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Con fuerza en el corazón

Naomi es una chica muy mimada hija del emperador, en donde ella está enamorada de su primo, pero es injustamente comprometida con un príncipe llamado Hiroki. Su primo sin embargo la traiciona matando a su padre revocando la del castillo junto con su prometido. Ellos deben sobrevivir, yendo a un pueblo un poco olvidado, en donde por el afán de protegerse se van enamorando poco a poco. Ahora ella debe enfrentar su destino, haciendo justicia contra el verdadero villano.

laura_cisne · Geschichte
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16 Chs

OYUKI...

Esa noche no fue difícil de dominar. Me quedo dormida sin problemas por el horrible agotamiento psicológico, comienzo a soñar con un recuerdo, el recuerdo del jardín de luciérnagas. Estaba con mi madre, Satoshi y Soshi cuando éramos niños y observamos las estrellas y algunas luciérnagas que alumbraban el cielo oscuro...

— ¡mamá, mira! — apuntó mi yo pequeño sonriente antes de que mi madre muriera, una semana antes de que falleciera. La estrella que señalé era una estrella fugaz.

— pide un deseo, querida— dijo tan cariñosa, su imagen nunca se borrará de mi mente. Cerré mis ojos pidiendo ese deseo interno.

— ¿qué deseaste? — pregunta Satoshi pequeño.

— No te voy a decir, es se-cre-to— saqué la lengua divertida "es secreto..."

— ¡vamos! Dime — insistió.

— Deseé... Que siempre estaremos juntos — le Sonreí. Al recordar esto, pude sentir un calor atravesarse. "Siempre estaremos juntos" volví a recordarlo... Hasta ir despertando. Despacio abro los ojos y veo un rostro enfrente de mi cara, un muchacho de ojos tiernos, pelo negro y corto y muy joven "no puede ser..."

— ¡Soshi! — exclamo alegre. Me lanzo a abrazarlo — estas con vida... — doy pequeños sollozos. —Te extrañé— dije muy feliz por volvernos a encontrar, él se ríe conmigo y me abraza también con algunas lágrimas — Satoshi ¿te hizo algo?

— Princesa... Satoshi no es como tú piensas... — me mira muy convincente, lo observo con confusión.

— pero él... Mató a mi padre... Yo lo vi— Intento hacer que cambie de opinión.

— si lo sé, pero no fue lo que pasó en realidad— me explica.

— ¿de qué hablas? — le pregunto cada vez más confundida.

— eso te lo tendría que decir yo— apareció Satoshi de repente detrás de la puerta. Frunzo el ceño muy enredada en esta situación— Soshi... Déjanos solos— le pide. Me he mezclado con este estado en la que nos hemos encontrado. Satoshi se sienta al lado mío.

—¿tú que haces aquí? ¿Hiroki cómo te dejó pasar? — le cuestiono sin entender lo que estaba pasando.

—no está... tu guardia se fue también y la señora me dejó pasar — el mira un momento hacia abajo sin saber que decirme después de la pelea de ayer y como lo rechacé — perdón... lo que pasó ayer... no debí hacerlo

—así es... no debiste — le digo aún un poco molesta por lo que sucedió, ya simplemente no siento tanto rencor hacia él, quiero tener alguna explicación en este momento y él me la va a dar. Él da un largo y profundo suspiro, luego regresa su mirada para verme y continuar diciendo.

—Naomi... debo decirte la verdad — me mira tan fijamente que no puedo entender de qué me está hablando

—¿Qué verdad...? — le pregunto muy inquieta

—La verdad... la situación de como tu padre y tu madre... fueron asesinados... fue por causa de una persona que te quiere hacer daño... Pero también hay que comprender de la verdadera posición que tienes en la familia real incluyéndome, pero no fue motivo para hacer lo que te hice...— lo miro intrigada. Mi piel se eriza tanto... — Naomi... Tú no eres una princesa...— Me menciona serio, mi boca se puso seca a esta revelación en menos de un segundo, frunzo el ceño sin entender que está pasando en realidad, si me está diciendo la verdad o si esto es solo una broma — O... al menos no del todo.

—Satoshi... Explícate, no te entiendo nada— le exijo muy confundida tragando saliva forzosamente o la poca saliva que tengo, siento mi boca tan áspera que parece papel seco o tela de ropas.

—Tu padre no es el verdadero emperador... Mi padre sí... Cuando era niño mi padre no quería gobernar, me dijo que le dio el trono a su hermano menor... Tu padre Naomi... Tú no eres una princesa o al menos no eres la heredera al trono, pero como mi padre no quería gobernar decidió que tú serías el manejo al trono junto conmigo, él quería que gobernáramos juntos... Pero cuando mi padre murió, tu padre decidió no seguir su tratado... Aún no sé por qué... Pero eso no es lo recurrente el por qué murió tu padre... Naomi... Hay alguien que no solo quiere tu trono... Si no tu cabeza también... ¡Y yo sé quién es la persona que acabó con tu madre y me obligó a asesinar al rey! — Me cuenta todo esto tan serio que en verdad me iba asustando más "¿cómo es posible que lo hayan obligado a asesinar a mi padre? ¿quién puede ser tan horrible para hacer algo tan atroz como quitarle la vida a una familia?".

— ¿quién es? — me tiemblan la voz y las manos cada vez más nerviosa.

— Oyuki, Naomi... La tía con la cual tu padre me pidió que me quedara cuando me ordenó que me fuera... Esa mujer es despiadada, con el corazón lleno de odio y rencor. Una persona que te conoce... Envidiosa que por su crueldad les han cobrado muchas vidas a personas que no lo merecían... Ella mató a tu madre... Ella me obligo a matar a tu padre... Me manipuló... Me dijo que si no lo hacía iría contra ti... De hecho, ella no sabe que justo ahora estoy contigo y tengo miedo de que por mi presencia te lastime— Intento analizar cada momento sin perder la cordura, recordando como mi madre la encontraron llena de sangre... recordando a mi padre muerto, imaginándome esa mujer despiadada, fría y vil quien me sacó de mi propia casa, mi trono, mi familia... y hora irá contra... Hiroki. Satoshi me toma de las manos— Naomi... En verdad te pido que te cases conmigo— suplicó

— Satoshi... Yo... No puedo— me tiembla la voz, aún intento procesar la información anterior y cómo era posible todo esto.

—¿es por Hiroki? — me quedo callada pues no sabía qué responderle al respecto. — ¿tan fácil te enamoraste de él Naomi? — trago saliva nerviosa.

—... No sé... Satoshi... Ya no sé cómo mirarte... — le dije tan fría que mi corazón de alguna manera se rompía —primero... Debo pensar en todo esto... En cómo es posible todo esto, no entiendo nada...— le digo con la mirada perdida y estresada. Él se levanta lentamente cabizbajo y se retira dejándome sola para pensar un poco en toda este frenesí.