Poco tiempo después, luego de tantas veces que mi padre no iba a la cita para ver a mi hermano, nos faltaba como media cuadra para llegar, cuando, mi hermano se quedó parado.
Hacía mucho calor, no era muy lejos, pero, si caminábamos bastante.
Preguntamos a mi hermano, ¿Por qué se detenía?
Recuerdo que nos miró.
Al menos eso creímos, sus ojos, se cristalizaron, como si quisiera llorar.
Dijo que no, que ya no quería ver a mi papá.
Que, si padre, no lo quería ver a él, entonces, ya no quería verlo tampoco.
Fue duro escuchar eso de la boca de un niño de 6 años.
Regresamos, con el niño llorando en el camino, todos en silencio.
Pensar que, algo que, le llevó tanto tiempo superar a mi madre, a mi hermana, le llevó solo un año comprenderlo a un niño que, no conoció la violencia de su padre, sus desprecios, sus insultos.
Porque, a veces se cuidaba frente a él.
No quería darle un mal ejemplo.
Eso decía.
Qué ironía.
Yo, en ese tiempo, no sabía que sentir.
Años después, nos enteramos de que, la casa de la maestra que maltrató a mi hermano, se incendió, lamentablemente uno de sus hijos perdió la vida.
No me alegre cuando lo supe.
Pero, pienso que, quizá fue el karma, dicen que siempre te alcanza.
Cuando cursaba quinto y sexto, conocí a un amiguito, su nombre era: LUIS.
Su familia de cariño lo llamaban "chico".
Todos eran chaparritos.
Él tenía dos hermanos menores, su madre vivía con ellos y su abuelo.
Era muy acogedor su hogar.
Nos hicimos muy unidos.
Algunos pensaban que éramos primos.
En sexto nos pusimos a estudiar mucho, para prepararnos para el examen para secundaria.
Antes, eran como 1,000 preguntas y muchas de ellas, capciosas.
Él no era bueno para estudiar, pero, en ese tiempo, mejoró muchísimo.
Justo en este momento, cabe hablar de un serio tema: el embarazo adolescente.
Mi madre, estuvo tan ocupada trabajando, que, nosotras íbamos al mandado solas, en ese tiempo, usábamos redes para cargar el mandado.
Éramos chicas fuertes.
Como había falta de un adulto en la casa, nos enseñamos a hacer de todo, desde cocinar, lavar, barrer, en fin, todas las tareas del hogar, entre ellas, el cuidado de mi hermano menor.
En este tiempo, mi madre pasaba unas 10 a 12 horas en el trabajo, en este tiempo, trabajaba en una agencia que proveía comida para los aviones.
Era muy demandante.
A veces, íbamos a ayudarle al trabajo para que ella pudiera salir temprano, e ir a casa, con nosotros.
En este tiempo, mi hermana no había terminado la relación con el novio de la casa en el terreno de la abuela paterna.
En algunas ocasiones, dormía escondido debajo de la cama para que mi mamá no lo descubriera.
En ese tiempo, yo no tenía idea de lo que eso nos iba a acarrear.
Como ella y yo teníamos una relación conflictiva, es decir, llegábamos incluso a los golpes cuando cuidábamos a mi hermano, ella por querer hacer la parte materna y negarse a dejarme participar.
Igual, yo lo cuidaba a sus espaldas.
Tiempo después, mi hermana resultó embarazada.
Yo la descubrí, mas, no me sentí con derecho a hablar del tema.
Un día, mi madre la descubrió también.
Ella me reclamó de ocultar el embarazo de mi hermana.
Yo mentí.
Dije no saber de eso.
Luego de la ira, vino la preocupación.
FRASE:
No es buscar alguien que te complete…
Es encontrar a alguien que te acepte, con los pedazos que te falten.
-ANONIMO