.
Se intercambiaron algunas palabras más y luego Riuz envió a Scorpion una vez más a su espacio personal. Con todo aclarado, Riuz abrazó a su hermana y se durmió con facilidad después del agotador día.