Los faros de un Ford Galaxie grande, viejo y blanco iluminaban una amplia y polvorienta carretera asfaltada de Kansas. Los kilómetros de campos verdes que se extendían a los costados de la pista eran imperceptibles en la oscuridad nocturna.
En su camino esos mismos faros barrieron brevemente una señal de tráfico de buen tamaño.
"SMALLVILLE, 1644"
El auto dejó atrás el letrero y continuó en dirección al poblado que recibía dicho nombre.
No tardó mucho en llegar al centro de aquella población. Avanzó lentamente rodeando la plaza principal. A esas horas de la noche no había ni un alma en las calles. Todos los escaparates de las tiendas se hallaban cerrados y con las luces apagadas. La peluquería, la tienda de abarrotes en general, la ferretería. Smallville representaba el corazón de América, pero aquella América que había representado tan bien Norman Rockwell en sus cuadros.
Clark observaba con atención cada detalle con la ventana abierta del coche. Asimilándolo todo otra vez, recordando los momentos vividos en su juventud.
La camioneta siguió por un largo camino de tierra bordeando granjas y millas de sembríos. Finalmente, llegó a una casa oscura de dos pisos, esta vez el lugar se asemejaba a una pintura de Edgar Hooper. En el lienzo completo podíamos ver más allá un gran granero, un silo y un molino de viento.
Clark aparcó el coche y salió. Miró hacia arriba, al hermoso cielo nocturno. Un universo denso con estrellas vividas.
Entró a la casa y aun empuñando las llaves se quedó un largo rato en el pasillo de la entrada, respirando hondo, saboreando las remembranzas.
Camino hacia su antigua habitación. De pie en el umbral miró los banderines de Smallville en la pared, los cuadros enmarcados con fotos de su familia y sus amigos. Todo igual a como lo había dejado.
Clark sacó algo de su maleta. Estaba envuelto en una tela que colocó sobre un viejo escritorio de madera. Ahí se desplegó, dejando ver que en su interior había una bolsa de plástico marcada:
EVIDENCIA POLICIAL. NO MANIPULAR.
Ahora en el interior de la bolsa se podía observar un rostro familiar. La máscara del terrorista que continuaba sonriendo con los ojos vacíos y enloquecidos.
♣ ♣ ♣
Bruce se paró frente al batiordenador principal y sacó una funda plateada de su chaqueta. De dentro levantó el pequeño dardo abejorro que había tomado del cuello de Elizabeth. A su lado Alfred seguía cada uno de sus movimientos.
-Necesito un trabajo completo de esto. Espectografía, toxicología, ADN. Buscar cualquier coincidencia.
Colocó el dardo en un panel de escaneo ubicado en la consola principal. El panel se iluminó un momento.
-No hay coincidencias -Alfred leyó los resultados- de ADN registradas además de las suyas. Sin radiaciones anormales. Las dosis del dardo contienen una toxina nerviosa consistente con un compuesto utilizado por el difunto Joker.
Bruce cruzó la cueva rápidamente de un lado a otro como un hombre que estaba a poco de perder la razón.
-¿Por qué? ¿Por qué perseguirme con el fantasma de un muerto? ¿Por qué tuvo que morir ella? ¿Por qué yo no?
Bruce se dio cuenta de la mirada calmada de Alfred, respiró profundo y se giró hacia una pared oscura gigante.
-Reactivar red de supervivencia.
La pared parpadeó de repente revelando cientos de pequeños monitores que comenzaron a brillar con vida.
-Supervisar todas las bandas policiales, bases de datos judiciales, cámaras de calle y sistemas de vigilancia de prisiones.
Los monitores de pared ahora muestran imágenes de calles, oficinas, salones de audiencia e incluso celdas de prisiones. Lucius Fox siempre afirmaba que era demasiado poder para un hombre tener una máquina así.
-¿Protocolos estándar? -preguntó Alfred.
-Alerta de palabras clave: Joker, Elizabeth Wayne, Batman, kryptonita, máscara... Superman.
Alfred acató la orden con la misma presteza de siempre.
-En progreso.
Bruce se volvió para mirar a su viejo amigo. En realidad aquella inteligencia artificial emulaba tan bien a quien había sido uno de sus más fieles aliados y amigos en su lucha contra el crimen. Cuya muerte, durante una invasión a la ciudad por el sanguinario Bane, todavía sentía en el alma.
-¿Pasa algo, señor?
-Pareces tan... real.
-Es como me programó, señor.
Bruce reflexionó un momento y asintió.
-¿Y ahora qué, señor? -inquirió Alfred.
Su respuesta parecía tan llena de tristeza como de determinación.
- Ahora voy a trabajar.
En el nivel del centro de mando Bruce Wayne cruzó hacia una puerta de acero brillante. Presionó diferentes botones en el teclado.
La puerta se abrió y una luz brilló sobre...
El disfraz y la capucha de Batman. Blindados y de color negro. Esperando la resurrección.
♣ ♣ ♣
Esa misma noche, en una granja a las afueras de Smallville, Clark Kent se había quedado profundamente dormido en la que había sido su habitación, una parte significativa de su vida. Se había acostado completamente vestido.
La voz de Martha Kent, su madre adoptiva, surgió de sus sueños o tal vez de sus recuerdos.
-Clark... Clark....
Clark bajó las escaleras rumbo al pasillo oscuro y vacío. Absolutamente no había nadie en el lugar, pero él siguió escuchando las voces de sus seres amados.
-Eres especial, hijo, no se puede negar. Desde el día en que el cohete se estrelló... -escuchó la voz de su padre adoptivo Jonathan Kent retumbar en reminiscencias.
-Bueno, por supuesto, siempre supimos que estabas destinado a cosas mayores -nuevamente oyó a su madre.
-Hay todo un mundo más allá de Smallville. Un mundo que te necesita -habló su padre.
Clark entró a la cocina. Tocó el delantal de su madre, todavía colgado del perchero de la despensa. Mira el viejo estante para pipas de su padre. Casi sentía que estaban ahí como en el pasado.
-Tienes que decidir -continúo la voz de su añorado progenitor- que clase de hombre quieres llegar a ser porque sea quien sea ese hombre, bueno o malo, va a cambiar al mundo.
-Los seres humanos son buenos, Clark, en el fondo. A veces simplemente se pierden -el susurro de su madre se fue apagando.
-Solo necesitan que alguien les muestre el camino. Quizás por eso estás aquí. Quizás ese sea tu destino -finalizó su padre.
Clark bajó la cabeza, solo con sus fantasmas. Afligido.