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Attack the Moon!

Marcos es un beisbolista juvenil que es transportado repentinamente a un mundo de fantasía. Quien tras salvar a una linda chica, se ve envuelto en los planes de La Alianza de los 5 Escudos para acabar con una guerra que lleva estancada mas de mil años en contra del temible Aquelarre de la Luna Malvada. Pero. ¿De verdad un beisbolista tiene suficiente para terminar una guerra que tiene más de mil años? Para averiguarlo deberá de Atacar la Luna.

ParrotMoeStreet · Fantasie
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La vida es dura.

A ver, Imagina lo siguiente.

Eres un chico listo. No un genio claramente, Pero tus calificaciones es tan por encima del promedio. No tienes el dinero para darte una vida de lujos, Pero puedes permitirte salidas con tus amigos del instituto con regularidad, Hospedaste partidas de rol y torneos de videojuegos en el apartamento que te alquilaron tus padres y te quedaste el dinero de bolsillo que le cobraste a tus amigos por jugar sin decirle nada a nadie. Tuviste un puesto en el equipo de baseball en el instituto, jardinero central, quinto bate con un decente average en tu promedio histórico pero no lo suficiente como para que un equipo de liga juvenil te fichara. Tuviste una novia guapa, un 9/10, que por un giro extraño de la vida terminó botandote por el As del Béisbol a nivel regional.

Ahora puedes presumirle a todos los que lo conocen que te la llevaste a la cama antes que ese sujeto, logrando que la gente te vea con envidia en redes sociales, mientras de noche te mueres de envidia por las fotos que suben ambos en lugares que claramente no podrías permitirte. Cada mañana te despiertas tranquilo, recojes tu hoja de vida para conseguir un trabajo de medio tiempo con el que empezar a pagar tus gastos de la universidad a la que aspiras asistir, y repites el ciclo del dia anterior esperando la oportunidad para iniciar tu vida de adulto.

¿Suena Patético? ¡No lo creo!. Yo lo considero el guión básico de un joven promedio en mi generación. No soy un tipo bueno, ni malo. Alguien con realmente muy pocos esqueletos en el armario que exploten en su cara cuando intente ser funcional en sociedad, bastante alejado de la mayoría de vicios peligrosos o malas juntas que podrian hacer que alguien me acabe encontrándo tirado al lado de la carretera.

Una cosa que si bien no iba a llevarme a un camino exitoso, probablemente me pondría en una vida comoda y perfectamente promedio digna de un sujeto sin aspiraciones reales como yo.

Pero la vida no reacciona a tus planes y a tus previsiones, la vida a veces suele tirar los dados igual que un DM muy flojo pero bastante inflexible. Así a veces te sale el gordo y a veces las dobles calvas.

"¡Quédate quieto Hijo de puta!" Gritó un sujeto raro con pasamontañas mientras me empujaba contra la pared. Tuve el impulso de intentar empujarlo lejos Pero... "Dije quieto..." susurró mientras escuchaba el sonido de su arma de fuego amartillarse. ¡Demonios! Ni siquiera era necesario escucharla, Podía sentir la punta del cañón presionada contra mi costado.

"¡Vamos viejo! Se va a orinar y realmente no quiero que este apestando todo el camino dentro del furgón." Comentó un segundo sujeto mientras el tercero se reía como un idiota.

Mis ojos vagaron con dificultad entre el tipo grandote que me sujetaba, el segundo sujeto más bajo que yo y la enorme furgoneta blanca frenada en medio de la calle donde me iban a secuestrar. ¡Maldición! ¡Eran las 2 de la tarde! Pensaba que estos sujetos no eran muy listos al hacerlo a estás horas, pero cuando intente gritar hacia los transeúntes, el grandote presionó su arma con más fuerza en mi costado.

"Ni siquiera lo pienses" Gruñó el sujeto mientras el de la risa idiota hacia un gesto a los transeúntes de "No hay nada que ver aquí" senti un vacío en el estómago al ver como los transeúntes miraron nerviosos en mi dirección y simplemente ignoraron el jodido secuestró que estaba pasando en frente de todos.

"Bueno... No podemos hacer que este show dure demasiado, súbelo a la camioneta." Dijo el tipo más bajo antes que entrara en el vehículo seguido del tipo de la risa idiota.

El grandote me levanto de un tirón de la camisa mientras se ponía de pie sin quitar el arma del lugar. "¡Camina!" Gruñó nuevamente antes de empujarme hasta la furgoneta. Fui arrojado con fuerza sobre el sucio suelo sin tapizar, antes de sentir como el vehículo se sacudía por el peso del otro sujeto, quien gruñó "Amarralo" mientras cerraba la puerta de golpe.

El vehículo aceleró, y el tipo de la risa idiota se colocó sobre mi mientras intentaba amarrarme las muñecas. "Amigo, no lo tomes a mal. Pero si no quieres que las cosas se pongan difíciles, lo mejor es que te portes bien." agregó tras hacer el mejor nudo que pudo mientras intentaba resistirme. "Además, entre menos pelees, más rápido será nuestro pago y más rápido todos volveremos a casa." Dijo el sujeto estirándose satisfecho con su terrible trabajo.

"Oigan chicos, se equivocan. No soy un tipo rico, con suerte llegó con dinero a final de mes" dije mientras intentaba sentarme recto contra la placa del fondo de la furgoneta.

"Tampoco creo que seas muy listo ¿Sabes?." Se burló el tipo bajo desde el asiento del conductor. "Que clase de idiota le dice que es pobre a sus secuestradores?"

Sentí que la sangre se me helaba una vez más y parece que el de la risa idiota lo notó, ya que empezó a reírse otra vez como un desquiciado. Al grandote en cambio no pareció hacerle tanta gracia. Le golpeó la nuca con la mano a su compañero ganandose una mirada irritada. "Solo cubrele la cabeza. Estoy harto de tener está cosa en la cara."

El grandote avanzó en dirección al asiento del copiloto, mientras el de la risa idiota se acercó a mi con una especie de funda para almohada. "No lo tomes a mal niño. Son solo negocios." dijo el sujeto antes de cubrir mi cara con ella.

La funda en si no era muy gruesa, podía ver sombras a traves de la tela apestaba tanto a diésel que me quemaba en los ojos. Con los ojos cerrados para evitar lagrimear moví las manos en mi espalda luego de escuchar como el de la risa idiota se alejaba.

Girando mis muñecas tras un tiempo sentí como la cuerda se aflojó un poco, Mientras escuchaba como los secuestradores ni se preocupaban por mi presencia. Me encantaría presumir que se aflojaron por mi gran destreza, Pero estoy seguro que el de la risa idiota, era el idiota del grupo y ni siquiera sabía hacer buenos nudos.

Por un momento pensé en terminar de desarmarlos y saltar a la carretera. Pero luego de que me cubrieron la cabeza, no estaba seguro de a qué velocidad íbamos, o si habían pasado el seguro a la puerta de la furgoneta. Si mi reacción era muy lenta, el sujeto grandote me iba a abatir con facilidad y no soy tan valiente como para recibir un tiro de gratis. Así que mientras los ojos me seguían llorando, me senté a la espectativa en mi lugar.

"Quizá tendría una oportunidad si le quitaba el arma al grandote" pensé. Yo no era un gran portento físico, Pero como jugador amateur de baseball me veía con suficientes reflejos como para arrebatarle el arma si estaba descuidado y lo tenía a un par de centímetros de mi... Aunque está claro que un disparo a quemarropa, incluso si es de advertencia me daría el tiempo suficiente como para ganar distancia.

"Si, confía... Confía en el poder del pánico y de tus propias piernas..." Me dije a mi mismo mientras esperaba el momento en el que me empezarán a bajar del coche.

🥑🥑🥑

Pasó un buen tiempo en la carretera. No sabría decirlo con claridad sin un reloj y con la cara cubierta, Pero diría que poco más de una hora debido al dolor de trasero que me había provocado el sueño de metal.

Durante la mayor parte de ese tiempo había escuchado discutir al grandote y al bajito todo el camino. Por la direccion, por los giros bruscos que me arrojaban contra la puerta de la furgoneta, por la paranoia de persecución del conductor cada que veía un auto moverse de forma que el creía sospechosa... Si no fuera porque el bajito estaba conduciendo y por la amplia diferencia de tamaño juraría que ya se habrían ido a las manos. Sin embargo, por suerte o mala suerte, aun estaban atrapados en un bucle de discusiones sin límites mientras que el idiota probablemente veía a ambos comiendo palomitas.

"Te digo viejo. Ese auto vinotinto nos está siguiendo desde que salimos del centro."

"Ya basta con eso, es solo otro idiota que también viaja fuera de la ciudad como nosotros."

"Si es así. Porque no nos ha revasado ¿eh? Le he dado oportunidad en desde el primer cruce y nada!"

"Estás en el carril de autos pequeños, no va a saltar al otro carril por una furgoneta que va más lento"

"Te lo digo, nos está siguiendo. Mira incluso está hablando por teléfono. Quien habla por teléfono en medio de la autopista?"

"Puedes parar con eso?! Solo quiero entregar el paquete y largarme. He pasado demasiadas horas rodeado de idiotas."

Y tras esa última frase, inició otra discusión. Decenas de insustos sobre la madre de ambos volaron dentro del vehículo, mientras aceleraba y frenaba una y otra vez los siguientes minutos haciendo que me dieran náuseas. Para ese punto, las cuerdas de mis muñecas estaban a un simple tirón de desarmarse y empezaba a cuestionar seriamente si valía la pena arriesgarme a encontrar el seguro de la puerta en medio de la discusión.

Cuando el vehículo volvió a moverse por un tramo corto mientras seguían discutiendo, intenté reforzar el de valor mi propia resolución para arriesgarme con la puerta en el siguiente frenazo. Pero antes que pudiera responder si tenía el valor para intentarlo, el sonido de una fuerte bocina retumbó desde la carretera.

"Pero que mierda hace ese idiota!" Escuché gritar al conductor, antes que un fuerte impacto en el vehículo me hiciera volar casi 2 metros en la parte trasera contra uno de los asientos del frente."No! Maldición!" Gritó nuevamente el conductor, acompañado del grito del resto mientras escuchaba como ponían el motor al máximo de potencia antes de Sentír que todo se inclinaba.

En ese momento me importó un carajo todo. Tire de la cuerda desatando mis muñecas y me quite la funda de almohada de la cara para ver sobre el asiento del conductor. Solo para ver con horror cómo nuestro el vehículo terminaba de caer por un barranco.

"No quiero morir!" Gritó el idiota mientras sentía el vacío en el estómago que aparecía cuando entrabas en caída libre, Pero duró menos de un segundo.

Golpe tras golpe de metal contra la roca resonaron en mi cabeza mientras salía agitado contra las paredes y el techo de la furgoneta rodando colina abajo. Vi al bajito salir disparado por la ventana, el grandote atado al cinturón de seguridad se rompió el cuello en un ángulo imposible cuando la parte del techo del copiloto colapsó sobre su cabeza en un impacto. El cuerpo del idiota rebotó sin control junto al mio en el interior de la furgoneta antes de hacerse papilla la cara contra uno de los asientos.

¿Y yo? Me golpeé con fuerza contra una de las puertas en el momento en el que ese lado se estrelló contra el suelo. Adolorido, y con la visión borrosa, ví como la misma puerta cedia con mi impacto, mientras el momentum mantenía el vehículo rodando tierra abajo. Mi cuerpo rodó un par de metros más antes de quedar en el borde del saliente verde, antes de escuchar un fuerte impacto en el fondo de aquel barranco.

Mis oídos zumbaban con el olor y sabor a hierro embotando mis sentidos contra la hierba fresca.

"Así voy a morir, ¿Eh?" Pensé mientras mi vista se oscurecia.

"Que poco impresionante..."