Las luces en el cielo daban la sensación del medio día o eso creía. Ya había perdido la completa orientación entre esos pinos enormes.
A pesar de no haber un camino marcado logro abrirse paso entre la maleza y raíces con dificultad. Mientras esperaba no ser picada o mordida por algo, uso sus largas piernas para maniobrar con libertad pero las botas tendían a atorarse haciendo más problemático el avanzar. Que buen uso tenían esas tiras en sus piernas pues impedirán que algo entrara en sus botas.
Podía sentir como su cuerpo entraba en calor con el esfuerzo en contraste con el frío aire que entraba en sus pulmones. Deseaba tener una sudadera o al menos unos guantes para proteger sus entumecidos dedos que tocaban las frías cortezas.
Avanzó lo más posible con la esperanza de encontrar alguien que le ayudará.
Pensó en una opción mas real de encontrar que no debería encontrar.
Ya con las esperanzas desvanecidas busco al pájaro sin ningún avistamiento. No lo había visto desde hace un largo tramo.
Tenía tanta hambre.
Ese pájaro parecía sabroso.
Oh, se fue un gran error de su parte el dejar que su mente estuviera pensando en comer algo. Los gruñidos en su estómago estaban molestando y un gran plato vegetales sería tan bueno.
Podría asar ese pájaro.
Dioses mataría por un poco de carne.
Pero recordó que había perdido a Dan, la camioneta, la mercancía y lo más jodido es que tendría que encarar a varios vendedores.
Le habían jodido bien con esto y no de la manera que le gustaba.
Tendría que esconderse un rato mientras se calmaban las aguas. Un gran suspiro se escapó de su alma al pensar en volver a robar mientras se recupera un poco o deberá ir a pedirle trabajo a la vieja.
Jodida suerte tenía.
Tendría que darle una chupada aquel idiota para obtener su apoyo en este desastre. Aunque estaba bien dotado, era algo guapo con esos hombros tan anchos y esas manos. No sería tan malo pero si pudiera escojer sería a su hermana o mejor a los dos al mismo tiempo.
Ya tendría el tiempo de comer a ese conejito tímido.
Pero al no querer ser devorada antes de devorar trato de volver a concentrarse en el entorno. Y como una predicción desastrosa logro escuchar un sonido de movimiento.
Esto le asusto ya que se detuvo al segundo siguiente.
Algo muy dentro suyo como un instinto de supervivencia se activo ya que lo más probable que un animal le estuviera acechando en busca de hacerle su presa. Sin pensarlo trato de sacar la daga pero le temblaba las manos al tomar el mango.
Tenía miedo.
Algo estaba moviéndose con fuerza lo que provocaba que un ruido entre más hojas que le llevo a pensar que eran varios animales.
Dió un respiro profundo e intento nuevamente sacar la daga con éxito. Aferró el mango en sus manos en busca de consuelo.
El ruido se acercaba.
Mentalizada para matar o ser asesinada se puso en modo de supervivencia. Respiró lo más silencioso posible para calmar su ímpetu y esperar al siguiente movimiento del animal.
Localizó el sonido a su derecha unos cuantos metros por delante de un gran pino.
Debería esperar o atacar.
Y sus pies le dieron la solución al darse media vuelta y comersar a alejarse lo más rápido que podía sin hacer demasiado ruido. Guardó la navaja y comenzó a poner
distancia de su posible muerte.
Nunca se sintió más ligera que al pensar ser desgarrada por un gato salvaje.
Dejo el enfrentamiento para personas más estúpidas ella huiría si tenía la oportunidad. Así avanzó en estado de alerta constante al tiempo que maldecía la falta de su arma. Si es que podía llamarle arma a esa pistola hechiza que realizó junto a Dan.
Avanzó y avanzó en un ritmo constante para ser precavida casi fundiéndose con la naturaleza.
Perdiendo la noción del tiempo aún más hasta sentirse más confiada de haber perdido aquello que le cazaba tanto que detuvo la marcha y escucho atenta.
Nada, no se escuchan movimiento cercano mas allá del sonido ambiental.
Detuvo aquello unos metros más adelante al no ver nada acercarse, pudo relajarse un poco pero no totalmente.
Estiró su cuerpo del entumecimiento para acabar reajustando el cinto, las botas, el abrigo y lo más importante acomodarse los mechones rebeldes que descansan en su rostro. Para después apartar esas sucias manos de su cara lo más rápido posible.
Estaba sedienta por el esfuerzo, tanto que al mirar gotas de agua en las hojas más altas de la maleza se permitió perder la compostura y deslizarse hacia ellas con el fin de beber algo.
Lamió sin tapujos cada hoja alegría. Esas gotas le supieron a gloria, mejor que cualquier bebida que haya probado hasta ahora.
Estando su sed más saciada decidió utilizar la última hoja con agua para limpiarse la manos todo lo posible. Utilizó otras hojas para quitar los restos de suciedad haciendo sus manos más tolerables.
Sintió un poco de calma a perder esa sensación de ser observada pero no bajo su guardia. El animal debió perder el interés al no encontraste pero aún así estuvo vigilante a su alrededor pero su vista no logro mirar una rama traviesa frente suyo.
Y cayó como tronco dándole la bienvenida al follaje quedando completamente abrazados.
Aunque alcanzó a meter sus manos para no impactar su cabeza, aún sufrió daño. Así humano – naturaleza era uno mientras esperaba las fuerzas para levantar la dignidad restante.
Lo bueno es que no se golpeó la cara pero sus manos estaban de nuevamente sucias como su ropa. Sacudió lo más posible las manos.
Lo único bueno que no se lastimo.
Ahora con más precaución por aquellas trampas del suelo avanzó lento pero constante.
Ella tenía una buena condición eso estaba segura y orgullosa pero ahora empezaba a perder energías para casi abrazar cada pino que se apoyaba. Pero su terquedad le dio fuerzas para continuar mas allá de sus límites, y estando al punto del colapso cayó frente un frondoso tronco caído.
Este era un salvavidas ante un ahogado con un dulce abrazo para descansar en el.
Respiro contra el árbol con una intimidad de una amante.
Pero un ruido le recordó que aún estaba vulnerable y decidí escalar el tronco.
Uso las fuerzas estantes para tratar de subirse al tronco pero resbalo miserablemente, no tenia mucha experiencia escalando árboles en general. Ya no quedaban muchos en las comunas.
Le tomo varios intentos de los que reconocería pero su victoria fue gloriosa como cansada, tanto que cerro los ojos un momento al estar casi muerta boca arriba.
Su corazón brincaba dentro de su pecho casi apunto de colapsar.
Una burla salió desde su alma "Es todo lo que tienes, eh" dirigió hacia la nada.
Estaba lo suficiente apartada del suelo para descansar un momento, y poco a poco sus pestañas parpadearon al ritmo que sentía como se hundía más en el tronco. Que suave se estaba volviendo aquello hasta el punto de sentirse cobijada entre la naturaleza.
....
Un ruido le provocó volver a la conciencia con rapidez debido a tener un sueño ligero. Aún con los ojos cerrados trato de escuchar más y esto le permito que era algo pesado como ruidoso. Eso era un mal presagio.
Abrió un ojo para mirar frente suyo pero nada estaba lo suficiente cerca dando la confianza para estirar la cabeza y mirar por sus laterales sin rastro del animal.
Todo estaba despejado en unos cuantos metros.
No sé confío y saco la daga con facilidad. Optó por acostarse sobre el tronco para no alentar su presencia a lo que estuviera por ahí.
El tronco estaba lo suficientemente ancho como para tener unas 10 personas más acostadas con comodidad.
Al mirar pora zona en alerta logro observar un conejo muy grande que pasaba a unos cuantos metros. Este estaba muy grande, gordo y lleno de pelo espeso. Lo único que parecía un conejo de el era la forma de su cuerpo. Y estaba comiendo algo que tenía entre sus patas con rapidez.
El animal volteo como si sintiera sus ojos y le brindo
una vista de su cara cubierta de sangre al tiempo que olfateaba y mostraba un conjunto de afilados dientes al aire para después alejarse entre brincos no tan tiernos.
Estaba en shock, se parecía a uno conejo que alguna vez había visto en su niñez, pero este no era lindo, ni esponjoso y pequeño. Pero este conejo caníbal estaba masticando algo de carne.
Era conocido que de vez en cuando algo se revela a su naturaleza o alguna nueva especie que apareció después de las última pandemia.
Aún sorprendida volvió a mirar su izquierda donde solo había hojas, pinos y maleza. Nada fuera de lo común. Ya más tranquila se palmeo el pecho con la mano libre tranquilizando su corazón acelerado ya que aún recordaba esos colmillos.
Un bufido le saco de sus pensamientos.
Se congelo ya que recordó que no había comprobado su espalda. Muy lentamente volteo para ver a un animal grande en cuatro patas escarbando entre los arbustos.
Un animal que logro reconocer pero era imposible que este existiera, si ya estaba segura que estaba alucinada. Trago ya que este animal era un oso, un oso.
Un jodido oso de verdad y no los de los libros.
Y no era un oso cualquiera como en las imágenes, no claro que no, este era inmenso que podía alcanzar unos buenos 3 metros de alto, de pelaje café y lo más destacable eran sus 6 patas.
6 patas.
Debía tener 4 pero habían 2 patas adicionales bajo las patas que serían los brazos. Se encontraba olfateando algo por ahí a unos metros de distancia.
Con el máximo cuidado se escabullo hacia la orilla del tronco para bajar lo más silencioso posible pero su suerte juego en contra ya que al posar sus pies al suelo trono una rama.
Cerro los ojos a la espera de su muerte pero nada sucedió mas allá de los latidos de corazón. Tal parece que fue una existencia insignificante para aquel colosal oso.
No espero a que le notase antes de comenzar a caminar mirando el camino evitando hacer ruido no deseando atraer su atención. Su cuerpo le parecía más liviano mientras sus oídos zumbaba por los latidos que parecía que escupiría su corazón por la boca lo que provocó que la cerrará con fuerza apretando los dientes.
Un rugido se escuchó enfurecido.
Podría ser por el oso como otro animal.
Un graznido se escuchó más adelante.
Maldijo aquel pajarraco burlesco ya que obtendría su carne si es que el oso dejaba algo.
Sus ojos serían comidos antes del anochecer.
No.
Corrió con todas sus fuerzas hacia al frente donde el pajarraco volaba cerca de las copas como si le guiará hacia su salvación.
Dirijo sus ojos hacia el cielo esperando una respuesta.
Esto debía ser un jódete del universo por sus acciones pasadas. Nunca había sido devota a religión alguna, pero fue bautizada al nacer como parte de la idiosincrasia general.
A pesar de su abuela trato de acercarla a la religión pero nunca pudo amarla cómo se esperaba.
"No soy mala persona" vocifero lo mas bajo posible sacando sus pensamientos "no tanto" continuó aquella línea.
Recordó las palabras de la abuela.
Todo se regresa, recuérdalo bien. Aún podía escuchar sus palabras entre los jadeos por el esfuerzo.
Entre esquivar los pinos, mirar el suelo para no tropezar y cuidar que no le alcanzará el oso cada cuantos pasos.
"Maldito pajarraco, dónde me lleves a una trampa"
Ese animal de había esfumo por los aires.
Olvidando aquello siguió corriendo por su vida hasta mirar como poco a poco se iban despejando los pinos, tal parecía que llegaría a una zona más despejada y con suerte encontraría ayuda. Al llegar se permitió derrúmbese sobre aquella manta verde al tratar de recuperar el aire expulsado.
Aún jadeando alzó la vista para encontrarse una especie de cabaña muy primitiva del otro lado del claro. Con un claro alivio logro mirar que humo salía, personas.
Rompiendo la ilusión de paz una sensación le recorrió al punto de erizar su piel.
Ya había sentido algo similar hace tantos años. Con esfuerzo se levantó de nuevo en busca de la causa debido a que ese sentimiento solo prevenía de ser observada por alguien con intensiones cuestionables.
Alcanzo a mirar una sombra acercarse lentamente pero constante.
Le miraba pero su vista estaba borrosa con angustia cerro los ojos esperando que se fuera esa sombra que le asustaba mas que el oso.
Luz parecía opaca, el sonido estaba disuelto al punto de existir solo ella y eso.
" Estas en mi territorio, niña" una voz hablo.