Lei Zhuo se dio vuelta, no tenía ganas de perder más tiempo con Nie Li. Discutir con un niño como él no haría más que bajar su nivel.
Nie Li miró a Nie Hai y a Nie En.
—¡Yo pagaré por los objetos en los que oferte!
Nie Hai y Nie En sonrieron con amargura mientras intercambiaban miradas. Frente a Nie Li, no tenían ni el más mínimo prestigio. También se daban cuenta de que Nie Li no tenía demasiado respeto por ninguno de los dos. Normalmente, cuando los niños del clan los veían, se quedaban sin palabras por el miedo. Sin embargo, en el rostro de Nie Li podía verse una mirada de indiferencia.
La verdad era que, en su vida anterior, cada vez que Nie Li veía a Nie Hai y a Nie En, se ponía nervioso. Sin embargo, en esta vida, su mentalidad Nie Li había cambiado por completo. Ya nadie podía causarle temor ni presionarlo. Ni siquiera el abuelo de Ye Ziyun, ¡el rango Leyenda Ye Mo! En el momento en que Nie Li terminó de hablar, comenzó la subasta.
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