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Compañeros Pecaminosos

Viviendo en su coche en su lugar de trabajo, la vida de Imogen estaba lejos de ser grandiosa. Con una madre enferma, un trabajo exigente y luchando con ser sin hogar y completamente sin dinero por los gastos del hospital. No pensó que las cosas pudieran empeorar. Pero el destino le gustaba darle patadas cuando estaba caída, justo cuando creía que había tocado fondo, se entera de que los mismos hombres para los que trabaja son sus compañeros de alma y se ve arrastrada a un mundo del que no quiere ser parte, ella valora su humanidad y ellos se niegan a renunciar a ella, en cambio, ofrecen solucionar todos sus problemas, pero hay una trampa: los humanos están prohibidos en su mundo, por lo que para estar con ellos debe renunciar a lo único que le queda, su vida. Justo cuando piensa que ha tomado una decisión y siente que pertenece, descubre que tenían más secretos, y ahora no quiere más que escapar de sus garras y seguir con su vida. Cuando su vida comienza a perder el control y ellos la toman, ¿resistirá al vínculo y renunciará a su vida? Ella sabe que nunca se liberará de ellos y siendo humana frente a un licántropo y un vampiro podría ser considerada un pato sentado, presa fácil, y ahora debe encontrar una manera de resistir los impulsos del vínculo que nunca supo que existía, resistir la tentación que son ellos, pero sobre todo descubrir quién es realmente, porque su familia también tiene secretos, y esos secretos emergen causando un mundo de dolor pero también dándole un deseo de sobrevivir.

Jessica Hall · Fantasie
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Capítulo 72

La perspectiva de Theo

No podía creerlo, se había ido, muerta. Tobias parecía tan roto como yo me sentía. Imogen yacía en sus brazos empapada en sangre. Le bajé la camisa, incapaz de mirar su vientre rasgado. El daño en su cuerpo era espeluznante. Verlo me hacía recordar su dolor y miedo. Estaba seguro de que me perseguiría para siempre, sintiendo cuánto nos quería y lo indefensa que se sentía en ese momento. Podía sentir literalmente que nos rogaba con todo lo que tenía para que llegáramos a donde estaba. La habíamos fallado y eso sé que me volvería loco de culpa.

—Llévala, necesitamos irnos —dijo Tobias casi con enojo. Sé que estaba sufriendo, pero odiaba la forma en que lo decía. Arrojándola en mis brazos y apartando sus ojos de ella. Comencé a caminar hacia el sendero por el cual habíamos subido, su voz resonando a través del viento hacia mí.

—¿Qué estás haciendo Theo? Necesitamos encontrar a nuestro hijo —gruñó con dureza.

Gesperrtes Kapitel

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