Leylin y el Viejo Bayer se quedaron sin palabras ante la escena frente a sus ojos.
Se recolectaron los restos de las víctimas, pero no pudieron ser enterrados allí por temor a que los duendes los sacaran. Serían llevados a la Ciudad de Luna Plateada, los clérigos les darían sus últimos ritos y bendiciones, y luego serían enterrados.
—¡Gracias, Señor Leylin! ¿Eres un Brujo de rango medio? —Bessany se había recuperado y sus ojos se habían hinchado del tamaño de una nuez.
—Sí, supongo que sí. También me dirijo a la Ciudad de Luna Plateada para estudiar —Leylin miró la situación afuera y respondió con indiferencia.
Después de encontrarse con Bessany y las demás, ya que iban al mismo lugar, a Leylin no le molestaba acompañarla. Las demás lo recibieron felizmente con los brazos abiertos, ya que el último ataque las había aterrorizado. Sin la protección de Leylin, tal vez nadie se atrevería a continuar el viaje.
Unterstützen Sie Ihre Lieblingsautoren und -übersetzer bei webnovel.com