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Capítulo 16: El Susurro de la Oscuridad

La luna, un pálido orbe suspendido en el cielo nocturno, derramaba su luz plateada sobre la tierra, iluminando los campos de batalla con un resplandor etéreo. Li Tian, su figura recortada contra el paisaje iluminado, se encontraba en la cima de una colina, sus ojos escudriñando el horizonte, donde las sombras de la guerra se cernían ominosamente.

La Secta Dragón Celestial, ahora un faro de resistencia en medio de la tormenta, se había convertido en un símbolo de esperanza y desafío para aquellos que se oponían a la oscuridad que amenazaba con envolver los reinos. Y Li Tian, con su alma marcada por la lucha y la pérdida, se había convertido en un líder, su nombre susurrado en oraciones y maldiciones por igual.

En los campos de entrenamiento, los discípulos y maestros de la Secta se movían con una precisión y determinación nacidas de la necesidad y la desesperación. Cada golpe, cada movimiento, era un voto silencioso, una promesa de resistir y perseverar a pesar de las abrumadoras probabilidades.

Li Tian, caminando entre ellos, podía sentir la tensión y la esperanza que permeaban el aire, sus propios temores y dudas reflejados en los ojos de aquellos que había jurado proteger. Y en esos momentos, en esos intercambios silenciosos, encontraba la fuerza para seguir adelante, para seguir luchando a pesar del peso del destino que descansaba sobre sus hombros.

En las profundidades de la Secta Loto Oscuro, Lian Hua, su ser un enigma de sombras y secretos, también se movía con una determinación silenciosa, su alianza con la Secta Dragón Celestial una necesidad nacida de la desesperación y la supervivencia. Y aunque sus caminos y métodos eran diferentes, Li Tian podía sentir la resonancia de sus decisiones y acciones, su lucha compartida contra la oscuridad que amenazaba con envolverlos a todos.

Y así, con la guerra y la desolación como sus compañeras constantes, Li Tian y la Secta Dragón Celestial avanzaron, su camino iluminado por la frágil llama de la esperanza y la resistencia, su destino entrelazado con los hilos del tiempo y la elección.

En el campo de batalla, las fuerzas de la Secta Dragón Celestial y la Secta Loto Oscuro, una vez enemigos, ahora luchaban lado a lado, su alianza una llama titilante de cooperación en la oscuridad de la guerra. Cada victoria, aunque celebrada, era también un recordatorio de las pérdidas y sacrificios que habían soportado, y cada derrota, un eco de la desesperación que se cernía sobre ellos.

Li Tian, liderando desde el frente, se convirtió en una figura de esperanza y resistencia para sus discípulos y aliados, su presencia en el campo de batalla un faro de luz en la oscuridad. Pero con cada enfrentamiento y cada vida perdida, una parte de él se desmoronaba, su alma desgarrada por el peso de la muerte y la destrucción que lo rodeaba.

Y en las sombras, la oscuridad se movía, sus hilos de manipulación y conquista tejiéndose a través de los reinos, su apetito por el caos y la desolación insaciable. Li Tian, aunque inconsciente de la profundidad de la maldad que se cernía, sabía que la verdadera batalla, la lucha por las almas y la esencia de los reinos, aún estaba por venir.