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Hermanas, de dos en dos (II)

–¿Cómo ha ido? ¿Cómo está Meixiu?– me pregunta An cuando me ve entrar.

–Está bien, descansando.

–¿Descansando? Je, je. Así que al final se ha decidido. ¡Sabía que podrías!– me alaba Dandan.

–¡Cuéntanos los detalles!– pide An.

–Tendréis que preguntarle a ella– me niego.

–Aguafiestas– se queja, inflando las mejillas.

No puedo contenerme. Aprieto las mejillas con los dedos índices. Su hermana se ríe. Ella me saca la lengua. Yo la beso. Su hermana se tira sobre mí. Rodamos por la cama. Riendo.

Las acabo follando a cuatro patas a las dos. Desnudándolas del todo. Esta vez con más paciencia. Alargando más sus orgasmos. Jugando más con sus culos. Sus pechos. Incluso mejorando ligeramente sus meridianos. Ayudándolas un poco con su cultivación.

Mientras descansan y yo saboreo unos frutos rosados, llaman a la puerta. Es Jiao. Me sonríe tímidamente.

–Meixiu está en mi habitación. Des-can-san-do– le indica Dandan entre risas –. No hace falta que llaméis luego.

No entiendo muy bien qué quiere decir. Jiao se sonroja.

Al cabo de un rato, Dandan me está cabalgando. An me sujeta las manos. Inmovilizándome. Aunque sin mucha fuerza. Se me ha ocurrido decir que estaba a mi merced cuando estaba jugando con su pezón. Han decidido someterme. Sin duda, sus pechos rebotando son obscenos. Deliciosos.

Luego se turnan. En algún momento, han entrado Meixiu y Jiao. Se nos quedan miran fijamente. Meixiu tiene el cabello algo revuelto. Y la ropa arrugada.

–Ah… Cuidad de él mientras… descansamos. Aah…– les pide An, otra vez llena de mí, y recuperándose del orgasmo.

Jiao y Meixiu se acercan. Mientras lo hacen, se quitan la ropa con timidez. Sus cuerpos desnudos son preciosos. Y eróticos. Me besan. Juegan con mi miembro. Meixiu más torpe aún que su hermana. Por lo que Jiao se ríe de ella.

Cuando Jiao se levanta para cogerme algo de fruta, su hermana me susurra al oído.

–Fóllatela. Es más tímida aún que yo.

De hecho, no sé quién lo es más. De todas formas, me levanto. La cojo de las caderas mientras está agachada. Está mojada.

–¿Quieres hacerlos así, contra la mesa?– le pregunto.

Sé que ha tenido malas experiencias. No quiero forzarla a hacer nada.

–No preguntes, solo hazlo– casi me regaña.

Quizás no debería haberme preocupado. La empujo contra la mesa. Sus pechos apretados a ella. Apoyado con las manos en sus caderas, entro en ella poco a poco. Aunque no tardo en acelerar. Mientras ella gime.

–¡¡Aaaah!! ¿Por qué paras?– se queja poco después.

–Meixiu, ¿podrías coger la fruta? Se va a caer.

Ella asiente. Mientras yo vuelvo a moverme en el interior de Jiao. Luego atraigo a Meixiu hacia mí. Besándola mientras me follo a su hermana contra la mesa. Dominándola. Llevándola al orgasmo. Dejándola en el límite hasta que veo a An moverse. Entonces la lleno. La dejo correrse.

–Eso parece muy excitante– sugiere An.

Le sonrió. Llevo a Jiao en brazos hasta la cama. Ella abrazada a mí sin mirarme. Cuando vuelvo, An está sobre la mesa. Su culo levantado hacia mí. Me agacho para lamer su vagina. Para excitarla más.

–¡¡¡Aaah!!! ¡Kong! ¡AAaasí! ¡¡HHHAAaaaahH!!.

La penetro de golpe al cabo de un rato. Bombeo en ella con fuerza desde el principio. Incluso la azoto alguna vez. No se queja, todo lo contrario. Meixiu nos mira. Con la boca entreabierta. Finalmente, An tiene un intenso orgasmo. Espero que las paredes estén insonorizadas.

–¡Aaaaah! Kong… Llévame a la cama– me pide.

Creo que puede ella sola. Pero no puedo negarme a consentirla. Como a Jiao, la cojo en brazos. La beso por el camino. La dejo con suavidad. Luego vuelvo a la mesa. Dandan está esperando. Sin decir nada. Moviendo su culo sugerente. Al que doy una palmada.

Dandan también parece disfrutarlo. Y también me pide que la lleve a la cama. Cuando me giro, está Meixiu esperando. Contra la mesa. Roja.

Me aseguro que esté lubricada antes de penetrarla. Y de acelerar poco a poco. Aunque no parece que hiciera falta. ¿De verdad era virgen hace solo un rato? Supongo que gran parte de la culpa es de An y Dandan. Puede que de Sai. Les han estado hablando de mí. Supongo que no puedo decepcionarlas.

Estoy toda la noche follándomelas. A Dandan, An y a una de las otras dos hermanas. Las hago turnarse, pues no tienen cultivación. No aguantan tanto. No pueden mantener el ritmo de las hermanas de Sai.

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– Ya se nos ha acabado el yin– se lamentan tras cultivar por última vez.

–Bien, entonces ya no he de tener compasión– las amenazo.

–¿¡Qué quieres decir!?– pregunta An, queriendo parecer asustada.

La acabo poniendo bocabajo sobre la cama. Follándola contra esta. Orgasmo tras orgasmo sin descanso. Hasta que termina completamente agotada. Satisfecha.

Las otras tres me esperan en la misma posición. Tentadoras. Sonrió. Les doy una suave palmada a cada una. Se quejan exageradamente.

Me las follo una a una. Vengándome de cuando me han atado entre las cuatro. Perforando sus vaginas una y otra vez. Disfrutando de como me aprietan. Sobre todo, cuando se corren.

–Kong malo– me critica An, mientras se acurruca junto a mí.

–Perverso– la apoya Dandan, abrazándome.

–Ha sido increíble– me alaba Jiao.

–No puedo más… Era virgen, ¿sabes?– se queja Meixiu.

–Debes estar encantada de no serlo más– se ríe Dandan.

–No me hagas decirlo– se sonroja Meixiu.

An y Jiao se ríen. Pronto, se acaban todas durmiendo. Lo que no esperaba era que la quinta apareciera un rato después.

–Es una pena que no pueda hacerlo por ahora. Pero, ¿puedes abrazarme?– me pide Sai.

¿Cómo negarme?

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An y Dandan se sorprenden al ver a su hermana. Esta se ríe. Todas me abrazan. Sai se queja de no poder tener sexo hasta que acabe de cultivar. Pero no por ello deja de besarme. A las otras cuatro vuelvo a follarlas. Da Ting les había dado el día libre. Muy considerada. Cada vez me cae mejor.

Meixiu y Jiao deberían poder llegar pronto a la primera etapa. No pueden usar la técnica de las tres hermanas. Sai, An y Dandan son especiales por su físico. Deberían poder avanzar muy rápido.

A pesar de ello, a las dos hermanas las cuidan bastante bien. Tienen que hacer su trabajo, pero no pueden abusar de ellas. Es la política de la facción ilusioria. Aunque a veces algunos presionan a las esclavas. No obstante, Meixiu y Jiao son las sirvientes directas de Da Ting, así que tienen una protección adicional.

Sai en persona me acompaña fuera. Meixiu está indispuesta. Tumbada sobre la cama. Llena de mi semen. Que esté ella conmigo hace que las miradas sean aún más intensas de lo normal. ¿O lo imagino?

–Malditos idiotas egoístas ególatras– los insulta Sai entre dientes.

Está claro que su actitud no les hace ganar puntos con ella.

–Hasta pronto– me despido cuando llego a la salida.

–Menos de un mes– me susurra ella, sonriendo.

Nos hubiéramos besado, pero no queremos atraer más problemas hacia mí. Ya me odian suficiente.

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Hoy llego un poco más tarde a hacer las copias. Tampoco es que pase nada. Podría incluso no ir. Suelo llegar de los primeros, muchas veces el primero. En realidad, no hay un horario.

Aprovecho para pasarme por el almacén donde están las copias a tirar. No he encontrado muchos manuales nuevos últimamente, pero no estoy aquí solo por eso.

Algunas páginas tienen errores nada más empezar. Es decir, las descartan casi vacías. Es posible limpiarlas, pero prefieren procesarlas todas juntas. Las calientan, forman una especie de pasta, y crean nuevas hojas, con ayuda de qi y ciertas técnicas de por medio. Es un proceso secreto. Al menos, no tengo acceso a él.

No puedo coger las páginas nuevas sin más. Pero no es problema si algunas de las casi vacías desaparecen. Limpiarlas es un proceso un tanto pesado, pero para eso tengo esclavas. Además, a Guo Hai no se le da mal.

También les paso los tinteros vacíos. Con un poco de paciencia, se pueden extraer algunas gotas que han quedado. Solo tengo que devolver los tinteros otro día, aunque tampoco es que se preocupen mucho por ellos. No tienen casi valor, pero sí su contenido. Por ahora, hemos conseguido llenar medio tintero.

El objetivo es poder copiar algunas técnicas que vaya cogiendo. Por ejemplo, la de movimiento. De esa forma, siempre podremos consultarla. Y puedo ir añadiendo páginas a medida que aumente la cultivación. Aunque tenga que pedirla otra vez cuando eso suceda.

Todas las chicas la están aprendiendo, turnándose. E incluso yo. Así que tendría que quedármela demasiado tiempo. Copiarla no me lleva tanto. Además, me permite estudiarla de otra forma. Lo cual me es útil para comprenderla, o para momentos como el actual.

–No me acaba de salir bien. No lo entiendo. Hago los tres movimientos perfectamente– se queja Shi.

–Pues tú eres la que lo lleva mejor– suspira Liang.

Bueno, es normal que se tarden incluso meses en dominarla. Son un poco impacientes. Aunque quizás pueda ayudarlas un poco.

–No son tres movimientos, son siete– las contradigo.

–¿Eh? ¿Seguro? No puede ser que nuestro Kong sea más listo que nosotras– duda Yi.

Las demás ríen. En serio… Luego me miran, esperando una explicación.

–Para ver la animación, hay que poner qi. Siempre queda un poco residual. Si se quita todo, como hago para copiar los cuadernos, puedes ver lo que hay debajo. Así, ¿lo veis?

En la página aparecen las siete posiciones, estáticas. Claro que es imposible estudiarlas directamente. Faltan muchos datos. Es muy difícil leer e interpretar la información de los hilos directamente. Los que se entrelazan con las imágenes. Pero, si sabes que están, es más fácil buscarlas en la animación. Es más fácil saber si te falta alguna. O asegurarte que las tienes todas.

–¿¡Por qué no lo habías dicho antes!?– me regaña Song, aunque luego me da un beso en la mejilla.

Se quedan un rato estudiando la página. Bueno, excepto Wan. Hace rato que se ha ido a refinar y mezclar no sé qué hierbas. Tiene un montón de líquidos guardados y etiquetados.

Supongo que también tendré que explicárselo a las esclavas cuando se lo deje. De hecho, debería hacerlo ya. Tienen otras técnicas.

Al poco rato, empiezan discutir sobre la animación. A señalar puntos. A ponerla una y otra vez. A identificar los sutiles cambios. Reconozco que también estoy aprendiendo. A pesar de que la cola de Rayitas me hace cosquillas en el pie. Y que a Terror le gusta trepar a mi cabeza.

Shun quizás se sienta un poco marginada. Pero pronto tendrá qi. Podrá empezar a probar si quiere. De hecho, parece ilusionada. Por ahora, está dando de comer a Wei. Son adorables. Era un crimen separarlas. Prefiero no pensar cuántos de esos crímenes se cometen cada día.

Lo malo, es que no tardan en irse todas a practicar. Parecen ilusionadas. Sin duda, algo han entendido. Y me dejan solo.

—————

–¡Gracias Amo!– exclama Rui cuando le explico como ver las imágenes de debajo.

Antes de follármelas por la noche, les he explicado lo mismo que a las chicas.

Ning no parece tan entusiasmada, pero presta atención. No quiere que la vuelva a castigar.

Rong no sé qué piensa. No le toca ahora, pero quería explicárselo también. Ya que está, disfrutaré de ese enorme culo y esas tetas gigantescas.

Hai tiene los ojos muy abiertos. Me mira con casi adoración. O sin el casi. La verdad es que no entiendo que no sea algo que sepa todo el mundo. Las gemelas y Lang me han asegurado que no lo es.

Bronceada parece muy interesada. Me hace incluso una reverencia.

–Gracias Amo– agradece con aparente sinceridad y respeto.

–Entonces dame un beso– le pido, señalando mi mejilla.

Ella sonríe por un momento. Vaya, ¿había visto antes esa sonrisa? Se acerca y me besa en la mejilla. Incluso parece dulce. ¿Quizás ha mejorado su lealtad un poco más?

–Puedes elegir como lo quieres. Date prisa– le ofrezco.

Ella me mira un momento. Se sienta entonces sobre mí. Dándome la espalda. Mi miembro rozando su entrada. Jugueteo con sus pechos y entrepierna. Cuando está mojada, se levanta para meterme dentro.

Se mueve de arriba a abajo. Golpeando su firme culo contra mis caderas. Mientras yo sigo jugando con ella. A veces pellizcando sus pezones. A veces acariciando sus líneas de bronceado. Ocasionalmente, ataco su clítoris.

Rui lo hace igual, pero de cara. Besándome. Y con más intensidad.

A Rong no le doy opción. La siento como a Rui. Quiero ver esos enromes pechos rebotando. Los atrapo con mis manos o boca de vez en cuando. Su cuerpo se rinde al placer. Su alma sigue cabezota.

Hai prefiere hacerlo de espaldas. Yo compruebo que sus pechos sigan creciendo correctamente. Me gustan que no estén muy duros. Poderlos ver botar. Poderlos estrujar.

Ning de frente. Tiento su culo con su dedo. Diciéndole que, si se aplica, se lo penetraré. Sin duda, es muy intensa.