"Dejando que el agua ahora fría continuase fluyendo sobre su cuerpo, Sebastián permaneció inmóvil en el lugar donde Elle lo dejó. Todavía estaba allí, bajo la ducha, con la cabeza inclinada y ambas manos apoyándose firmemente contra la pared ahora agrietada.
—Maldijo— mientras miraba fijamente los azulejos del baño. Sus ojos brillaban tan intensamente mientras el agua caía en el suelo. Había planeado castigarla. Darle placer hasta que ella misma estuviera suplicándole que la j**iera. Pero qué demonios, lo contrario había ocurrido en vez de ello. Todo porque había fallado en controlarse a sí mismo. Era él el que había cedido primero, ya que su lujuria y deseo por ella se habían hecho tan insoportables que sentía que se volvería loco si no podía tenerla nuevamente durante esos momentos.
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