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Prólogo

El resuello del imponente jabalí comenzaba a tronar entrecortado, pero aun así su lucha solo se dilataba más y más.

- Maldita sea, no muere - rugía Ruven Naexalim, mientras enfilaba una vez más la punta de su curtida lanza hacia el costado del animal.

Era un ejemplar supremo en aquellos pedazos del bosque Sheapa, si bien se veía más pequeño que un hombre lo doblaba en anchura y en fuerza física. Lo único que limitaba su movimiento feroz eran unos brazos oscuros que le rodeaban el cuello como una serpiente, Fhaornik Olofir se había abrazado a aquel animal cuando fue embestido, perdiendo un par de costillas y sufriendo una herida profunda en una de sus piernas. La sangre de la bestia y la del muchacho, se mezclaban hasta crear un tapiz carmesí debajo de sus cuerpos.

¡Stock!

Después de un sonido seco que había llegado junto al aterrizaje de una flecha en el cráneo de la presa, se formó un silencio aterrador.

Ruven solo poseía una lanza de madera vieja y Fhaornik dos cuchillos que en la batalla no le sirvieron de nada, pensar que alguien más había disparado desde la distancia congeló la sangre de Ruven Naexalim. Era únicamente un niño y Fhaornik un adolescente, ambos jugando a ser hábiles cazadores.

- ¡Parece que necesitan un tercer integrante en su equipo! - aquellas palabras retumbaron desde alguna parte, Ruven que apenas acababa de digerir lo ocurrido no tardó en voltear su cuerpo y la dirección de su lanza hasta señalar la figura femenina que se asomaba detrás de él, tan silenciosa como un felino- Soy Ophanim, una elfa -.

Ruven Naexalim decidió escrutar.

Denotando el arco largo que brillaba por la luz del sol, perfectamente forjado con materiales costosos que exclusivamente cazadores reconocidos deberían tener. Luego las flechas de puntas metálicas, una de estas mató al jabalí tras atravesar las capas en su cabeza con facilidad; Ruven era pequeño, pero nunca ingenuo, una cazadora como ella no querría nada que ver con principiantes.

- Sé lo que piensas, pero antes deberías ayudar a tu compañero - razonó Ophanim, mientras acostaba horizontalmente el arco que superaba su tamaño con solo la distancia entre sus polos.

Ruven Naexalim no dudó y clavando la lanza en algún lugar del suelo volteó para ayudar a su compañero que yacía aún bajo el cuerpo pesado del jabalí, abrazándolo por el cuello como si aún lucharán en silencio.

- ¡Fhaornik! - la voz de Ruven moría huérfana de atención, Fhaornik Olofir no se movía aunque aún parecía respirar tenuemente, así que intentó Ruven mover el jabalí hacia un lado, más tarde se le sumó Ophanim.

- Ya estaba inconsciente desde antes de mi intervención - la voz de Ophanim vibra en los tímpanos de Ruven, mientras ambos intentan desatar el abrazo de Fhaornik que aún perdido en la inconsciencia seguía combatiendo al animal.

- Está herido, vivo a unas cuantas hectáreas podemos arrastrarlo hacia allá - sugirió Ophanim y Ruven asiente juzgando por la condición de su amigo.

...

- ¡Un jabalí de nivel dos! - gritó Tabuto Motogeru, llamando la atención de su líder y el resto de los aventureros - la sangre sigue fresca y las heridas también - intuyó Tabuto.

Su líder Ainaha Motogeru no tardó en acercarse para mirar también, dándose cuenta de que había una flecha clavada hasta la mitad en la cabeza del animal.

- Esto debió ser obra de un cazador fuerte - recomendó el líder Ainaha, pues la resistencia que tiene un jabalí de nivel dos es abrumadora, ningún cazador de nivel uno o dos sería capaz de matarlo con un solo ataque.

- Señor, mire aquí - Tabuto descubrió más heridas en uno de los costados del jabalí - parecen puñaladas, aunque no son lo suficientes fuertes como para hacerle tanto daño a un jabalí de este nivel - concluyó Tabuto.

- Lo mató la flecha, entonces cabe la posibilidad de que haya un grupo de cazadores por aquí, quizás sufrieron graves heridas y tuvieron que irse dejando la presa detrás - dijo el líder, pero Tabuto negó con la cabeza.

-Si ese fuera el caso, entonces no deben ser más de dos o tres cazadores, solo es un jabalí de nivel dos. Si realmente fueron lastimados gravemente entonces no son tan fuertes ni numerosos-.

El grupo Motogeru, era famoso por su forma extraña de cazar, mayormente se centraban en el robo de presas por eso eran repudiados por los demás cazadores.

Estaban compuestos por cinco, entre los cuales solo el líder y Tabuto estaban en el nivel tres de sus respectivas clases.

-¡Alguien se acerca!- indicó uno de los chicos que se quedaron atrás.

- Ese jabalí no les pertenece -su voz femenina les llamó la atención, especialmente al líder.

- ¿Y como sabemos que es tu caza?- inquirió Ainaha, por lo que la persona encapuchada no tuvo de otra más que revelar su arco y una de sus flechas.

- Señor, son las mismas flechas parece que ella tiene razón y por lo visto, ese arco es de al menos nivel dos - indicó Tabuto.

Su líder sonrió y se apartó del jabalí, los demás hacen lo mismo, pero no sé alejan mucho, después de todo viven del robo. Cuando la chica se acercó para atrapar las patas del jabalí muerto, la rodearon por completo.

- Líder, tengo un mal presentimiento sobre esto, esa chica mató al jabalí con un solo ataque de su arco - sugirió Tabuto.

- Eso significa que tendremos un jabalí y un arco costoso - balbuceó Ainaha con una sonrisa.

- Si yo fuera tú, le haría caso al muchacho - propuso la chica, antes de revelar su identidad sacándose la capucha.

- ¡Una Elfa! - rugieron todos los del grupo Motogeru.