—¡Levántate! —A pesar de que se sintió consternado por las palabras de Mu Xueqing, Zhang Xuan se acercó para ayudarla a levantarse.
Él no tenía la intención de discutir con un estudiante sobre este asunto. La única razón por la que le había amenazado con la expulsión fue para advertirle que ella escuchara obedientemente en el futuro.
Debido a su consumo de píldoras desde joven, el veneno de la píldora ya había penetrado profundamente en su cuerpo, bloqueando sus meridianos con fuerza como grilletes. Él necesitaba su confianza sin reservas para eliminar las impurezas en sus meridianos.
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