Matando a Yun Leng

Todos en la Secta de las Nubes Brumosas alzaron sus cabezas para ver las llamas blanca y verde sobre las manos de Xiao Yan, las cuales se estaban acercando lentamente. En ese momento, hasta los discípulos, cuyas fuerzas eran débiles, comenzaron a sentirse un poco inquietos. Una conmoción comenzó a esparcirse en todos los discípulos de la Secta de las Nubes Brumosas.

—Xiao Yan, ¿qué planeas hacer? —como un Dou Zong, Yun Shan fue el primero en sentir la inquietud alzándose en su corazón. Sus ojos se ensancharon inmediatamente mientras gritaba con severidad.

Xiao Yan ignoró esa observación. Sus ojos, que estaban llenos de una densa intención asesina, observaron fijamente las dos llamas de colores distintos. Mientras las dos llamas diferentes comenzaban a mezclarse, el espacio entre sus palmas empezó a distorsionarse tremendamente. Numerosos estruendos amortiguados fueron emitidos de entre ellas, sorprendiendo a las almas de esos que estaban observando.